🔥CAPITULO 15🔥

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EDITADO.

🩷<<{Atenea}>>🩷

Tres malditos días hace que llegue, eso mismo son los que no sé separan de mi culo.

Joder, necesito un segundo de espacio.

Si pudieran meterse en el baño conmigo mientras meo lo harían, no me quedó más opción que pedirle ayuda a Aless y James.

Ellos entretendrán a Junior, Hui y Massimo cuando despierten, mientras hago un secuestro exprés.

Sí, por supuesto, voy a secuestrar a mi lindo Tom, lo llevaré a... pintar un poco.

No creo que muchos entiendan lo que quiero decir con eso, pero ya lo harán.

Tom: Musa, ¿Dónde me llevas?

Atenea: A qué te entretengas, haciendo lo que te gusta.

Tom: No es necesario llevarme a otro lado para estar contigo.

Atenea: Hablo de pintar mi vida, a eso te llevo.

Tom: Pero si tengo todo en casa.

Atenea: Créeme vas a querer estar en otro lado cuando te muestre el lienzo.

🎨<<{Tom}>>🎨

Me está secuestrando, pero no se lo digo, por qué sabe que lo está haciendo y no le afecta.

Es lógico que si me saca de la casa en medio de la noche, mientras todos duermen, en silencio y con los ojos vendados, cuenta como secuestro.

¿Y para qué? Para pintar, algo que puedo hacer en casa.

Es el secuestro más tranquilo que alguien podría sufrir, no me puedo quejar.

Tom: ¿Mínimo puedes sacarme la venda?

Oh, también me ató las manos, ¿Para qué? Nunca me escaparía de ella.

Atenea: ¿No vas a gritar y todo eso como hacen todos los secuestrados?

Tom: ¿Cómo sabes, no es tu primer secuestro? Me ofendes.

Solo con ella y Aless puedo hacer bromas.

Atenea: Idiota —se ríe, por esa risa mataría medio mundo— ¿No vas a preguntar si te voy a violar?

¿Cuenta cómo una, si me dejó?

Creo que no, pero como no sé no opino.

Tom: ¿Lo harás?

Atenea: Definitivamente.

Sí, joder, entonces si puedes dejarme atadito en mi lugar.

Siento como frena el carro y unos minutos después mis manos quedan libres, me saco la venda y veo alrededor.

Estamos en un estacionamiento.

Atenea: Entremos, compre este sitio para poder secuestrarte.

Tom: Te sale más caro el secuestro que lo que vas a pedir de rescate.

Se ríe, voy a seguir haciendo bromas si puedo escuchar ese glorioso sonido.

Nos encaminamos por un pasillo con una puerta al final, entramos en ella, hay un ¿Estudio? Un sofá, una cama, un atril, pinturas, varias cosas más.

Recorro todo lo que hay, es lo mismo que en casa, pero con una cama.

¿Y el lienzo?

Doy la vuelta para preguntarle qué quiere que pinte y cuál es el lienzo, pero me encuentro con ella, desnuda.

Completamente desnuda.

Su cuerpo genera lo mismo que la pintura en mí, es el refugio donde nada temo, donde dejó al mundo de lado, donde todo es bello, donde pasaría cada segundo de mis días.

Podría estar horas contemplando su cuerpo en silencio, recorriendo con mis ojos su piel, paseando mis deseos por todo su ser vibrante de energía.

Atenea: Yo soy tu lienzo, mi vida.

Me da un pote de pintura color rosa, pongo un dedo dentro, me acercó y lo paso desde su cuello hasta el medio entre sus pechos y más abajo hasta su vientre.

Es una pintura de textura extraña, es un poco más firme que las que uso, pero deja un camino de color rosa igual.

Cuando terminó esa línea me chupa el dedo.

¿No sabe que la pintura es tóxica?

Atenea: No me preguntes que contiene, aparte de chocolate, no sé qué le puso Aless.

Gracias hermana.

Tom: ¿No es pintura?

Atenea: No puedes chupar la pintura, mi vida, y quiero que me chupes mucho.

Maldita sea.

Me pongo a su espalda y hago una línea desde su cuello hasta el inicio de sus nalgas y paso mi lengua por ella.

Los diminutos pelos de su piel se erizan con cada lengüetazo qué le doy.

Hago más líneas paso por sus piernas, sus costillas, clavículas, hombros, cuello, bueno, por todo su cuerpo prácticamente, todo ella es arte para consumir.

Está siendo muy paciente, parada en su lugar, quieta, siseando a veces, y frotando sus muslos, pero sin apurarme y saltarme encima.

Podría hacer esto toda lo que queda de la noche, por qué ella es arte, me inspira a pintarla para que sea la mejor obra del mundo.

Sin darme cuenta recorrí toda la belleza de su cuerpo, absorbí toda la pasión que destilaba su piel, memorice cada una de sus curvas, y con todo eso comprendí, que ni una sola de mis obras llegaría a ser la mitad del arte que es esta mujer.

Me saco la ropa pacientemente y con la misma pintura que utilice en ella, pintó una línea de mi cuello hasta la marcada V de mi cuerpo.

Tom: Te toca, musa.

Su lengua se posa sobre mi piel y hace el recorrido de la línea, limpiando la pintura mientras me ve fijamente a los ojos.

Es atrayente la fluidez que tiene en sus movimientos, incluso cuando camina, cómo si flotará.

Cuando termina se vuelve a colocar de pie, ya que se había puesto de rodillas ante mí cuando lamió la V y terminó mordiendo ahí haciendo que la electricidad pase por mi columna.

Me voy y me siento en el sofá con las piernas abiertas y siguiendo lo que veníamos haciendo, hago otra línea.

Esta vez a lo largo de toda mi polla.

Me sonríe y se arrodilló en el lugar donde está y viene gateando hasta ponerse entre medio de mis piernas.

Saca su lengua y mirándome a los ojos la pasa por toda la línea, todo el largo de mi polla.

Maldita sea.

Mierda puta.

Ya me puedo morir en paz.

Esa fue putamente  la mejor sensación que pude sentir en mi jodida vida.

Atenea. 4°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora