09.- No me dejes

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Kirishima se detuvo en medio del pasillo al escuchar la voz de Bakugo detrás de él y, sin pensarlo mucho, corrió sobre sus pasos, volviendo hasta que dió con un aula donde escuchaba voces y…

… movido por su instinto, abrió la puerta de una patada.

Y…

… se quedó helado al ver a sus amigos "imitando" a los miembros de la Liga de Villanos. Y a Bakugo sobre el suelo, atado, amordazado y con una venda sobre los ojos; siendo sometido por Kaminari.

-¡¡¿QUÉ MIERDA ESTÁN HACIENDO….?!!– gritó enojado como muy pocas veces, haciendo estremecer de miedo a sus compañeros.

-Bro, tranquilo. Solo tratamos de ayudar a Bakugo para…

-¡¡¡ESTO NO LO AYUDARÁ A NADA!!!– interrumpió Kirishima a Sero, empujándolo con algo de brusquedad, para luego apartar a Kaminari del rubio explosivo que, se encontraba sollozando en silencio bajo la venda…

Imperdonable.

-Vayanse….– escupió Kirishima, sin mirar a sus amigos. Estaba realmente enojado y decepcionado con ellos.

Solo escuchó pasos antes de oír la puerta cerrar y un apagado "lo sentimos…" por parte de Mina.

Kirishima trató de quitarle la venda a Bakugo, pero el cenizo al sentir unas manos sobre su rostro, se removió, apartándose.

-Kats… soy yo, tranquilo.– habló el pelirrojo con una voz tranquila, pese a la rabia y el dolor que sentía al verlo en aquel estado debido a su "plan".

Bakugo se relajó al escucharlo y trató de decir algo, pero la tela que amordazaba su boca no se lo permitía. Kirishima se apresuró a quitar la venda y la mordaza, seguida de las ataduras en sus manos y…

…cuando Bakugo estuvo libre, ¡lo abrazó!

-Joder…– gruñó el cenizo, apretando la camisa del pelirrojo, escondiendo su rostro en el pecho de éste, temblando.

-Está bien, Kats… estoy aquí. No voy a dejarte solo.– susurró Kirishima, acariciando el erizado cabello del otro.

Con aquella frase, las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Bakugo, empapando la ropa del pelirrojo.

Se sentía vulnerable como nunca antes y, eso, lo molestaba. Y solo podía aferrarse al pelirrojo en busca de esa protección que necesitaba… Se sentía tan diminuto entre sus brazos que solo podía llorar como un niño pequeño.

Un destello rojizo en medio del cielo nocturno y un claro grito resuena en las ruinas de aquel campo de batalla improvisado.

«¡Ven!»

No lo duda.

Una explosión tras otra y otra, hasta alcanzarlo… y tomar su mano, sintiendo un alivio gratificante. Sonríe, sin poder evitarlo, y sus orbes rojos se cruzan con los de él.

«Idiota…»

Bakugo aprieta más la camisa del pelirrojo con aquel recuerdo fugaz. Es la misma sensación…

…de protección y seguridad.

Joder, aquel pelirrojo sin dudas era especial para él.

Luego de unos prolongados minutos, Bakugo finalmente comenzó a calmarse hasta dejar de llorar y se separó del pelirrojo, secándose el resto de las lágrimas con el dorso de la mano.

-Lo siento…– susurró Bakugo, sin mirarlo.

-¿Por qué?– el pelirrojo ladeó la cabeza, confundido.

-Por tu camisa… e-está…

Kirishima bajó la mirada y sonrió comprobando que, efectivamente, Bakugo había chamuscado su camisa con su Don mientras lloraba. No era la primera vez que aquello sucedía, pero le causaba gracia ver al cenizo avergonzado por no recordarlo.

-Vaaaya, era de mis favoritas.– bromeó Kirishima, fingiendo tristeza.

-Te compraré otra igual.– exclamó Bakugo, serio, aunque sus mejillas se habían sonrojado un poco.

Kirishima quiso sonreír, pero no pudo… se sentía culpable por haber causado todo aquello.

-Oye, Bakugo…– lo llamó, cabizbajo. –¿Podrías perdonarme?– cuestionó en un susurro.

Bakugo lo miró sin entender, alzando una ceja con duda.

-Por mi culpa tuviste que pasar por una mala experiencia otra vez… ¡Lo siento!¡No fue nada varonil de mi parte!– se disculpó Kirishima, agachando la cabeza en una reverencia.

Silencio.

Kirishima ni se atrevió a levantar la cabeza, por temor de ver aquellos ojos que amaba acusándolo.

-No te culpo, idiota.– corrigió Bakugo, dándole un ligero golpe en la cabeza al pelirrojo. –Solo no vayas por ahí diciendo que me rescataste. ¡Que yo no pedí tú ayuda, eh!

Kirishima alzó la mirada y vió aquel sonrojo que tanto amaba en las mejillas de su rubio explosivo. Sonrió.

-Pero me abrazaste como si te alegrarás de que lo hiciera.– bromeó Kirishima, ganándose una mirada avergonzada en el rostro de Bakugo……

…y una explosión de lleno en su rostro.

Por suerte la vió venir y activó su Don a tiempo.

Apenas regresaron al departamento, Kirishima se dejó caer sobre el sofá del departamento, dispuesto a dormir. Bakugo lo miró unos segundos, dudando, hasta que, con un suspiro, se acercó hasta el sofá.

-O-Oe…– llamó con algo de nervios, recibiendo solo un gruñido interrogante por parte del pelirrojo. –Te importaría… ¿dormir conmigo esta noche?

Kirishima se incorporó en el sofá de un salto, quedando sentado. Y parpadeó un par de veces, jurando que había escuchado mal.

-¿Disculpa?

Bakugo chasqueó la lengua. ¡Por All Might, odiaba repetir las cosas!

-¡Te pregunté si podrías dormir conmigo ésta noche, maldición!– gruñó Bakugo, enojado y avergonzado por igual.

Ni corto ni perezoso, Kirishima aceptó la propuesta.

Y así, ambos se quedaron a dormir en la habitación, espalda con espalda por órdenes de Bakugo. Aunque Kirishima no lograba dormir…

…solo podía pensar en que, aquella situación le recordaba a lo que ocurrió tras el secuestro de Bakugo.

En aquel entonces, Bakugo tenía pesadillas casi todas las noches y se despertaba asustado, entre gritos y explosiones. Por eso, un día decidió invitarlo a dormir en su habitación y, para su sorpresa, esa noche no hubo pesadillas.

Era curioso.

Y ahora, era como tener un dejá de aquel momento.

Kirishima sintió unos brazos pasar sobre los suyos, abrazándolo y, al principio se sorprendió, pero a los pocos segundos se relajó. Sentía el rostro de Bakugo pegado a su espalda.

-Ei… no me dejes…

-¿Kats……?– giró su rostro, pero Bakugo se encontraba profundamente dormido. Y, aunque lo entristecía un poco, sonrió.

Bakugo lo había llamado en sueños.

Eso era un gran avance.

El pelirrojo tomó las manos del otro, entrelazándolas con las suyas, situándolas cerca de su corazón.

-Nunca lo haré, Kats…

❤️💥❤️

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Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora