Capítulo 1.

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Lovely - Billie Eilish & Khalid
«Need a place to hide,
but I can't find one near
Wanna feel alive,
outside I can't fight my fear»

Capítulo 1.
Nuevos comienzos.

13 mayo.

Al despertarme un cambio de clima me llega de golpe, es verano y disfruto de este clima, pero hay veces que en verdad no lo soporto. Agarro el celular que está debajo de mi almohada y la luz me da en toda la cara por lo que cierro los ojos un momento. Cuando enfoco la vista y veo la hora deseo por unos segundos de mi existencia no haberme despertado.

Son las 7:15 a.m. Tengo que levantarme.

Perezosamente me levanto de la cama y agarro la ropa que preparé la noche anterior, la única que no guarde en mi maleta. Debido a la falta de muebles, no tengo donde poner mis pertenencias, sin embargo, no tardo mucho en acabar de vestirme, agarrar mis dos maletas y salir de mi habitación.

No sin antes ver la puerta que separa el pasillo y que se encuentra enfrente de mi recámara. Sin poder evitarlo, se me escapa una lágrima que limpio rápidamente para después dirijirme a la salida.

Deduzco que mi físico debe ser muy malo por las miradas de reojo que me dedica mi familia. No me lo tomo muy en serio, la verdad es que el físico es lo que menos me importa en estas circunstancias.

Dejo las maletas un momento para despedirme de mi abuela, tías y primos dándoles un abrazo a cada uno sin mucha fuerza.

Estoy bastante agotada

Al terminar de despedirme de ellos, salgo y me quedo un momento observando la casa que está frente mío. Toda mi vida la había pasado aquí, y ahora me iba por cobarde.

Empiezo a notar picazón en los ojos, así que decido darme la vuelta y subirme al carro que está estacionado frente a esta.

Veo a mi madre hacer lo mismo mientras me dedica una pequeña sonrisa, seguido de esto le dice al conductor al sitio que nos dirigimos. Cuando el auto comienza a avanzar, ella suelta un suspiro y apoya su cabeza en el respaldo del asiento.

Sí, supongo que todo esto es muy cansado para ambas.

El camino se me hace corto, ya que no presto demasiada atención a mi alrededor. Solo sé que por lo temprano que es y falta una semana para que las clases inicien, no hay mucho trafico a nuestro alrededor.

Al bajarme del carro que nos dirigió al aeropuerto mo madre le da las gracias al conductor, mientras tanto yo ayudo a trasladar mi maleta y la de ella. Forcejeo un poco con la mía debido a que parece que llevo mi casa entera ahí. Me preocupa el hecho de romper la cajuela del pobre conductor por tener que cargar con una maleta tan pesada.

Cuando por fin logro sacar mis pertenencias le dedico una mirada de compasión al conductor y me dirijo a las puertas del aeropuerto.

Lo primero que diviso al entrar son varios locales de comida, café y dulces, acompañado de varias sillas de espera donde se encuentran varias familias o parejas.

Ugh. Parejitas.

Ya empezamos con mi mal humor...

En vez de enfocarme en eso, decido buscar asientos para poder esperar la llamada del vuelvo.

Veo a mi madre de reojo que ha encontrado un lugar y la sigo.

Últimamente me pasaba mucho que ella era bastante fría conmigo. Es bastante distante y no habla.

El día que la luna dejó de brillar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora