EDITADO.
💦<<{Christoph}>>💦
No le dije que el hotel era mío y no necesitaba pedir una habitación, solo le dejé hacer lo que quería.
Me hace una seña para que caminemos al ascensor y no me pasa por alto la mirada hambrienta que mi recepcionista le da a su trasero cuando se da vuelta.
Es hermosa, y el rosa por alguna razón me hace verla adorable a pesar de que puedo ver parte de sus pechos.
Entramos al ascensor en silencio, aprieta el último botón y esperamos, cuando las puertas se abren para salir me deja pasar primero mientras disimuladamente ve la sangre del suelo.
No la espanta como debería e insistió en curarme, por lo que me hace pensar que es doctora o enfermera.
¿No es muy joven?
Entramos a la habitación y me indica que me siente en el sofá, lo cual hago sin quejas.
No puedo dejar de mirarla, es tan delicada en sus movimientos, como una bailarina de ballet, sus ojos son tan hipnotizantes que no tengo reparo al mirarlos.
Christoph: ¿No te enseñaron que está mal irse con desconocidos a hoteles? Podría ser un asesino.
Lo soy.
Nea: ¿Lo eres?
Christoph: No.
Mentira.
Nea: Yo sí.
Me sonríe.
Es tan tierna cuando sonríe, sus ojos se fruncen en una esquina, tiene hoyuelos y un leve rubor en sus mejillas.
Nea: ¿Puedes sacar tu mano?
Me señala el brazo donde tengo mi mano tapando la herida que me hicieron antes de saltar del auto.
El estúpido de mi mano derecha me traicionó y me vendió a mi medio hermano para qué me matará.
Es el bastardo que tuvo mi padre, no fue reconocido en la mafia por qué él nunca se hizo cargo del niño, por lo que la mafia pasó a mí y ahora Ferdinand, mi medio hermano, me quiere muerto.
Estúpido considerando que si me mata, la mafia pasa a mi tío y no a él, y más estúpido aún porque sin mí se queda sin plata, ya que soy el que lo mantiene mes tras mes.
Nea: Puede arder.
Me avisa y pone un algodón con alcohol en la herida de mi brazo, arde, pero estoy tan perdido en su rostro que no me importa una mierda.
Nea: ¿Puedo preguntar con qué te hicieron eso?
Cualquier persona en la mafia notaría que fue con un cuchillo táctico.
Christoph: Un cuchillo.
Asiente en silencio mientras envuelve gastar en mi brazo y una venda, supongo que lo sacó del botiquín que hice poner en todas las habitaciones.
Christoph: ¿Eres doctora?
Nea: Sí.
Lo sabía.
<<listo, ahora sacate los pantalones.>>
¿Qué?
Christoph: Baby, ¿Primero un té, un café, no?
Se ríe de mi chiste.
Nea: A mí me gusta la chocolatada —como a una niña— estás sangrando de algún lado debajo de los pantalones.
Tiene razón, el cuchillo llegó a mi pierna izquierda mientras dormía, antes de escapar pude llevarme mis pantalones, si no, la Baby estaría viendo mi bóxer.
Christoph: No es necesario Baby, puedo solo, ve a tu casa a dormir, es tarde para que una niña tan preciosa esté en la calle.
Nea: Sácatelos o los corto.
Mierda, no puedo sacármelos, menos ahora que se me paró por su tierna cara de enojada.
Agarra una tijera que tampoco sé de dónde saco, y empieza a cortar mis pantalones conmigo aún sentado.
Corta la pierna derecha hasta la cintura, está un poco amoratada, pero no tiene nada, una parte de la tela cae a mi costado antes de que empiece a cortar la otra.
La dejo, solo observo lo linda que se ve enojada.
Cuando termina, otra parte de la tela cae a mi costado y la parte del medio la arrastra hasta que queda fuera de mí entre mis piernas.
Mi polla en lo alto apuntando a su rostro cuando se agacha a observar el tajo de la pierna.
O no lo nota o se hace la que no lo ve, porque sigue pacientemente limpiando mi herida.
Nea: Ya está.
Levanta su rostro y golpea con mi erección.
<<Lo siento, no fue la intención.>>
Sus mejillas se tornan rojas, pero sigue ahí frente a mi polla mirando mis ojos, la imagen hace que el pre semen salga de la punta.
No.
Es una niña tierna y delicada, me ha curado, debo de agradecerle no follarla.
Christoph: Gracias Baby.
Su mirada se vuelve muy intensa, la tensión sexual en el aire aumenta y su respiración se vuelve superficial.
Su aliento choca contra mi erección cubierta haciéndome estremecer y apretar la mandíbula.
Nea: Sabes, puedo ayudarte con esto también.
Su nariz roza mi polla.
Joder, me va a hacer correr solo con su mirada.
Christoph: No creo que sea conveniente, viniste a curarme nada más.
No me escucha y baja el bóxer liberando mi polla, que salta hacia ella tan firme como un mastín.
Rodea su mano alrededor de ella y comienza a masturbarla, aprieto la mandíbula y con mis manos también aprieto el reposabrazos del sofá.
Christoph: Baby, deja eso, no te traje para eso.
Nea: Tú no me trajiste, yo te traje y considero que merezco mi pago por curarte, ¿No?
Su cabeza se acercaba cada vez más a mi polla y cuando estaba por envolver su boca en ella, la puerta de la habitación es abierta.
Recepcionista: Nea, traje servicio a la habitación.
No pudo vernos porque estamos a oscuras.
Es más, ¿Cómo me vio la niña?
Nea: Yo no pedí servicio a la habitación y si así fuera, primero se golpea la puerta.
Se pone de pie y se acerca al recepcionista que estaba en la puerta donde la luz del pasillo alumbra lo suficiente para notarlo.
Recepcionista: Quise traer algo de tomar.
Le tiende el vaso, que ella agarra y mira el interior antes de sonreír.
Las burbujas del trago no son las que normalmente tienen todos las bebidas que tenemos en el bar del hotel.
Se lleva el vaso a la boca y hace cómo si tomara, pero claro, el recepcionista no se dio cuenta al estar viendo sus pechos.
Maldito bastardo está muerto.
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Gente, ya está presentado el fotógrafo que es el que podrían agregar si así lo pidieran así que... Decidan mentes pervertidas.
También ya se presentó Lena.
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Atenea. 4°
RomanceCuarto libro de la saga Legado. (Independientes) 🩷{Atenea}🩷 Una noche basto para que me enloquecieran y me hicieran querer dejar mi solteria. 🎨{Tom}🎨 La he amado toda mi adolescencia, es mi amor, mi vida, MI MUSA. 💦{Christoph}💦 Esa pequeña sed...