Capítulo 8.

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Holaa, antes de pasar a leer quiero aclarar unas cositas:

1. Una disculpa por no haber publicado capítulo la semana pasada. Se me complicó bastante y quería corregir algunas cosillas de este capítulo para que quedara listo.

1. Como había dicho antes, esta historia trata temas bastantes delicados, así que al inicio del capítulo he puesto una advertencia de contenido ya que se narra una escena que puede llegar a NO ser de tu agrado.

3. El capítulo es bastante largo, así que tomate tu tiempo para leerlo.

Dicho y aclarado esto, podemos pasar a leer.

Espero les guste!

Gracias.

The neighbourhood - Softcore
«I'm too consumed
with my own life,
Are we too young for this

¡TW!. Ataques de ansiedad.

Capítulo 8.

Platicas en la banca
de los cerezos.

10 minutos más tarde Hannah se estaciona frente a una casa con un gran frente de dos pisos y bastante lujosa, el ambiente desde aquí es algo ruidoso.

Jaden es el primero en salir ofreciéndome una mano para yo hacer lo mismo. Algo sorprendida la acepto y salgo del automóvil con pasos lentos.

Lo observo unos segundos antes de voltear a ver la casa de la rubia y parecer un poco insegura.

No tengo un buen presentimiento de esto.

De todas formas, avanzo cuando Jaden me jala suavemente de la mano para ir a la entrada de la gran casa; noto que aún no me suelta de la mano, por lo que me sorprende el gesto, pero no rechisto.

Mas bien, me sorprendo más a mí misma por la naturalidad con lo que lo tomo y que no me incomode su contacto.

Al cruzar el marco de la puerta, lo primero que veo es gente amontonada por todos lados, la música a volumen muy alto y un olor a alcohol bastante fuerte.

Jaden jala de mi mano para llevarme a un lugar que desconozco, pero agradezco que poco a poco la gente vaya disminuyendo.

Me llevo varios empujones y varias miradas que me dejan un poco descolocada. No es como que la gente suela verme mucho. La verdad es que nunca he sido alguien visible para mi alrededor, lo único que suele destacar más en mí puede ser mi pelo, pero de ahí, absolutamente nada.

Al pasar por un grupo de chicos altos y bastante atractivos uno de ellos me guiña un ojo y me dice algo que no logro escuchar con claridad. Yo enarco una ceja y me quedo bastante confundida cuando Jaden jala de mí hasta tenerme muy pegadita a él y me hace caminar enfrente.

Veo por encima del hombro que va mirando a su alrededor como si estuviera aburrido, y no sé si es cosa mía, pero también se ve enojado.

—Idiotas —oigo decir al pelinegro mientras yo sigo caminando tratando de no perderme. Él entrelaza su mano con la mía y de nuevo, decide guiarme.

Unos minutos más tarde llegamos a una cocina bastante amplia y lujosa. Hay varias bebidas esparcidas por todos lados y bastante botana servida en platos desechables.  Mientras sigo inspeccionando la barra veo a un chico moreno —mejor amigo de Jaden, si no recuerdo mal—. comiendo como si no lo hubiera hecho en  un siglo. Incluso noto que la gente lo observa con curiosidad, pero él parece no centrarse en otra cosa que no sea la comida.

El día que la luna dejó de brillar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora