25.- Ya no más

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Kirishima sintió algo cálido sobre su cuerpo y, aunque también se sentía algo adolorido debido a la mala postura en la que se había dormido la noche anterior, no se movió para acomodarse. ¡Estaba demasiado a gusto!

Pero en cuanto sintió unas manos sobre sus hombros, abrió los ojos de golpe, topándose con la mirada ambarina de Hawks.

-Se mueven.– informó el héroe alado, haciendo que toda la somnolencia del pelirrojo desapareciera.

-¿Dónde?– cuestionó, poniéndose de pie, estirándose.

-No lo sé. Yui-chan está en el mismo sitio de ayer, pero él se sigue moviendo…– hizo una pausa, frunciendo el ceño. –Yo lo seguiré desde el cielo.– agregó.

-Yo voy contigo.– insistió Kirishima, serio. Pero Hawks solo sonrió, revolviendo su aplacado cabello rojizo.

-Iré más rápido yo solo. Pero les informaré su ubicación en todo momento.

Hawks le dejó una de sus plumas al pelirrojo, antes de salir por el balcón, alzando vuelo.

«Por favor, Katsuaguanta un poco más.» rogó Kirishima en sus pensamientos, mirando la pluma que permanecía en su mano.

Bakugo se encontraba  sentado sobre la arena rojiza, observando el vaivén de las olas en la orilla. Estaba en una isla, ¡una jodida isla! Sin dudas tenía que admitir lo inteligente que había sido su captor al llevarlo allí. Y, con las heridas en sus muñecas, no sería nada prudente usar su Don para escapar. ¿Y nadar? Ni pensarlo con una herida abierta, la sal lo quemaría nada más entrar al agua.

Suspiró.

-Joder… me siento una maldita princesa cautiva.– gruñó molesto, chasqueando la lengua. ¡Ni siquiera podía hacer una señal de S.O.S en la arena porque no sabía si alguien la vería!

Escuchó el sonido de un motor y, por instinto, se puso de pie. Entrecerró los ojos, tratando de visualizar mejor la embarcación que se acercaba, ¡una pequeña lancha! Pero su mente le gritó huir cuando vió a Jaden abordo.

Corrió a esconderse entre las palmeras, agradeciendo que su captor no pareció verlo. Y, en cuanto Jaden se bajó de la lancha y se adentró en la cabaña, él salió de su escondite y corrió a la lancha.

-¡Carajo…!– gruñó frustrado al no encontrar las llaves por ningún lado. ¡Seguro que él las llevaba consigo!

-¿Buscabas algo, Bakugo-san?– cuestionó Jaden, parado frente a él, agitando las llaves del vehículo. Bakugo gruñó.

-¡Dámelas!– ordenó, soltando una pequeña explosión que lo hizo gemir de dolor.

-No estás en condición de amenazarme. ¿Te lastimaste con las esposas acaso?–

-¡¡ESO NO TE IMPORTA!!¡¡¡DAME LAS PUTAS LLAVES DE UNA VEZ!!!

Jaden suspiró.

-Con esa personalidad… no me extraña que la Liga se interesara en ti. Eres el estereotipo de un villano.– susurró.

Los ojos de Bakugo ardieron de rabia al escuchar eso y, sin pensarlo dos veces, se lanzó contra el rubio, arrojándolo al suelo y comenzando a golpearlo. Le daba igual si le borraba la memoria con su Don, ¡le daría una paliza que recordara!

Las heridas en sus muñecas dolían con cada puñetazo que daba, pero no dejaba de golpearlo, aún cuando Jaden mantenía su guardia en alto, protegiéndose la cabeza.

-¡¡¡¡SHINEEEEEEEEEEEEEEEE……!!!!– soltó una explosión contra el pecho del rubio, demasiado potente que lo mandó a volar unos metros, pero, curiosamente, no cayó.

Escuchó el irritante pitido en sus oídos y se sintió mareado. Alzó la vista en cuanto sintió unas manos bajo sus axilas, manteniéndolo sujetado a unos metros del suelo. Y sonrió aliviado al ver a Hawks, susurrando un simple "llegué a tiempo" antes de descender.

Bakugo se mantuvo de pie con difícultad mientras Hawks se acercaba al cuerpo del rubio, para comprobar sus signos vitales.

-Vaya… sigue vivo después de esa explosión.– exclamó el héroe alado, sorprendido, tomando al rubio y cargándolo con cuidado. –Habla Hawks, les envío mi ubicación. Necesito un médico cuantos antes, tengo dos heridos en……

Bakugo no siguió escuchando más, pues al verse a salvo, se desmayó. ¡Al fin había terminado aquella pesadilla!

Kirishima caminó por el largo pasillo del hospital, llegando a la habitación en la que habían internado a Bakugo. Y, en una especie de dejá , vió al amor de su vida postrado en una camilla, con los brazos vendados, una mascarilla de oxígeno, y completamente inconsciente.

Sintió su corazón encogerse al verlo en ese estado y no tuvo el valor de entrar a la habitación. Se quedó fuera, viéndolo a través del cristal.

-Kirishima-kun, deberías entrar…– no tuvo la necesidad de voltearse para saber que era Deku el que hablaba.

-No merezco estar a su lado. Ya no.– susurró el pelirrojo, dolido. –Es mi culpa que esté aquí. Si lo hubiera escuchado, él…– se calló.

Deku puso una mano sobre el hombro de su amigo, dándole apoyo.

-Bakugo te ama. Y, da igual lo que halla pasado, él te escuchará si tratas de enmendar las cosas ahora.– aseguró el peli-verde, sonriendo.

Kirishima asintió, sintiendo las lágrimas caer libremente por sus ojos que permanecían fijos en Bakugo. Deku le dió un empujoncito, pidiéndole entrar y, aún dudoso, el pelirrojo obedeció, sentándose junto a la camilla.

-Katsu, yo…– tragó saliva. –…necesito que despiertes para que escuches lo que voy a decirte.– dijo.

Enji apartó la mirada, incómodo, al escuchar otro desgarrador grito de dolor de aquel rubio atado a la camilla de aquella clínica. Mientras que Hawks, por su parte, permanecía con una expresión serena, escuchando la explicación que les daban los médicos de aquel lugar.

-¿Recuerdan la droga que usaron para neutralizar el Don de Mirio Togata-kun?– cuestionó el hombre. Hawks asintió. –Pues hemos copiado esa fórmula y la hemos pulido un poco, obteniendo una mezcla que anula por completo los Dones y también las alteraciones producidos por las mutaciones.– explicó.

Hawks arrugó la nariz en una mueca de desagrado al escuchar aquello. ¡No le gustaba que miraran sus alas cuando decían aquello!

-¿Entonces le quitarán su Don?– cuestionó Endeavor, señalando a Jaden. El doctor asintió.

-Así es. Y luego lo enviaremos a una prisión estándar para que pague por sus crímenes.

-¿Y su hija?– preguntó Hawks.

-Qisiéramos echarle un vistazo a……

-¡No!– interrumpió el héroe alado, apuntando todas sus plumas al cuello de aquel pobre hombre, pero sin llegar a tocarlo. –Ella viene conmigo. Y si alguno de ustedes trata de impedirmelo, ¡lo pagará!– advirtió, saliendo del lugar.

Endeavor no tardó en darle alcancé, suspirando.

-Si querías adoptar, había otras formas de hacerlo, Hawks.– bufó el pelirrojo.

-No dejaré a una niña en manos de esos monstruos.

-Lo sé. Pero no creo que estés capacitado para ser padre.

-Lo haré bien, tranquilo. Solo no debo seguir tu ejemplo.– sonrió Hawks, alzando vuelo, escuchando un "pollo idiota" por parte de Endeavor respecto a su comentario.

  

💥❤️💥

¡Gatitos!
Les informo que la historia está casi culminando, solo quedan un par de capítulos más. Así que…

… si les gustó, recuerden dejarle una ⭐ y comentar qué les pareció.

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora