Capítulo 23.

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Hola, holaa!

Antes de pasar a leer quiero disculparme por no publicar capítulo ayer. Realmente me fue imposible.

También paso a agradecer todo su apoyo, no puedo creer que ya seamos 22K de lecturas!

Muchas gracias por cada persona que se toma el tiempo de leer mi historia, me hace muy feliz, de verdad.

Los guardo en un espacio de mi corazón muy importante. Gracias :)

Y pues ahora sí, pasamos a leer.

¡Espero disfruten el capítulo!

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Majo Lazer & Dj Snake - Lean on.
«All we did was care for
each other

But the night was warm
We were bold
and young
All around,
the wind blows»


Capítulo 23.
Ding Dong, ¡corre!

Un día después de nuestra llegada a New Greenvill todo parece ir bien. La charla de ayer entre Jaden y yo nos ayudó a ambos y a la mañana siguiente me siento mejor.

La abuela ha decidido irse de compras con la pequeña Melanie por toda la tarde y ella parece encantada. Jaden y yo almorzamos juntos y pasamos el resto de la tarde juntos viendo películas en el sillón grande de la abuela, bailando, cocinando, cantando...

Santa Madre, hemos hecho tantas cosas que termino tan cansada y rendida, que en la tarde, cuando el sol comienza a ocultarse, Jaden y yo estamos acostados en el sofa viendo una película de romance aunque él haga muecas cada milisegundo que pasa una escena en donde los protagonistas hacen algo cursi.

Yo sonrío y me incorporo para abrazarlo por el cuello con una gran sonrisa.

Doy un respingo cuando algo tiembla en el sillón y él se ríe abiertamente de mi cara. Resulta que le ha llegado un mensaje y yo me alejo cruzandome de brazos.

Mucha risa ha de darle, sí.

Frunce el ceño a su teléfono y después voltea a verme a mí con las cejas levantadas.

—Tu abuelita me ha escrito.

Eso me saca de mi enojo repentino de inmediato y me volteo hacia el con los ojos abiertos.

—¡¿QUE MI ABUELA QUÉ?!

Él se echa un poco para atrás y levanta las manos en señal de rendición.

—Me ha dicho que vendrán en media hora, ya que iremos a una fiesta a la que consiguieron que las invitaran.

—¿Una fiesta...? —pregunto en un hilo de voz y frunzo el ceño, preocupada—. ¿En qué momento...? Dios Santo. Debí haberme olvidado de que la abuela hace travesuras cuando no la ves... —digo exhausta para después poner una cara de terror más asustada que antes—. ¿Y qué se supone que deba ponerme? ¡Voy horrible!

—Para mí siempre vas perfecta a cualquier lado —sonríe mientras ve que me pongo de pie apresudaramente y aviento las mantitas con las que nos habíamos estado cubriendo.

Pongo los ojos en blanco y sonrío un poco. No tardo mucho en que la ansiedad vuelva mi cuerpo, ¿qué se supone que voy a hacer en una hora?

—Me veo fatal, Jaden... —digo mordiendome las uñas con nerviosismo.

El día que la luna dejó de brillar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora