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Kali Uchis - Melting
«When you're around,
my insides turn inverted»☆
Capítulo 3.Calles de Rosenthal.
Ya había pasado una semana desde que nos instalamos en casa de los Wilston. Yo ya había desempacado y había explorado un poco mejor la ciudad, lo cual implicaba también ignorar a todo mundo.
Casi todos los días almorzaba algo rápido en la mañana y me iba a explorar más la ciudad antes de que las clases iniciaran. No logré descubrir mucho, pero al menos me despejaba y aislaba un poco de todos.
También solía ir mucho a aquella banquita que encontré con un cerezo a lado suyo. Pasaba las tardes escribiendo o leyendo hasta que creía que ya era suficiente tiempo fuera y volvía a casa.
Mi mamá no mencionaba mucho al respecto. Ella sabía que necesitaba espacio.
Pero consideró que me dio el tiempo suficiente y que ya era momento de socializar, por lo que aquí estaba, terminándome de alistar porque toda la familia Wilston y nosotras dos iríamos a conocer la ciudad más a "fondo".Al parecer este no iba a ser mi día.
Ni ningún otro. Por lo que veo.
Comienzo a vestirme en la habitación sin tomarme las molestias de ir al baño, creo haber escuchado decir a la mamá de Jaden que él tardaría un poco más en llegar, ya que vendría de un entrenamiento de basketball, así que supongo que no tendría porqué entrar a la habitación.
Justo en ese momento entra el pelinegro algo distraído con una pelota de bascketball en sus manos jugando con ella.
Pero bueno, ¡bienvenidos a otro capítulo más de las desgracias de Ashley, número 626362948163920!
Jaden me voltea a ver unos segundos antes de asimilar que tengo el top por la mitad de ponérmelo completamente, él no quita la vista de este hasta que su vista sube a mis ojos y me mira avergonzado dándose la vuelta.
No sé si tomármelo como un cumplido o ir a ver si sigue vivo de lo rojo que está.
—Joder Ashley..., ¡perdón!—dice tapándose los ojos con las manos—. Mierda, disculpa no sabía que estarías aquí, y mucho menos cambiándote, yo debí haber tocado la puerta para ver si...
¿Es cosa mía o no estaba solo avergonzado, sino también nervioso?
Más me vale no volver a cambiarme aquí sin haber puesto seguro a la puerta.
—¡No te apures! —le aseguro enseguida terminándome de poner la blusa—. Yo debí haberme cambiado en el baño, disculpa.
Nada más a mí me pasan estas cosas, joder. Qué vergüenza.
Él voltea a verme entre sus manos todavía cubriendo una parte de sus ojos.
—Yo... voy a salir del cuarto, ¿eh?, no te apures. Sin problemas.
—No te preocupes, no es necesar...
Pero él no me hace caso, empieza a caminar todavía cubriéndose los ojos.
—Por aquí debe de estar la salid...
Justo cuando está a punto de salir se topa de frente con la puerta.
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El día que la luna dejó de brillar.
Romance«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad empieces a disfrutar de lo que sientes» ¿Alguna vez has pasado por una situación que te parecía imposible que sucediera y pasó de un día a...