Como un ángel caído que cayó del cielo, ven, desciende hasta donde estoy. En la noche estrellada está la oscuridad y en la eternidad Diosa tú serás... vuela al cielo.
Volaremos lejos, encontraremos la manera.
Veremos el final, seremos el final.
S...
Hasta el más fuerte ángel necesita quien la abrace.
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Año 845, día de la caída del Muro María.
El año en que dieron autorización de la construcción la primera base de la humanidad fuera de las murallas. Cada vez que salían de expedición era para llevar los materiales y construir lo más rápido posible el asentamiento de la Legión. La base se situaría en campo abierto y cercano al bosque para poder escapar si era necesario. Las primeras horas fueron exitosas, varios soldados trabajaban en conjunto para acelerar el proceso, pues no querían sufrir más bajas de las que ya tenían desde que comenzaron la construcción.
—Si colocamos unas torres de vigilancia aquí y aquí, estaremos asegurando el lado donde hay más actividad de titanes —mencionó Shadis a los ingenieros mientras señalaba los planos—. Si retiramos a unos soldados que están aquí en la construcción principal para hacer las torres, estaríamos un paso adelante.
—Es arriesgado, romperíamos la formación ya establecida por el momento —habló uno de los ingenieros mientras se rascaba la barbilla—. Pero puede funcionar si dejamos de priorizar la construcción del piso.
—¡Titanes! —gritaron desde el sur.
El comandante estaba tan entusiasmado con la base que había olvidado que un gran grupo de humanos atraería a los titanes, aunque la realidad era que ignoraba los consejos de Erwin. por más que lo negara, Keith Sahdis sentía envidia de su capitán y mano derecha. Algunos soldados subieron a los caballos huyendo y esquivando los materiales que salían volando gracias a los titanes que corrían por donde sería la base. Algunos recibieron fuertes golpes por la falta de visibilidad, otros murieron aplastados.
El comandante vio con horror como los titanes se acercaban más a la base, de ninguna manera podían perderla, se negaba a soltar ese sueño de establecerse en el exterior. Era un sueño que lo hacía sentir especial.
—¡Defiendan la base! ¡Moses, Charles vayan a por el titán más cercano! —ordenó Keith Shadis sin percatarse que se trataba de un anormal
El titán saltó y atrapó a los dos soldados, dejando a todos horrorizados. Charles engullido por completo mientras que Moses... un solo brazo fue lo que se salvó de su cuerpo. Ante tal distracción, varios titanes llegaron al acecho, lo que dejaba solo una respuesta: la defensa fue aniquilada.
Tan solo bastó una mirada de Levi hacia Jazmín para saber lo que tenían que hacer. No hacía falta las palabras, esa mirada significaba un «regresa a casa con vida». Levi se encargó del anormal mientras que Jazmín se encargaba de otros dos que se acercaban a la construcción. Sus movimientos eran coordinados, asistiéndose para facilitar el trabajo del otro, pero aun así eran demasiados. Lo único que podían hacer era darles tiempo a los demás para que subieran a los árboles.
