Como un ángel caído que cayó del cielo, ven, desciende hasta donde estoy. En la noche estrellada está la oscuridad y en la eternidad Diosa tú serás... vuela al cielo.
Volaremos lejos, encontraremos la manera.
Veremos el final, seremos el final.
S...
Hicimos lo que pudimos, hicimos las cosas bien aunque al final fuimos traicionados
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El sol comenzaba a esconderse gracias a la nubosidad que se estaba formando, creando que el cielo se tornará en colores anaranjados, lo cual lo hacía más hermoso donde no había nada para obstaculizar la vista con alguna estructura. Solo eran ellos y la naturaleza.
Levi detuvo el carromato al escuchar a Zeke quejarse. Sus ojos afilados se dirigieron al despojo humano qué se encontraba regenerándose despacio. Su cuerpo desprendía demasiado vapor mientras sus músculos comenzaban a ser cubiertos por una capa de piel.
—¿Despertaste? Espera, no te muevas —la voz de Levi salió sin inmutarse, mientras lo veía sentado—. Te até al cuello el cable de una lanza relámpago. Si te mueves te explotará en el abdomen y te partira en dos.
Levi vio con asco como Zeke vomitaba bilis y seguía quejándose de dolor, aun no tenía sus brazos, solo las piernas.
—No morirse puede tener sus puntos regenerativos. Aunque no me compadezco. —Levi se puso de pie y sacó una cuchilla—. Menospreciaste las vidas de mis subordinados. ¿Acabar entre vómito, lágrimas y heces también es parte de tu plan? —Levi cortó los pies de Zeke, escuchando sus gritos de dolor. Levi no se compadeció y siguió cortando pequeños trozos de carne, disfrutando del sufrimiento de aquel hombre—. Cállate. Si no te corto en trocitos, te transformarás en titán.
—¿Dónde están mis lentes? —preguntó Zeke con una voz aguarrentosa de tanto gritar. Levi había parado su sufrimiento
—¿Qué? No tengo idea. Pero ya no los necesitas.
No, no podía ser cierto. Había perdido su posesión más valiosa, aquellos lentes que le dejó el hombre al que consideró como un padre. Recordó cómo jugaban a lanzarse la pelota de béisbol... eran buenos tiempos.
—No. Ksaver —musistó—, tengo una misión que cumplir.
Levi dio la media vuelta, había conseguido lo que quería para evitar que se transformará. Volvió a tomar las riendas y cabalgó rumbo a la ciudad, ya no podía perder más el tiempo, tenía que hacer que Zeke fuera devorado por alguien más. Las nubes cargadas cubrieron en su totalidad el cielo, creando una atmósfera tensa que solo lo intensificaba la lluvia. Era tan deplorable para el rubio, se sentía tan humillado y derrotado... por lo menos si mataba al hombre que tenía adelante... Eren podría tener una oportunidad.
—La única salvación es la eutanasia de los eldianos.
—¿Qué dijiste? ¿Eutanansia? —De nuevo detuvo el carromato y se puso de pie para verlo mejor—. Tu vas a morir oyendo el ruido de tu cuerpo siendo devorado por la apestosa boca de un titán. Es una muerte bastante pacífica para ti, ¿no crees? Comparada con las vidas que arrebataste.
