Capítulo 6: "Preocupación por él"

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Desesperadamente le grité a la enfermera que venga a ayudarme.

Estaba muy preocupada, tenía miedo y mucho.

¿Qué le había pasado? ¿Por qué le pasó eso? ¿Va a estar bien? ¿Por qué estaba lleno de moretones? ¿Por qué se había desmayado sobre mi hombro? Tenía muchas preguntas en mi mente, y no sabía que hacer, estaba preocupada, y lo único que quería era que él estuviera bien.

La enfermera lo atendió y me dijo que se desmayó producto de los golpes que recibió, eran muchos, y su cuerpo no lo soporto por mucho tiempo. También dijo que él estaría bien, solo tenía que descansar, y se iba a encontrar bien.

— Cuando despierte, le das este medicamento y le sanas sus heridas —  me dijo.

Yo asentí, después ella se fue y me dijo que era hora de su segunda comida que por mientras yo lo cuide.

Le dije que si. 

De todos modos, no podría dejarlo solo hasta ver que él ya estuviera un poco mejor.

Unos minutos después, él poco a poco comenzó a abrir sus ojos y cuando me vio, comenzó a hablar:

— ¿Alice? ¿Eres tú?

— Sí, ¿te encuentras mejor?

— Un poco. Me duele todo el cuerpo y mi cabeza.

— Tranquilo, ya va a pasar. Tienes que tomarte este medicamento.

Se lo di, y comencé a sanarle sus heridas.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué tienes tantos golpes?

— Se supone que tú eres la que está enferma — sonrió.

— Ya no. Ahora eres tú, y estoy preocupada por ti. Así que contesta a mi pregunta.

Suspiró.

— Está bien. Es que, cuando no estabas consiente, lo enfrenté y lo golpeé, también golpeé a sus amigos. Lo siento, es solo que no pude controlarme, ya era demasiado, y no podía más. Y cuando estaba saliendo de la sala, Giovanni me comenzó a hablar y yo lo ignoré, y entonces, comenzó a golpearme con sus amigos, y cuando me sentía un poco mareado me dirigía hacia aquí para verte, pero pasó esto.

— Ale, ¿por qué hiciste eso? Sabes que no arreglas nada de esa manera. Solo mira como terminaste — dije con un tono preocupado.

— Está bien. Lo siento, ¿ok? No pude contenerme, no podía más, y solo los golpeé, lo lamento.

Suspiré.

— Está bien, no importa. Pero Ale, no hagas eso otra vez por favor, no quiero verte así de nuevo.

—  Está bien, no lo volveré a hacer. Te lo prometo — sonrió.

— Me quedaré contigo, no voy a ir a ninguna parte sin verte lo suficientemente sano.

— Está bien, gracias — sonrió para después rápidamente cambiar su expresión —. Auch, me duele.

— ¿Dónde te duele, Ale?

— Ahora me dices Ale. Te acostumbraste muy rápido – sonrió nuevamente.

— Eso no importa ahora. ¿Dónde te duele?

— Aquí —  agarró mi mano y la puso cerca de su boca.

Por algún motivo me puse un poco nerviosa, no lo sé, es solo que, él es alguien tan...

Ok, es suficiente, tengo que sanar esa herida y dejar de pensar estupideces.

Una hora después de sanar sus heridas, él se volvió a quedar dormido.

Y no podía dejarlo solo por más que estuviera con la enfermera.

Sabía que si me iba, lo llamaría todo el tiempo solo para saber su estado. Así que me quedé hasta que lo viera un poco bien.

— Está bien, él ya puede irse — me dijo la enfermera.

—Está bien, lo voy a despertar — sonreí.

Comencé a despertarlo.

— Ale, Ale, ya hay que irse.

— Cinco minutos más — exigía con un tono molesto y soñoliento.

— Ale, no. Ya es suficiente, hay que irse. Vamos, levántate — comencé a sacudirlo.

Él agarró mi mano.

— Está bien, Ali. Está bien, ¿ok? Solo si me dices Ale otra vez, me levantaré — sonrió.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente.

— Ale, levántate.

— Me encanta que me digas así, en tu voz suena lindo — sonrió nuevamente y después se levantó de la cama.

Me comenzaron a sudar mis manos, y sentía un poco de calor en mi cara.

¿Qué me pasaba? ¿Qué es esto que estoy comenzando a sentir?

Esto me confunde.





La chica que lastimaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora