Atenea. 4°

🔥CAPITULO 26🔥

EDITADO.

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Estoy demasiado aburrida, los niños me abandonaron hace tres días que Enzo llegó y se juntaron, ellos tres, las mellis, y los hijos de la enana, que aún son chicos, pero usan la misma sala de juegos.

Me abandonaron vilmente.

Y no son los únicos, Junior fue con mi madre a arreglar unos cargamentos que van para Colombia.

Hui con Aless y Massimo eligiendo el resto de las cosas para el cuarto de su ahijado, ya que Tom le compró la cuna y mucha, mucha ropa y por supuesto le hizo un mural en la habitación.

Algo del universo y astronautas, no lo vi aún, pero algo de eso me dijo.

Christoph si hizo la alianza con nuestras mafias, por supuesto, y ahora se encuentra en Alemania organizando unas cosas, lo mismo que Ryan.

Ambos están en sus casas organizando cosas para quedarse aquí, como debe ser.

Así que en la casa estamos Giovanni, Tom y yo solos.

Pero mi vida está dibujando en su cuaderno y el otro editando unas fotos en su portátil.

Podría molestar a alguien, ¿A quién?

Ya sé, papá, sí, hace mucho no voy a la clínica, voy a molestar a mi papá Blake, quizás ayudarlo un poco con sus pacientes, total, estoy alpedo.

Atenea: Chicos me voy.

Giovanni: ¿A dónde vas, amor?

Atenea: A la clínica.

Cuando digo eso Tom se acerca y me mira.

Giovanni: ¿Qué tienes, te paso algo?

Atenea: No, estoy bien, voy a dar una vuelta, visitar a mi padre.

Asiente entendiendo, estoy aburrida, ¿qué quieren que haga mirarlos como hacen sus cosas?

Tom: Voy contigo.

Giovanni: Los acompaño, ya terminé lo que tenía que hacer.

Me encojo de hombros.

[•••]

Llegamos a la clínica después de que me cambie, no podía ayudar a mi padre con los tacones.

En realidad sí, pero sé la demanda que tiene en pacientes y para correr por toda la clínica me puse unas zapatillas blancas, y un traje rosa muy mono.

A rayas de pantalón largo que aprieta mis nalgas y una básica blanca.

Entramos yo entre medio de mis dos hombres que parecen guardaespaldas.

Unos muy sensuales.

Subimos solos al ascensor y bajamos en el piso 3 donde está el consultorio de mi padre.

Hay algunas personas corriendo de aquí para allá, joder, que no haya sangre, no arruinen mi precioso traje.

Giovanni: ¿Qué está pasando?

Atenea: Ni puta idea.

Blake: Chicos, llegan justo.

Nos encontramos a mi padre también corriendo y gritando.

Atenea: ¿Qué pasa?

Blake: Tengo una cirugía de emergencia y el doctor que tenía que entrar conmigo se acaba de caer y doblar su mano buena, inútil, te necesito, entra conmigo.