7. Baile

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—¡Ya casi es hora!—

—¡Charlotte!— se había asustado.

—Apúrate o no estarás lista para hoy, ¿Ya viste la hora?—

En realidad Katherine sabía que se estaba haciendo tarde, pero estaba muy nerviosa, le intimidaba hablar con los demás en el pueblo, aunque en el fondo le daba curiosidad.

Charlotte se acercó y le mostró un hermoso vestido azul pálido con encajes blancos y unos guantes blancos satinados.

—Es precioso—

—Pruebatelo—

—¿Qué? Pero tú qué te pondrás?—

—Usaré otro, este es para ti, si te gusta—

—Me encanta— Se lo probó emocionada, le pidió a su amiga ajustar bastante el corset, se puso unas zapatillas cerradas y recogió su cabello con varios pasadores resaltando los ligeros cabellos ondulados que tenía, entre su cajón de joyas tomó una de sus más preciadas reliquias, el collar de su madre, que portaba solo en ocasiones especiales, era su amuleto de la buena suerte.

Una vez lista bajó para dejar a Charlotte vestirse, pero esta ya estaba lista esperándola, traía un vestido verde con encajes negros y unos aretes tan grises como sus ojos, no se había tardado en peinarse, su cabello corto dejaba ver su cuello y bastaba solo con cepillarlo un poco para que quedara bien.

—Es hora—

El baile sería en la residencia de la familia Smith, que en realidad tenía toda la pinta de un palacio, era una familia popular por organizar los mejores bailes y sus hijos eran muy apuestos, asistir a uno de sus bailes significaba controversia y diversión asegurada.
Llegaron al baile y había mucha gente, algunas personas aún se acercaban a darle el pésame a Katherine, quien solo se sintió incómoda ante tales acciones.
Se sentaron en unos asientos acojinados mientras bebían un cóctel, Katherine tronaba sus dedos, Charlotte se mantenía serena, tenía mucha suerte con los muchachos, era muy bella e interesante para muchos, pero a ella no le gustaba el contacto con las demás personas.

—Aquel te está viendo— señaló Charlotte con su mirada dando un sorbo a su bebida, Katherine se volteó nerviosa cubriendo su rostro con el abanico. —Vamonos de aquí—

—No. Ya estamos aquí—

El muchacho se acercó a ella, se inclinó y extendió su brazo invitandola a bailar, casi empujada por Charlotte se levantó y aceptó el baile, era una melodía un poco más rápida, le gustaban más que los vals lentos, le permitía distraer sus pensamientos en el baile y no en bailar con alguien más.

—¿Usted es la señorita Katherine Wood cierto?—

—Así es—

—Un gusto, Bennet Smith— sonrió —Lamento lo de su madre—

Katherine asintió con la cabeza apretando los labios, era como las décima vez que se lo decían en toda la noche. El joven lo entendió y cambió el tema.
—¿Le ha gustado Lancaster?—

—Si, es... Diferente—

—Mis padres dicen que cuando su madre se fue de Lancaster todos los hombres se pusieron tristes—

Katherine no entendía, ¿Era un halago?

—Es decir, dicen que era hermosa y... Ahora que la veo a usted, puedo entender de lo que hablan—

Katherine se sonrojó, pero no decía nada, no sabía que responder ante eso, Bennet era muy atractivo, era alto y fornido, con cabello rubio y mejillas enrojecidas, realmente era una buena opción, pensó descaradamente, mientras observaba a su pareja de baile sus ojos viajaron detrás de él y pudo ver aquella delgada figura entrar por la puerta al salón, sintió un sobresalto tras no haberlo visto por días, todavía se preguntaba si la habría despedido o seguía molesto con ella, Bennet seguía hablando pero no lo escuchaba, tenía mucha curiosidad de saber que había ocurrido con los Chalamet, ni siquiera sabía que a ellos asistían a aquellos eventos.
Timothée sintió su mirada e inmediatamente volteó a verla, no pudo disimular que estaba un poco desconcertado, pero desvió la mirada y siguió caminando como si no la hubiera visto.

Sempiterno • Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora