Memorias de un Adios II

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*Agradezco mucho el apoyo que le dan a las historias, sus comentarios son valiosos para mí*

Una semana había transcurrido desde que Ramón había estado en el reino del rock. Conoció de su cultura, pareciéndole hasta ahora la que más le agradaba. Se sentía casi en sintonía con ellos, era raro, pero cuando Ramón pensaba en las canciones y forma de ser de los trolls de Villa Troll, siempre parecían despreocupados, cantaban sin miedo a las consecuencias y celebraban demasiado para su propio bien. En cambio, Volcano Cit tenía trolls que a pesar de amar la música desenfrenada y casi a todas horas, estos siempre tenían unas reglas y estructura que no arruinaban la paz de la privacidad, eran cautelosos con sus invitados inesperados y cuando sospechaban del peligro. Barb al ser la reina tomaba mejores decisiones de acción en comparación al optimismo enfermizo de Poppy de que todos son amigos que aún no ha conocido.

Barb al ser la mejor reina de sus tiempos, ella cuando descubrió la presencia de un rompe fiesta espía, ella lo expulso, no sin antes darle una buena razón para decirle a sus compañeros la clase de amenaza y peligro que estos invasores iban a encontrar al invadir. Cuando llegaba Tipo Nube a molestar a unos de los suyos, ella miraba fúrica al sujeto, quien huía preguntándose cuando los trolls del rock aprendería a ser tan relajados como las demás tribus y cuando llegaban invitaciones de dudosa confianza, ella los ignoraba y mandaba a un grupo de reconocimiento para averiguar como sabían de su paradero los extraños. Era el lugar ideal para nuestro querido ramitas.

—¿Qué tal todo muchacho rudo? —preguntó la reina a Ramón.

—Bien, debo reconocer que al principio no supe si iba a encajar aquí, pero gracias a tu ayuda y de Val, me fue mejor de lo esperado.

—Que puedo decir, después de Carol, Val le sabe como latir a otros. Entonces...

—¿Entonces qué?

—¿Eso significa que consideras a mi humilde reino un sitio digno de tu hogar?

—Bueno... creo que no conozco un sitio mejor como este y créeme que he explorado y viajado por muchos lugares.

—¡GENIAL! —Salta de alegría con una gran sonrisa hasta que se da cuenta de lo que hacía —. Quiero decir, cool, como reina, me honra saber que mi reino es de tu agrado, cuanto antes le diré a mi equipo de excavadores que te prepare el terreno para que tengas tu búnker bajo tierra.

—¿Tan profundo y con laberintos? —preguntó Ramón ilusionado.

—El laberinto será tan complejo y grande que hará parecer al laberinto del minotauro un laberinto de restaurante infantil.

Ambos troll caminaba siendo Barb bastante cariñosa con Ramón, siempre quería estar cerca de él o si no podía ir a verlo, siempre lo invitaba como su invitado de honor para sus deberes reales tomando en cuenta sus opiniones porque había encontrado en Ramón alguien listo y creativo. Un troll que no teme en decir lo que pensaba y no le daba la razón a ella solo por ser reina. Ese espíritu de precaución e ingenio que él mostraba era el mejor que había conocido.

Sin darse cuenta, Barb empezaba a sentir como su corazón había cambiado las fuertes y estridentes letras y melodías a una extraña y lenta canción cuya letras parecía apuntar a los sentimientos de amor.

—Hola chico mojado, quien diría que encontraría a mi mejor amigo en un lugar tan caluroso y ruidoso como este.

—Tipo Nube, no puedo creer que incluso aquí me acosas.

—Que puedo decir, nuestra amistad es irrompible y siempre buscara unirnos, no importa lugar o tiempo, ni siquiera dimensión, pero ese no es el punto. La cosa que más bien quiero preguntar es, ¿cuándo volverás a Villa Troll y dejaras a estos locos? 

Armonía de dos trolls IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora