03.- No soy un extra

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La fría brisa de la noche lo hizo estremecerse, pero no le dió mucha importancia. Sus ojos rojos permanecían fijos en las luces de los edificios, sin prestarle realmente atención a estos…

… pues estaba sumido en sus pensamientos, tratando de recordar.

Había escuchado a los doctores cuchicheando, diciendo que había sido atacado por un villano mientras patrullaba. Pero…

Él no recordaba eso.

Recordaba a un villano atacarlo, sí. Ese bastardo de lodo que lo tomó de rehén.

-¡Ahg, maldita sea…!– gruñó Bakugo, sosteniendo su cabeza que comenzaba a doler. –¿Por qué no puedo recordar nada…?– siguió.

Otra brisa fría chocó contra su cuerpo, haciéndolo maldecir por lo bajo el no haber tomado algo para abrigarse antes de subir a la azotea.

-¡Rayos, bro!¡Llevo horas buscándote!– escuchó a su espalda, pero no se molestó en voltear. Ya sabía quién era.

-¡Déjame en paz, cabello de menstruación!– ordenó Bakugo, soltando una explosión como advertencia.

No escuchó nada más.

«¡Ja! Se fue.» pensó el rubio cenizo, sonriendo victorioso…

… hasta que sintió una cálida tela posarse sobre sus hombros y se giró, sorprendido, viendo cómo Kirishima le había colocado una chaqueta.

-Hace frío.– comentó Kirishima, sonriendo con cariño. –Sería un problema que te resfríes.– agregó.

Bakugo sintió un extraño alivio en su pecho al ver la sonrisa del pelirrojo.

-C-Como sea, no te lo pedí.– gruñó, desviando la mirada para que no se notara su sonrojo. –…ero… ias…

-¿Eh? No escuché lo último, bro.– comentó el pelirrojo, acercándose y colocando una de sus manos en su oreja para escuchar mejor.

Bakugo gruñó.

-¡¡¡DIJE QUE GRACIAS, MALDITA SEA!!!– gritó con las mejillas al rojo vivo.

Kirishima sonrió y, por costumbre, le dió un beso a Bakugo en los labios; haciendo que el rubio lo empujara al instante, cubriéndose la boca.

-¡¿Q-Qué diablos crees que haces, jodido extra?!– gruñó Bakugo, molesto y avergonzado.

-P-Perdona, Katsuki, es la costumbre.– se disculpó el pelirrojo, maldiciéndose internamente al usar el nombre del otro. ¡Qué torpe!

-¡Me besas y usas mi nombre a la ligera, ¿quién carajo te crees, maldito extra?!– Bakugo estaba soltando explosiones bastante violentas, mientras un aura hostil se formaba a su alrededor.

-No soy un extra.– aseguró Kirishima, serio. –Soy Kirishima Eijirou… tu novio.

Lo siguiente que supo el pelirrojo fue que despertó en una camilla luego de que Bakugo lo atacara sin darle tiempo de activar su Don para defenderse.

-Bien, Bakugo-san… tus resultados están en orden, ¡felicidades!– habló el doctor, sonriendo. –Hoy serás dado de alta.– agregó.

-¡Ya era hora!– exclamó Bakugo, mientras la enfermera terminaba de cambiar los vendajes.

-¡Ten más respeto, mocoso maleducado!– regañó Mitsuki, dándole un zape a su hijo.

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora