Capítulo 19: "Poco a poco"

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Después de que Giovanni se durmiera, bajé a ordenar todo el desastre.

Las botellas rotas, las almohadas del sillón en el suelo, y también esa foto.

Esa foto en donde se muestran tres niños, pero dos de ellos tienen el rostro vacío como si lo hubieran recortado.

Esa foto se me hace algo conocida, pero no sé dónde la he visto antes.

Me preguntó si él recortó ambos rostros de la niña y el niño o si fue alguien más.

Tal vez le pregunté mañana, después de todo, ya me gané su confianza.

Después de ordenar, no me di ni cuenta en qué momento; me senté en el sillón y con la foto en mi mano aún pensando cuál es su origen, cerré mis ojos.

— Vai.

Escuchó la voz de alguien cerca mío, podría estar al frente de mí, su voz se me hace algo cercana.

Comienzo a abrir los ojos, y sí, es Giovanni.

No sé porque su voz se me hacía algo cercana, tal vez mi mente piensa de otra manera luego de que él me contará la verdad, qué estupidez.

Eso no cambiará mis planes.

— Buenos días —sonreí— ¿Ya te sientes mejor?

— Sí. Gracias por ordenar el desastre de ayer y por cuidarme — me dijo de manera cortante.

¿Por qué actúa de esa manera?

¿Acaso es el dolor de su cabeza o es otro tema?

Me levanté del sillón y Giovanni suspiró.

— Vai, ahora voy a bañarme, si quieres puedes prepararte algo para comer — pronunció evitando mi mirada y comenzó a subir las escaleras.

Me da curiosidad.

¿Qué le pasa?

¿Qué sufrimiento puede tener alguien tan idiota como él?

Tal vez, esté siendo algo cruel; porque él me dió su confianza rápidamente y me contó algo tan sensible para él.

¿Se podría esperar que me haya contado eso, yo podría usarlo en su contra a futuro?

Pasó un rato, y yo comencé a hacer el desayuno, unos panes y unos cuantos aperitivos.

Algo simple.

Él bajó las escaleras y comenzó a hablarme.

— ¿Podrías olvidar lo que te dije ayer? Fue un completo error, y no debí hacerlo.

Me detuve y volteé a mirarlo.

— Giovanni, no haré como si nada hubiera pasado ayer. Ayer me mostraste como eres realmente y no olvidaré eso — confesé.

— No, yo no te mostré mi verdadero yo. Fue una equivocación, este soy yo, el que ves ahora, no al vulnerable que viste ayer.

Me acerqué y tomé sus manos.

— Giovanni, no puedes fingir alguien que no eres, todos pueden llorar, todos pueden sentirse mal en algún momento, incluso tú.

Soltó mis manos y volvió a evitar mi mirada.

— Vai, te voy a pedir que te vayas, lo siento.

— ¿En serio eso quieres? ¿Quieres seguir fingiendo ser alguien más? ¿Quieres seguir–

Me interrumpió y volvió a mirarme.

— Sí, eso quiero. Ahora vete.

Me fui.

No puede ser, ¿de verdad el idiota que me molestaba era alguien tan cobarde?

Me dirigí a la casa de Ale.

Toqué la puerta.

— ¡Ale! ¡Soy yo, Vaitiare! — seguí tocando la puerta desesperadamente hasta que él me abrió la puerta.

Se notaba que por culpa mía había despertado, pero quería contarle todo lo que pasó; él también es parte de esto.

— ¿Qué pasa? Acabo de despertar — me dijo con una voz soñolienta, es la primera vez que lo veo tan desordenado, solo estaba con un piyama puesto y su cabello estaba a punto de irse con el viento, pero se ve lindo.

— Necesito contarte algo — entré.

— ¿Qué es?

— Giovanni ayer me llamó. Estaba inestable, no era el mismo de siempre, él que tú y yo conocemos.

Suspiró.

— ¿Quieres algo de beber?

— No, eso no importa —me senté en el sillón—; mira, él tiene un lado sensible, ayer se emborrachó y tenía su casa hecha un desastre, me dijo que Natalia le dió la idea de molestar a las personas porque él antes no tenía amigos, luego comenzó a tenerlos gracias a eso, y luego no pudo parar. ¿Sabes qué significa eso? Ahora ya encontré su lado más débil, solo debo usarlo en su contra cuando sea necesario, y podré acabar con él.

Había un silencio.

Esperaba que él me dijera algo pero no me dijo nada.

— Poco a poco vas descubriendo más cosas nuevas sobre él, bravo. ¿Eso? —  dijo sarcásticamente como si algo le molestará.

Entonces, me levanté y me acerqué a él.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué actúas así? ¿No querías ayudarme con esto?

— Ali, ¿qué no lo comprendes? — me miró, como si su mirada fuera un libro abierto y me dijera todo sin decir nada.













La chica que lastimaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora