24.- ¿Fuga?

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Jaden suspiró, cansado, mientras estacionaba el coche cerca del edificio abandonado donde solía dejar a su pequeña hija. Era negligente quizás, pero no podía dejar a su amada niña en un colegio donde todos la veían como un fenómeno por no poseer un Don.

Por eso solía llevarla a aquel lugar. Allí podía jugar y, en algunos locales vacíos, le dejaba cosas para que estuviera entretenida –como juguetes o tareas que podía hacer–. No era el padre del año…

… y menos tras conocerlo a él. ¡Oh, sí! Bakugo Katsuki había trastornado su mundo y, su hija, que solía ser el centro de su universo, pasó a segundo plano al verlo. Tan altanero y arrogante, tan inalcanzable que…

… se sintió atraído al instante.

-¡Yui, linda, ya nos vamos!– dijo Jaden, abriendo la puerta del local donde solía estar su hija. Y allí estaba, coloreando algo en el suelo, tarareando una canción que no alcanzó a reconocer.

-¡Papi, papi!¡Mira!

La pequeña corrió a sus brazos, siendo cargada, mientras le mostraba a su padre el dibujo que había hecho. Jaden sonrió.

-Oh, está muy bonito, linda. ¿Quienes son?– preguntó.

-¡Somos Kei-nii, Ei-nii y yo!– respondió la niña, sonriendo. Jaden la miró, confundido.

-¿Kei-nii y Ei-nii…?

-Son amigos que hice hoy.

Jaden no le dió muchas vueltas al asunto y salió del edificio con la pequeña en brazos. Subió al coche y condujo hasta su departamento donde, apenas entró, dejó a Yui en su habitación, dormida.

Cuando volvió al salón, se quedó observando el dibujo hecho por su pequeña. No alcanzaba a reconocerse mucho: una pequeña silueta con vestido rosa y trenzas rubias que, asumió, sería su hija… y, a su derecha, una silueta más alta que ella, rubia también, con dos grandes ¿alas rojas a su espalda? y, a su izquierda, una silueta con un irritante color rojo en el cabello.

Arrugó el ceño. ¿Quiénes eran estos supuestos amigos que había hecho su hija?

Hawks miró de reojo al pelirrojo parado a su lado, cabeceando por el cansancio, luchando por mantener los ojos abiertos. Dejó la taza de café que llevaba en las manos y se acercó al más joven, sentándose a su lado, viendo cómo este se incorporaba, tratando de mantenerse despierto.

-Deberías descansar.– insistió Hawks, sonriendo.

-Estoy bien. No lo necesito.

-Claaaaro. Y por eso te estás quedando dormido ¿no?

Kirishima no respondió, solo se sentó en el sillón, quedando junto al héroe alado.

-No tienes que preocuparte tanto. Mientras mis plumas estén en contacto con Jaden y Yui-chan, sabré dónde están. Y no tardaremos en encontrar a Bakugo-kun.– explicó Hawks, serio.

-¿Y si ella decide contarle a su padre que nos vió?

-No lo hará.– interrumpió Hawks, seguro. –Y si lo hace, lo sabré. Puedo sentir y escuchar mediante mis plumas ¿lo olvidas?

Kirishima esbozó una ligera sonrisa antes de asentir.

-Ahora vete a dormir o parecerás un zombie cuando rescatemos a tu princesa cautiva.– bromeó Hawks, palmeándole la espalda al menor.

Y, aunque su mente se rehusaba a ceder, su cuerpo cayó rendido por el cansancio al recostarse por completo en el sofá.

Bakugo gruñó, adolorido, cuando finalmente consiguió quitarse las esposas. Sus manos estaban lastimadas y, de los cortes que causaba el roce de las esposas en sus muñecas, brotaban pequeños chorros de sangre.

-Maldición…– gruñó, rasgando un trozo de la sábanas para atarla alrededor de sus lastimadas muñecas, para detener el sangrado.

Se puso en pie, dando traspiés debido al debilitado estado de su cuerpo. Pero aún así, salió de aquella habitación, quedando algo asombrado al ver que, fuera de ella, todo era igual a su antiguo departamento…

… excepto por las fotos y póster suyos que había pegadas en las paredes.

-Este tipo… es como un maldito fanático obsesionado.– murmuró con asco. Hasta que notó algunas de las fotografías arrojadas al suelo y, curioso, tomó una. ¡Aparecía él con Kirishima en la UA!

Siguió escarbando entre aquellas fotos desechadas, viendo más y más fotos en las que aparecía sonriendo junto a Kirishima. Cuando ganó el festival deportivo, en la calle paseando, ¡incluso había fotos de ellos en su departamento!

-Mierda…– gruñó al ver que había manchado varias de las fotos con la sangre de sus heridas. –Joder, si yo ve…– se calló. –¡¿QUÉ CARAJOS ME IMPORTA SI LO VE?!¡¡YO ME LARGO DE ÉSTA MIERDA!!

Caminó hacia la puerta principal y salió, viendo alrededor, alerta. Estaba frente al mar, con la luna llena reflejada sobre la superficie del agua.

«Tal vez, en otra situación… amaría este sitio.» pensó con molestia, comenzando a andar por la arena rojiza, buscando algo que le indicará el lugar donde estaba.

Pero luego de varios minutos andando sin rumbo, no encontró más que arena y mar. ¿Dónde mierdas lo habían llevado?

-No me digas que eso es……– tragó saliva con difícultad, soltando una ligera explosión. –¡¡¿ES UNA PUTA ISLA?!!¡¡¡NO ME JODAAAAAS…!!!

  

❤️💥❤️

Estoy medio dormida, pero aquí les dejo el capítulo, gatitos hermosos ✨

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora