-Buen día señora Rogers- saludó Charlotte amablemente a la señora de la tienda de artesanías, desde el aparador había visto una pintura pintada en rojo que llamó su atención así que decidió entrar a preguntar.
-Buen día jovencita Green ¿cómo se encuentra?-
-Bien, gracias. Disculpe ¿ Conoce al autor de esa pintura?-
-Oh, la hizo aquella chica, uhmm, la de los Wood, la prometida del hijo menor de los Smith-
-¿Prometida? No sabía que iba a casarse-
-Así es, hace unas semanas pidió su mano-
-Me interesa comprarla, pero solo traigo mis aretes, son de oro ¿está bien?-
La mujer los observó de cerca con su monóculo y aceptó el trato.
Charlotte lo tomó y caminó a casa de prisa, sus manos frías ansiaban examinar aquella pintura, tenía tantas ideas. Una vez llegó tomó un cuchillo y con la punta comenzó a raspar la pintura, los pedazos de pintura seca caían hechos polvo. Tomó uno de los fragmentos y los metió en un frasco colocándolos junto al frasco de sangre seca de los Chalamet, tenían la misma textura, exactamente la misma, salvo que los restos de la pintura tenían un rojo más vivo y claro. ¿Entonces Katherine sabía? ¿Y que tal si ella había tenido algo que ver y por eso lo encubría e ignoraba tantas pistas? Sus manos comenzaron a sudar, y su cabeza a dar vueltas, había recolectado el valor que le hacía falta, caída la noche se colocó una capa y unas botas oscuras, caminó a través del bosque en la oscura noche, ya no tenía miedo, quería respuestas. Comenzó a ver la casa de los Chalamet a través de los árboles y aceleró su paso. Para el pueblo ellos seguían en Francia y por un largo tiempo.
No había gente alrededor lo que le dió ventaja para observar la estructura del lugar e idear como entrar, tomó un par de rocas para impulsarse, era ligera así que no fue difícil aferrarse a los barrotes de la reja, una vez arriba no le quedó opción más que saltar. Se sintió aturdida pero estaba bien, lanzó una piedra a la ventana y trató de abrir, no tenía miedo porque sabía que ya no estaban, así que lanzó una con mayor fuerza para hacer un hoyo más grande y logró entrar.
-Vamos, aquí tengo que encontrar algo-
La casa lucía vacía, los muebles no tenían nada, la habitación estaba llena de estantes vacíos y botellas de alcohol, la biblioteca tenía muchísimos libros que tendría que revisar uno por uno pero desde fuera todo parecía normal.
Bajó la escalera pero en ese instante escuchó un golpe abajo de ella, en el sótano.
-¿Quién está allí?-
Se escuchó otro golpe, después otro, pero no había respuesta, era como si algo fuese aventado contra la pared de madera, trató de abrir a golpes y no pudo, estaba cerrada con candado, corrió a la cocina y puso un cuchillo contra la lumbre, de esta forma derretiría el candado y quizás podría ver qué había.
El candado se abrió pero apenas la puerta se abrió unos centímetros, docenas de murciélagos intentaron entrar, entre gritos trató de cerrar la puerta.
-¿Que demonios?-
agitada trató de recuperar la compostura, cerró la puerta pero seguían empujando, no sabía que hacer, volteó al piso en busca de respuestas pero lo que vió la aterrorizó más, soltó un escalofriante grito que la hizo abandonar el lugar, corrió a la casa de los Wood.
-¡Katherine! ¡Katherine! ¡Dios mío Katherine tienes que ver esto! ¡Tienes que ver la verdad!- tocó desesperada, Kenneth abrió la puerta.
-Katherine ya no vive aquí-
-¡Kenneth! Pequeño, ven por favor tienes que ser testigo de esto, nadie me cree- lo jaló del brazo sin importarle qué y lo llevó a casa de los Chalamet, estaba desquiciada y no podía controlar su ataque de pánico.
Una vez dentro le hizo escuchar como los murciélagos golpeaban desde el sótano y le mostró el hueso humano que estaba en el piso, era como una quijada fracturada.
Kenneth estaba aterrado y comenzó a llorar, solo rogaba que se fueran de allí pero Charlotte estaba obsesionada con demostrarle a todos su teoría -¿Fue Katherine verdad? Ella está involucrada- gritaba mientras sujetaba al pequeño de los hombros y los murciélagos debilitaban la puerta, ya no eran docenas, eran cientos de ellos. Una profunda voz masculina comenzó a reírse escaleras arriba, la piel de Charlotte se erizó y tomó a Kenneth entre sus brazos. La alta figura del anciano se acercó a ellos -Acaban de cavar su tumba-
Charlotte empujó a Kenneth detrás de ella y le lanzó una roca al anciano, furioso la tomó del cuello haciéndola levitar, su piel se comenzaba a pintar de morado hasta que un grito de dolor lo hizo soltarla, detrás de él estaba Timothée quién había logrado que su padre soltase a Charlotte, ella cayó al piso atónita. Timothée y su padre comenzaron luchar en el aire a varios metros sobre el suelo, el chico se veía cansado de por sí pero a pesar de eso logró apaciguar al anciano -¿Qué haces aquí padre? Te he estado buscando- jadeó tratando de limpiar su cara.
-Salí a divertirme. Pero esas sanguijuelas van detrás de mí-
-Volvieron- reclamó Timothée molesto -Esos últimos cuerpos ¿Fuiste tú? ¿O ellos?-
-Quizás ambos- dijo mezquino mientras observaba a su hijo -Charlotte y Kenneth observaban desde abajo completamente aterrorizados, Timothée se percató y les indicó con la cabeza que se fueran, su padre molesto le cuestionó pero el muchacho no podía hacer mucho, jamás dañaría a alguien a quien Katherine amaba, los dejó irse sin más, rendido y cansado. Su padre negó violentamente y se marchó dejándolo solo. Timothée se dirigió de inmediato con Katherine, era la hora en que se veían, solo que en esa ocasión él estaba bastante desencajado.
-Hola preciosa ¿Cómo sigues?-
-Mejor Tim- lo abrazó pero enseguida notó su ropa y su semblante ,-¿Qué ocurrió?-
-Nada, estoy bien, pero escucha- tomó su fina cara entre sus manos
-Perdóname si en algún momento hago algo que te lastime, nunca he querido que sea así, pero no puedo hacer mucho-
-¿De qué hablas Tim? Tú solo me has ayudado-
-Quizás no soy como crees que soy. Pero entiende que nunca ha sido mi intención herirte- suspiró tratando de buscar las palabras adecuadas -Te amo Katherine - besó con fuerza sus labios mientras contenía las lágrimas, el más agridulce beso que jamás había dado.Después de eso, se fue, pero esta vez no le dijo que la vería a la noche siguiente o que le enviaría una carta, solo se fue.
Sentada en su cama observando a la nada volvió a sentirse sola, muy sola.
El ruido de la entrada la desconcertó, era casi de madrugada, así que se asomó y vio que eran los guardias dejando entrar a Kenneth, la tía Anna y Charlotte. Salió de la habitación velozmente, habían oficiales resguardándolos y su pequeño hermano pálido y con los ojos llorosos corrió a abrazarla. Algo muy malo había pasado y su corazón comenzaba a romperse porque sentía saber que era.•
-¿Por qué hiciste eso Charlotte? Metiste a Kenneth a la fuerza en la mitad de la noche a una cueva de murciélagos ¡Estás desquiciada!- gritó Katherine.
-¡Perdón! ¡Pero está bien, él lo vió! ¡Vió a aquellos seres infernales levitar en el aire! ¡Y hablaban sobre los cuerpos de las cuevas!- su voz se rompía pero no sé rendía.
-¡No me importa una maldita mierda nada de eso! ¡Arriésgaste su vida por querer tener la razón! Eres una maldita egoísta Charlotte-
-¿Yo soy egoísta? ¡Yo no soy la que pintaba con la sangre de esas víctimas! ¡Yo te dije todo el tiempo y no me escuchaste! ¡Te pedí ayuda pero preferiste seguir acostándote con aquel monstruo!-
-¡No fue así!- las palabras se atoraron en su garganta en seco, provocandole dolor, limpió sus lágrimas y salió de la habitación.Los oficiales ya habían tomado nota, todos estaban en casa de los Chalamet y la noticia había corrido como humo, en efecto esta vez habían encontrado en el sótano de la casa una cueva de murciélagos que conectaba con las famosas cuevas de Lancaster. El pueblo se había unido para realizar misas pues aquello solo podía explicarse como una maldición del mismo lucifer.
Planeaban quemar la casa después de reunir las pruebas suficientes, aunque no había muchas, solo muchas manchas de sangre de manera aleatoria por toda la casa.
El ambiente era frío y los días nublados, habían dejado de hablar de la boda, sería difícil que olvidaran aquella noticia en un buen tiempo.Katherine lamentaba todo, se había enfurecido por la irresponsabilidad de Charlotte pero muy dentro de sí seguía sin creerlo del todo.
-Han pasado unos días ¿Quieres hablar?- preguntó a Kenneth acariciando su hombro.
-Me asusté mucho-
-¿Te hizo daño? ¿Tim... Timothée?-
El pequeño negó con la cabeza -Él nos ayudó-
-¿Qué?-
-Su padre nos iba a... Mm... y llegó él-
Katherine no había escuchado más que las declaraciones de Charlotte una vez y no había querido oír más, pero esta vez quería continuar escuchando.
-¿Les dijo algo?-
-No, solo movió la cabeza para que nos fuéramos de allí-
-Entiendo-
-Flotaban. Ambos flotaban en el aire, peleaban como si volaran-
Katherine empalideció y mientras sentía un nudo en el estómago tomó la cabeza de su hermano y lo recargó en su pecho.🦇
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Sempiterno • Timothée Chalamet
Fanfic¿Un amor sempiterno puede venir solo de un bebedor de sangre? • Katherine se muda al pueblo donde vivía su difunta madre, allí conoce a su vecino, un misterioso joven que esconde un gran secreto. 🦇 ⚠️ Escenas sangrientas ocasionales que pueden ser...