23.- ¡Te tengo!

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Nombre: Jaden Nakamura
Edad: 25 años
Comida favorita: Salmón
Alergias: Ninguna
Tipo de sangre: AB
Don: Alteración de recuerdos. Le permite bloquear los recuerdos de las personas que toca, siempre y cuando estén en su rango de alcance. Sus efectos pueden ser reversibles por el usuario.

Kirishima seguía revisando el pedrfil de aquel chico, leyendo cada detalle que había recogido Hawks tras pedirle su ayuda en el caso. Se preguntó cómo podía averiguar tanto con solamente su nombre, pero casi podía escuchar la voz de Bakugo reírse de él diciendo que 'ese era su jodido trabajo'. Y, sin dudas, era Hawks era bueno en su trabajo.

-Aquí está un lugar de residencia, pero…– dudó Kirishima. ¿Realmente le habría llevado allí?

-No crees que esté ahí.– adivinó Sero, serio. Kirishima suspiró.

-Te entiendo, Kiri. Si yo quisiera tener a alguien solo para mí, lo llevaría a algún lugar apartado.– comentó Kaminari, cruzándose de brazos. Mina lo miró, conteniendo las ganas de reír. –¿Qué?

-No, nada. Pero si yo fuera Sero, me preocuparía por ese comentario.– susurró Mina, sonriendo con picardía. Kaminari se enrojeció.

-¡¡MINA…!!

-Quizás tengas razón, Kirishima.– habló Sero, pensativo. –Pero lo mejor sería comprobar si realmente no está.– agregó.

Kirishima suspiró.

-Le hablaré a Hawks y Fat para que nos ayuden a revisar ese lugar.– se apresuró a decir el pelirrojo.

-Yo le avisaré a Deku y Todoroki para revisar cualquier lugar abandonado.– dijo Kaminari.

Y así el Bakusquad se dividió en dos grupos: Kirishima en el grupo A iría a casa del acosador junto a Mina, Hawks y Fat Gum. Mientras, el grupo B –conformado por Denki, Shoto, Deku, Sero y Endeavor– se encargaría de revisar cualquier lugar abandonado en caso de que Bakugo estuviese cautivo ahí.

A las afueras de la ciudad, una pequeña casa de dos plantas se alzaba entre unos escasos árboles de cerezo. Hawks sobrevolaba el lugar, escaneándolo con su aguda mirada. ¡No había nada! Se dejó caer sobre las ramas de un árbol, dejando reposar sus alas sobre su espalda.

-La zona luce despejada, pero no logro ver al sospechoso desde aquí. Cambio.– informó Hawks, usando el comunicador que llevaba.

-¿Hay alguien dentro?– preguntó Fat Gum, serio.

-Hmmm… no detecto nada con mis plumas. El sitio está vacío.

Kirishima gruñó, arrojando su comunicador hasta estrellarlo contra la pared cercana. ¡Frustrado! Así se sentía al estar tan cerca de hallar a su novio y no dar con él.

-Quizás los otros tengan mejor suerte.– trató de animar Mina, sonriendo. Pero el pelirrojo ni siquiera la escuchó.

-¡Este lugar es espeluznante!– chilló Denki, asustado, mientras caminaba junto a Sero por un largo y oscuro pasillo lleno de locales vacíos.

-Si te da tanto miedo ¿por qué no enciendes las luces?– cuestionó Sero con simpleza.

-No me creas idiota. No hay luz en el edificio.– bufó Kaminari con un puchero infantil. Sero se giró a verlo con un gesto de incredulidad. –¿Qué?

-Sabes que tu Don es de electricidad ¿no?

-¿Y eso qué……?

Kaminari quedó a media frase al reparar en ese detalle. Y, posó sus manos sobre uno de los interruptores, dándole una fuerte descarga que hizo las luces encenderse de pronto, dejándolos algo aturdidos por la intensidad.

-¡Eh!¿Quién encendió las luces?– la voz de Deku se escuchó a través del comunicador, seguido de un gruñido por parte de Endeavor.

-¿Acaso no entienden lo que significa "rescate silencioso"?– gruñó el pro-heroe de flamas. Denki tembló.

-¡L-Lo siento, es que no veía nada y… pues…!

Otro suspiro por parte de Endeavor hizo que Kaminari dejara de hablar, avergonzado por su descuido. Pero la inexpresiva voz de Shoto hizo que todos guardarán silencio.

-Creo escuchar ruidos en uno de los locales.– informó.

-Espera, Todoroki-kun… No vayas tú solo.– pidió Deku, preocupado por su novio. –Iré de inmediato a apoyarte.

No hubo respuesta.

Shoto ya había entrado al local, desconectando su comunicador para no ser descubierto. El lugar estaba ligeramente iluminado, pues las bombillas parpadeaban como si fueran a apagarse de un momento a otro. Y, el ruido inconstante de líquido derramarse, llamó su atención…

… y se movió en total sigilo, tratando de localizar el lugar del que provenía aquel sonido.

Llegó a una pequeña puerta donde el sonido era más intenso y, se una patada, derribó la puerta de madera. Sus ojos mostraron una mezcla de sorpresa y tristeza al ver a una pequeña niña de unos 5 años, rubia, viéndolo con curiosidad, tratando de detener una fuga de agua que la empapaba.

Shoto activó su comunicador.

-Al habla Shoto. Tenemos un problema……

La pequeña se cruzó de brazos, mirando a Mina con el ceño fruncido, mientras la peli-rosa la secaba con una toalla. Mientras Denki, a su lado, también hacia muecas raras para divertirla, llegando a soltar chispas con su Don para llamar su atención.

Pero la pequeña seguía con el ceño fruncido.

-¿Y quién es esa niña?– cuestionó Kirishima, viendo a la pequeña sin entender.

-Ni idea.– respondió Endeavor, bufando. –No ha querido hablar con nosotros.

-No te ofendas, Endeavor-san. Pero no eres alguien de confianza a los ojos de un niño.– comentó Hawks con diversión, acercándose hacia la pequeña, quién lo miró curiosa. –Hola, princesita.

La niña se fijó en hermosas alas bermellón tras el hombre parado frente a ella y, sin reparo, estiró sus manitas hacia él.

-Hola…– dijo, sonriendo. Hawks sonrió y la cargó, asegurándose de que la pequeña no pudiera tocar sus alas.

-Dime, princesita ¿cómo te llamas?

-Yui Nakamura.

Los ojos de Hawks observaron a la pequeña y luego miró hacia donde Kirishima se había puesto en pie, con los ojos abiertos al máximo por la sorpresa.

-¿T-Tu papá es Jaden Nakamura, de casualidad?– cuestionó el pelirrojo, con la voz entrecortada por la impresión. La niña asintió.

-Sí… ¿Ustedes son amigos de mi papi?– preguntó ilusionada.

-Algo así.– mintió Hawks. –¿Sabes dónde está? Queremos preguntarle algo.

La niña lo pensó.

-No sé dónde está.– dijo, entristecida. –Papi sale a trabajar y viene por mí a la noche para contarme un cuento.– explicó.

Todos los presentes permanecieron en silencio, sabiendo lo que eso significaba. ¡Lo tenían! Y esa pequeña niña era el cabo suelto que los llevaría hasta donde tenía a Bakugo.

Omoidasenai -思い出せない-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora