Atenea. 4°

🔥CAPITULO 23🔥

SIN EDITAR.

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Estoy con baobao y Arlene los saqué a tomar el helado que les prometí, pero primero los traje a un restaurante a comer.

Arlene tiene puesta una falda tableada verde, una camisa blanca, un blazer color crema por encima, zapatillas negras y cartera blanca.

Siempre tiene que ir bien vestida.

Bao lleva una remera blanca, suelta y un short también suelto en color negro, con unas all star y medias largas.

Estilo tranquilo.

Todos pedimos para comer papas fritas y hamburguesas, pero había que mantenerlo en secreto para Aless y Tom, o nos matarían.

¿Solo saben comer eso estos niños?

Bao: Mami, ¿Por qué no trajiste a las mellizas?

Arlene: No les gusta salir.

Esta niña me va a hacer morir de risa, ternura o miedo un día.

Atenea: Baobao, a las mellizas les gusta estar en casa, o en el bosque con el tío Isaac y la enana.

Bao: A mi me gusta salir con Arlene y Nemesis, es divertida y linda.

Aww, me muero, es la primera vez que veo a Arlene sonrojarse por algo.

Atenea: Seguro que le gusta escuchar eso.

La mira y ella esquiva la mirada mirando las papas y comiendo.

Bao: Estás colorada —toca su frente— no tienes fiebre, ¿Te sientes bien?

Arlene: Estoy bien Bao, come y vamos a tomar el helado.

Me sorprende lo rápido que cambia entre una y otra.

Estamos comiendo tranquilos cuando una chillona voz me llama.

…: ¿Nea?

Había olvidado lo mucho que me hacía doler los oídos.

Arlene: ¿Por qué grita así?

Qué sé yo, ese tono haría romper todos los vidrios de aquí a la redonda.

Me había olvidado el pequeño detalle del nombre.

Atenea: Hola Lena.

Lena: ¡Nea eres tú! —grita y da saltitos— te vi cuando me iba a sentar y dije, esa es nea, después vi a los niños y consideré que no eras, no tienes hijos.

Hace una mueca.

¿Tiene algún problema ser madre o que?

¿La madre la abandonó de chica?

Atenea: Si tengo un hijo.

Lena: ¿En serio? —intenta ocultar su mueca de asco— ¿Cuál de estos niños es?

Dije niño, ¿No escuchó?

Es una buena enfermera y será buena amiga para alguien, pero ofender de esa forma a los hijos ajenos no está bien.

<<¿Es una broma, no? —se ríe— es imposible que seas madre, vivimos juntas un mes y no mencionaste a nadie de tu familia.>>

Ruedo los ojos.

Atenea: Él es mi hijo, ella mi sobrina.

Lena: ¡Hay es asiático! ¡Tan lindo!