13.- Solo

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El teléfono del departamento sonó, dejando a ambos jóvenes inmóviles por unos segundos, en una posición bastante comprometedora a los ojos de cualquiera: Kirishima, boca arriba en el suelo, con la respiración agitada. Y Bakugo sobre él, con las mejillas sonrojadas, presionando el rostro del pelirrojo.

¿Como habían acabado así? Sencillo: cuando Bakugo trató de explotarlo la primera vez, Kirishima retrocedió y se cayó, tomando al cenizo por el brazo para tratar de salvarse… pero ambos acabaron cayendo.

-Tsk… te salvaste ésta vez, pelos de mierda.– sonrió Bakugo, dándole un golpecito en la frente al pelirrojo para luego ponerse en pie y atender el teléfono. –¿Diga?

-B-Buenas tardes, emmm…… yo…– el tartamudeo del otro lado de la línea comenzó a molestar a Bakugo.

-¡Joder, habla de una puta vez, ¿quieres?!– gritó, impaciente.

-¡L-Lo siento!¡N-Número equivocado!– y se colgó.

-¿Qué mierdas…?– Bakugo miró el teléfono por varios segundos, intentando entender qué diablos había sucedido.

-¿Quién era, Katsu?– preguntó Kirishima, curioso, acercándose a su novio.

-No dijo.– gruñó Bakugo, dejando el teléfono en su lugar. Y se tiró sobre el sofá.

Kirishima, aún con curiosidad, miró el número y casi se ríe al reconocerlo. Era de la Agencia de Fat Gum por lo que, seguramente, había sido Tamaki.

Volvió a marcar.

-¿D-Diga…?– la voz de Tamaki no tardó en atender el teléfono al primer pitido.

-Hola, Tamaki-sempai, es Kirishima. ¿Pasó algo?– habló el pelirrojo, sintiendo la mirada nada discreta de Bakugo sobre él.

-Ahmm…– lo pensó. –F-Fat me pidió llamarte para que vinieras a patrullar esta noche.– explicó.

-¿Eh?

-P-Parece que te has ausentado bastante ya y no podemos seguir lidiando con las patrullas nosotros… L-Lo siento…

Kirishima quiso replicar, pero lo pensó mejor. Fat y Tamaki habían sido bastante buenos con él, permitiéndole dejar sus labores en la Agencia para atender a Bakugo, pese a que incluso había dejado a Tamaki solo, a media patrulla, cuando le informaron del accidente que había sufrido el cenizo.

-De acuerdo. Ahí estaré, bro.– sonrió, colgando.

Se giró, viendo cómo Bakugo trataba de fingir ver un programa en la televisión. Sonrió, divertido, y se dejó caer a su lado en el sofá.

-Oye, Katsu…– lo llamó, en un susurro, algo inseguro de cómo continuar. –Yo…

-¿Saldrás?– completó el cenizo, sin mirarlo.

-Sí… iré a la agencia de Fat ésta noche a patrullar.– suspiró sin ánimo, apoyando su cabeza en el hombro del otro. –¿Estarás bien tú solo?

Bakugo lo miró, alzando una ceja con confusión.

-¿Qué podría pasarme?– espetó, ligeramente ofendido.

-No lo sé.– Kirishima agachó la mirada. –Podrías quemarte cocinando, ¡o yo qué sé!– alegó.

Bakugo bufó, rodando los ojos con fastidio.

-No va a pasarme nada, pelos de mierda. No soy un puto bebé, sé defenderme.

'Pero no lo hiciste la última vez…' Kirishima prefirió callar ese pensamiento para no molestar al otro. Aún se culpaba de lo sucedido y temía, más que nada, que se repitiera.

-Voy a llamar a Midoriya y Todoroki para que se queden contigo.– dijo el pelirrojo, levantándose.

-¡Claro! Porque me la pasaré super cómodo con mi maldito ex y su novio.– bufó Bakugo, molesto, cruzándose de brazos como un niño malcriado.

Kirishima lo miró. Vale, le daba la razón en eso: tal vez no era buena idea que Midoriya fuese quién lo cuidara en su ausencia.

-Entonces llamaré al Bakusquad y….

-¡¿El qué?!– interrumpió Bakugo con un grito molesto. Odiaba ese apodo.

-D-Digo… a Mina, Denki y Sero, ¡seguro que…!

Lo pensó de nuevo. Luego de que el plan de Mina por hacer que Bakugo recuperara sus recuerdos reviviendo los momentos más importantes, no estaba muy seguro que el cenizo quisiera ver a alguno de ellos. A fin de cuentas, lo había afectado de mala manera…

Suspiró.

-Tú ganas, Katsuki.– Kirishima sonrió sin ganas.

Se acercó al cenizo y lo tomó de las manos, mirándolo con seriedad.

-Solo…– suspiro. –Llama a la agencia si pasa algo, ¿si?

-No creo que haga falta.– aseguró Bakugo, sonriendo con suficiencia.

Kirishima amaba esa sonrisa…

…quizás fue esa seguridad que transmitía lo que, en primer lugar, logró enamorarlo.

-Volveré pronto, lo prometo.

❤️💥❤️

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Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora