06.- Reunión de extras

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Kirishima dejó que Bakugo estuviera abrazado a él…

…y así perdió la noción del tiempo, hasta que sintió como el agarre del rubio se hacía más débil y desaparecía.

-¿Kats…?– lo llamó, pero Bakugo se había quedado dormido en sus brazos.

Sonrió con ternura.

Cargó al rubio y lo dejó sobre la cama, cubriéndolo con una cobija y dándole un dulce beso en la frente para luego irse a dormir al sofá.

Kirishima gruñó por lo bajo en cuanto escuchó el teléfono del departamento sonando, pero su cuerpo seguía exhausto y solo pedía seguir durmiendo. Así que se limitó a girarse sobre el sofá, quedando bocabajo, para no escuchar aquel molesto ruido.

El teléfono siguió sonando con insistencia, pero el pelirrojo lo ignoró.

Aunque…

-¡¡¿QUIÉN CARAJOS LLAMA TAN TEMPRANO?!!– gritó un iracundo Bakugo, soltando explosiones para luego contestar el teléfono que estaba en la sala. –¡¡¿QUÉ?!!

-¿Kiri…?– la voz de una chica se escuchó del otro lado de la línea.

Bakugo gruñó con disgusto ante ese apodo y, dejó la llamada en espera. Se acercó al sofá donde estaba el pelirrojo y, empleando toda su fuerza, volcó el sofá, dejando al pelirrojo aplastado por el mueble.

-¡Tienes una maldita llamada, idiota!– habló Bakugo para luego volver a la habitación, dejando al pelirrojo saliendo de debajo del sofá, adolorido.

Kirishima se levantó y atendió el teléfono.

-¿Diga…?– carraspeó un poco ya que aún estaba adormilado.

-¡Buenos días, tiburoncín!– saludó Mina, tan enérgica como de costumbre.

-Buenos días, Mina…– respondió el pelirrojo, ahogando un bostezo. –Qué extraño que llames tan temprano.– confesó.

-Ah, es que Denki y yo nos enteramos hoy que dieron de alta a Bakugo.– rió Mina, bajito. –Y queríamos hacerle una pequeña fiesta para celebrarlo…– explicó.

-Oh, estaría incre…

-… en tu departamento a las 8.– y, sin más, colgó.

Kirishima se quedó inmóvil, con el teléfono aún pegado al oído, tratando de procesar lo que acababa de informarle la peli-rosa.

¿Una fiesta para Bakugo? Sí, era una buena idea. Pero, ¿en el departamento?

Dejó el teléfono en su sitio y se dirigió a la habitación, llamando a la puerta un par de veces, con suavidad.

-Oye, Kats… ¿puedo entrar?– preguntó, tímidamente. No recibió respuesta. –¿Bro?

Escuchó un gruñido y decidió entrar.

Bakugo se encontraba acostado sobre la cama, en posición fetal, sosteniendo su pecho, con el rostro hundido en la almohada.

-Kats, ¿estás bien?– preguntó el pelirrojo, sentándose al borde de la cama y tocándole el hombro al otro.

-E-Estoy bien… déjame en paz.– gruñó Bakugo, sin despegar la cara de la almohada, apretando aún más su pecho.

-Déjame ver.– ordenó Kirishima, serio, moviendo al rubio cenizo hasta dejarlo boca arriba, viendo…

…una mancha rojiza sobre su camiseta pues, al voltear el sofá con él encima, se habían soltado algunos puntos.

-¡Por Dios, Kats, no te muevas!

Kirishima corrió de prisa al baño y buscó el kit de primeros auxilios, para regresar con Bakugo quien ya se estaba sentando sobre la cama, aún con una expresión de dolor en el rostro.

-Deja que te sane.– pidió Kirishima, preocupado.

-Jódete, no necesito ayuda.– gruñó Bakugo, serio, poniéndose en pie.

Kirishima suspiró y lo tomó de las muñecas, deteniéndolo sin mucho problema. Le extrañó que el rubio no soltara una explosión ni tratara de zafarse, pero no le dió importancia.

Sentó a Bakugo de nuevo en la cama y comenzó a sanarlo, comprobando que, por suerte, no se habían soltado los puntos. Solo se habían abierto un poco, pero sin llegar a ser grave.

"¡Qué alivio!" suspiró.

El tiempo pasó en un parpadeo y comenzó a oscurecer. Kirishima se encontraba en el pequeño balcón del departamento, viendo las luces de la ciudad; mientras Bakugo preparaba algo de comer, tarareando la misma canción de siempre: "Let Me Be Your Superhero" de Smash Into Pieces.

Sonó el timbre del departamento y Kirishima se dirigió a abrir…

…y sudó frío al ver al resto del Bakusquad, además de algunos miembros del Dekusquad como Todoroki, Uraraka, y el mismo Deku.

¡Había olvidado decirle a Bakugo!

-¡¡KIRI…!!– saludó Mina, lanzándose a abrazarlo, sonriendo. –¡Han pasado siglos desde que no te veo!– exageró.

-Nos vimos hace unas semanas, Mina.– rió Sero, divertido.

-¡Exacto!¡Hace siglos!– aseguró la peli-rosa, inflando sus mejillas de forma infantil. Sero le revolvió el cabello.

-¿Podemos pasar, bro?– preguntó Denki, algo temeroso.

-Ah, sí, claro…– Kirishima se hizo a un lado, dejando entrar a los demás. "Qué Red Criasom nos proteja." rezó en su mente.

-¡¡¡PELOS DE MIERDA, VEN Y EXPLÍCAME ÉSTA JODIDA REUNIÓN DE EXTRAS EN LA PUTA SALA!!!

Se tensó y, por un breve segundo, la idea de huir y dejar a sus amigos con Bakugo no sonó tan mala. Pero no era algo que haría un caballero.

-K-Kats, mi amor, verás…

-¡¡¡"MI AMOR" UNA MIERDA!!!¡¡¡VOY A EXPLOTARTE EL CULO!!!

-Sin coqueteos en nuestra presencia, por favor.– bromeó Denki, recibiendo una explosión por parte del rubio cenizo, quedando inconsciente.

-¡¡¿ALGÚN OTRO GRACIOSITO?!!– amenazó Bakugo, soltando más y más explosiones.

-Kacchan, por favor, no seas así con tus amigos.– habló Deku, con calma.

Y, como si aquellas fueran palabras mágicas…

…la fiera que protegía su territorio, se calmó poco a poco.

Y reinó un silencio incómodo.

-¿P-Pido una pizza?– sugirió Mina tratando de calmar el ambiente. Todos asintieron, de acuerdo con la idea.

Kirishima miró a Bakugo y luego a Deku quién hablaba con Todoroki…

¿Por qué sentía aquel nudo en el pecho?

💥♥️💥

Hola, gatitos, ¡hasta aquí el capítulo de hoy!

Si les gustó, recuerden dejarle una ⭐ y comentar qué les pareció. Eso me anima a seguir escribiendo

Y bueno… les informo que está historia la estaré actualizando cada 15 días, ya que no es muy larga. Espero no les moleste.

Sin más, ¡nos leemos la próxima!¡Los amo!

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora