Capítulo XIX

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"Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas".

~Albert Einstein

Enid:

Algo no anda bien.

Busco con la mirada a Ajax en el salón de clase pero no lo veo.
Termina la clase y comienzo a buscarlo en el patio, para encontrarme con una dolorosa y decepcionante escena.

Ajax besándose con mi mejor amiga.

Mis garras salen de la nada.
Me falta el aire.

_No puedo creer que las personas que más amaba me hayan traicionado tan cruelmente.

_Enid espera puedo explicártelo. _Me suplica Ajax.

Yoko trata de acercarse a mí.

_¡NO SE ACERQUEN!. ¡No quiero verlos nunca más! Ahora entiendo porque estabas tan extraño conmigo, tan necesitado estabas que como no quise acostarme contigo, fuiste en busca de otra... ¿Tenía que ser mi amiga?
Y tú Yoko... De tí no me lo esperaba, tantas cosas que he compartido contigo, siempre estuve para ti cuando lo necesitabas. Pensé que nuestra amistad sería irrevocable... ¿sabes? Quizás sea tarde para decir esto pero no juegues con algo que deberías apreciar de por vida, como una verdadera amistad. _Lágrimas empapan toda mi cara al expresarles mi dolor causado por ellos.

_Para tí va lo mismo Ajax, yo te quería.

Yo y mi loba aúllan llorando por dentro.
Me voy hasta mi habitación y me tapo con las frazadas y la almohada sobre mi cabeza.

Merlina:

Me encuentro con Eugene ayudándolo con sus abejas y haciendo distintos tipos de miel en frascos.

_¿Sabes Merlina? Me gustaría poder tener una cita con Enid. Tú podrías convencerla a que quiera conocerme más y talvez fluya algo.

Mi mandíbula se tensa al escucharlo.

_Ya te había dicho la otra vez de que no hay posibilidades de que ella se fije en tí. Además está de novia con Ajax.

_Ella es mi amor platónico.

_Deja de decir tonterías y concéntrate en lo que estás haciendo.

Enid, Enid, Enid... se me aparece en todos lados.

Termino y salgo de la tienda.
Durante el camino hacia la academia comienza a llover.

Ya en el cuarto noto que Enid está en su cama, levantando su mirada para encontrarse con la mía.
Ella no sólo tiene su cara hinchada de tanto llorar, también tiene cortes en sus brazos hechos por su propias garras. No tiene esa luz que tanto me había iluminado hasta dejarme ciega.

Es cómo verla sin su rara y alegre alma.

I feel you //WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora