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La música juvenil retumbaba con gran intensidad por los parlantes gigantes a cada extremo del local ubicados estratégicamente para que las ondas sonoras chocaran con ferocidad entre las paredes. El éxtasis colectivo ocasionando que los múltiples cuerpos sudorosos y agitados por la euforia chocaran entre sí de manera grupal y coordinada.

Y era sorprendente como cada individuo aquella madrugada presentaba sus particulares motivos que justificaran su descontrol, bien sea por un festejo, una junta o un despecho que busca ser olvidado con tragos, no importaría tanto, debido a que la mayoría coincidía en la idea principal de desear olvidar por un par de horas sus aburridas y monótonas vidas adultas entre amigos, alcohol, drogas y encuentros de una noche.

Era cotidiano de ver.

Al fin y al cabo, eran jóvenes, y la vida es una.

Además, ¿a quién no le gustaban las fiestas?

A la mayoría de personas les encantaban.

Lo único que si que llegaba a incomodar de todo este descontrolado ambiente fiestero para alguien sensible a los olores, siendo la fastidiosa presencia de diversos aromas mezclándose entre sí como una plaga repugnante de tolerar. Las fuertes feromonas de excitación y efusividad masiva en el ambiente cerrado, atropellando y asfixiando con brutalidad a un singular alfa de hebras doradas, quien se quejaba entre sus pensamientos la falta de ventilación idónea que era recomendable en este tipo de eventos.

Y si te ponías a pensar minuciosamente...

Era desagradable.

Pero, cuando el éxtasis, alcohol y drogas, combinadas llegaban a consumirte por completo, no puedes esperar mucho, ¿no crees? Ya que, este sentir logrará que tu poco raciocinio se vea desbordado en un segundo plano al dejarte sucumbir por los placeres de la vida. Mismos placeres que eran jodidamente satisfactorios, oh, claro que lo eran, la adrenalina corriendo por tus venas con la euforia prosiguiéndola. Con tu mente liberada de todo el estrés que conllevaba el simple hecho de existir... y más de uno podrá afirmar que no existía algo mejor que el no sentir absolutamente nada, más que el dejar al libre albedrío tu cuerpo siguiendo la música.

¿No me crees?

Bueno, tan solo hace falta que te muestre el perfecto modelo para tal suceso. ¿Quién? Pues la misma persona que hace unas horas atrás se quejaba por la acumulación de diversos aromas, y ahora se encontraba con alcohol en su sistema mientras refugiaba descaradamente su encantador rostro acanelado en el cuello de un omega con aroma a vainilla, mismo omega que se movía con coquetería y lujuria sobre su erecto falo al desear estimular a su acompañante, atrayéndolo sin mucho esfuerzo a sus redes donde no podría nunca más escapar.

Pero, hablando en serio.

¿Quién en su sano juicio pretendería escapar?

Más aún cuando tenías entre tus palmas al omega más bello que tus ojos nunca antes hubieran visto, mismo omega que bien podría pasar como una divinidad hecha carne y hueso por su inigualable presencia. Su rostro siendo la misma personificación de la pequeña línea que unía al cielo y el infierno, un demonio con apariencia de ángel, eso es lo que era aquel lindo pelinegro que sonreía en grande al dejar mover sus anchas caderas al ritmo de la música con unas enormes palmas canelas sobre estas que le impedían distanciarse. Palmas las cuales te pertenecían a Kim Taehyung, mismo alfa que no deseaba moverlas de su lugar al no dejar perder tan bello encanto como lo era aquel muchacho.

Sí, aquel pequeño omega era un bello encanto.

Tan bonito con su cuerpo sudoroso y sus mejillas sonrojadas, oh, tan bonito con aquel esbelto cuerpo cubierto de una camisa corte v un tanto holgada y pantalones ajustados, ambos de color negro como la misma noche.

BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora