02.- Cruel realidad

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Kirishima había permanecido en la sala de espera de aquel hospital toda la noche, pese a las insistencias de sus compañeros de que fuera a su departamento a cambiarse la ropa, pues seguía con su traje de héroe.

El pelirrojo bostezó, cansado, dejando su cabeza recostada en el espaldar de la silla. Y, sin poder evitarlo, comenzó a quedarse dormido…

…hasta que una voz femenina lo hizo volver a sentarse correctamente, ahuyentando todo el sueño que sentía.

-¡Eijirou!– saludó Mitsuki, amable, abrazando al joven pelirrojo quien se había puesto en pie al verla.

-Ah, Mitsuki-san. Buenos días.– saludó Kirishima, sonriendo algo apagado por el notable cansancio.

-Ay, te ves terrible.– admitió la mujer, acariciando el caído cabello de Kirishima.

Kirishima agachó la cabeza, avergonzado. Y Mitsuki le ofreció un vaso humeante de café que tenía en las manos, el cual Kirishima aceptó y comenzó a beber sin más.

-¿Hubo noticias anoche?– preguntó la mujer, mirando en dirección al pasillo.

Kirishima suspiró.

-No. Solo dijeron que debíamos esperar a que despertara.– gruñó el pelirrojo, apretando el vaso ligeramente.

Mitsuki miró de reojo al pelirrojo con tristeza.

-Estoy segura de que Katsuki despertara haciendo un escándalo, como de costumbre.– comentó Mitsuki. Kirishima rió, divertido.

-Sí, seguro grita un "¡Shine!" y nos revienta los oídos.– bromeó Kirishima, sonriendo.

Con esa sonrisa forzada.

-"Sus signos parecen estables"

Escuchó voces algo distantes, como si estuvieran cuchicheando entre sí. ¡Lo irritaba!

-"Cambiemos los vendajes"

¿De qué mierda hablaban?¿Qué vendaje?

Sintió unas manos frías posarse sobre sus brazos y, sabrá All Might de dónde, sacó fuerzas para soltar una explosión. No fue grande y estruendosa como hubiera deseado, pero al menos había apartado aquellas manos de él.

-"¿Activó su Don estando inconsciente?"

-"Quizás fue un reflejo."

Gruñó molesto y, con un esfuerzo sobrehumano, logró abrir los ojos. Lo primero que vio fueron dos desconocidos frente a él, ¡y entró en pánico!

-¡¡¡SHINEEE…!!!– gritó, soltando una fuerte explosión, alejando a los enfermeros que lo atendían.

Bakugo se acabó incorporando hasta quedar sentado en la camilla, examinando el lugar con la mirada. Algunas máquinas monitoreaban sus signos vitales, mientras su torso y brazos estaban cubiertos por vendas y ahora tenían una mancha rojiza… delatando que había vuelto a abrirse las heridas, seguramente.

-¡¡¿DÓNDE MIERDA ESTOY…?!!– exigió saber, soltando otras explosiones más pequeñas en sus manos.

Los enfermeros, algo aturdidos por la explosión, se apresuraron a tratar de calmarlo.

-B-Bakugo-san… p-por favor cal…

-¡¡¿POR QUÉ CARAJOS ESTOY HERIDO?!!– continuó preguntando, sin darle tiempo a los enfermeros de responder.

La puerta de la habitación se abrió de golpe, dejando ver la figura de su madre junto a un pelirrojo. Su cuerpo pareció relajarse un poco, pero aún soltaba explosiones amenazantes.


-¡¡KATSUKI!!– gritó Mitsuki, lanzándose a abrazar a su hijo, conteniendo las lágrimas de dicha. –¡Nunca me había alegrado tanto verte actuar como un maldito salvaje!– agregó feliz.

-¡¡CÁLLATE, BRUJA!!– gruñó Bakugo, alejando a su madre de su cuerpo.

-Katsuki, no es nada varonil tratar así a Mitsuki-san después de que ella se preocupara.– regañó Kirishima con su usual ánimo.

Bakugo lo miró a los ojos. Rojo con rojo.

-¡¿Y tú quién mierda te crees para hablarme así, extra?!– escupió Bakugo con rabia.

Mitsuki le dió un zape.

-¡No le hables así a Eijirou!¡Estuvo aquí toda la noche, preocupado por ti, malagradecido!– reprendió la mujer.

-¡¡¿Y QUÉ MIERDAS ME IMPORTA SI PASÓ O NO LA NOCHE AQUÍ?!!¡¡NO SE LO PEDÍ, NI LO CONOZCO SIQUIERA!!

Las palabras de Bakugo cayeron como un balde de agua fría sobre el pelirrojo e, incluso podía jurar, que el ambiente de la habitación se había puesto pesado.

-V-Vamos, Bakubro… me ofende que digas eso.– habló Kirishima, forzando su sonrisa. –Soy yo, Kirishima. ¿O acaso no me recuerdas?– rió nervioso.

-No te conozco.– respondió Bakugo de forma tajante, sin apartar la mirada del pelirrojo.

El mundo de Kirishima se derrumbó con esas tres palabras. Ya ni siquiera se molestó en forzar su sonrisa…

Había transcurrido unas cuantas horas desde que Bakugo había despertado…

… Y Kirishima se encontraba en la entrada del hospital, sentado sobre la acera, con el rostro escondido entre las rodillas, llorando en silencio.

Minutos atrás, el doctor les explicó a él y Mitsuki el estado del rubio explosivo.

Bakugo-san parece haber sido afectado por el Don del villano que enfrentaba, el cual desconocemos por ahora. Pero creemos que se trata de un Don con la capacidad de borrar la memoria…

"Borrar la memoria"… aquellas palabras habían sido como una puñalada certera en su corazón.

… debemos esperar para cerciorarnos si los efectos son temporales.

Kirishima apretó los puños, maldiciéndose por no haber estado para proteger a Bakugo. Se sentía enojado, inútil, patético…

¡Joder, sentía un asco!

-¿Eijirou…?– el pelirrojo alzó la cabeza, con la vista borrosa debido a las lágrimas. Una erizada cabellera rubia ceniza.

-¿Kat…?– no concluyó, al recibir un cálido abrazo por parte de Mitsuki quien, sin poder contenerse más, comenzó a llorar también.

Kirishima no la apartó, sino que correspondió el abrazo.

Era lo que necesitaba en ese momento: un abrazo.

Un escape momentáneo de aquella cruel realidad en la que Bakugo…

…no recordaba al pelirrojo.

❤️💥❤️💥❤️💥

Hola, gatitos, ¿cómo les va?
La verdad, les confieso que lloré escribiendo éste capitulo, y me dolió la situación del kiriburón 💔

Pero, ya más adelante tendrá su final feliz… creo.

Si les gustó, recuerden dejarle una ⭐ y comentar qué les pareció para darle ánimos al autor para seguir publicando jeje

Y, bueno, sin más…
¡nos leemos la próxima!
¡Los amo un mundo! 💖

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora