Capítulo 23: "La mentira"

49 2 0
                                    

Al día siguiente, me desperté. Estaba en mi cama deseando que lo que pasó anoche, no fuera real, y que solo era una pesadilla.

Una estúpida pesadilla.

Ni siquiera quiero salir de mi habitación, porque probablemente me encuentre con Giovanni, y no puedo después de besarlo anoche.

Di un paso y ahora no puedo retroceder, tengo que seguir.

Me levanté de mi cama, fui al baño de mi habitación y comencé a bañarme.

Al rato salí con mi ropa puesta.

Respiré profundamente y abrí la puerta.

Lo único que pedía era que no estuviera en el sillón, y que se haya ido.

Me acerqué a el sillón y no, no se había ido.

Seguía ahí.

Lo miré y aún no sé cómo enfrentarlo cuando sus ojos se abran.

Dejé de verlo y para dejar de pensar, decidí distraerme preparando el desayuno, para él y para mí.

Luego de un rato, sentí unos pasos acercándose a la cocina.

— Buenos días — dijo Giovanni.

— Buenos dias — le respondí mientras preparaba un jugo de fresa.

— ¿Podemos hablar de anoche?

Y ahí está.

La pregunta que tanto deseaba que no pasará, sucedió.

Dejé de hacer lo que estaba haciendo y mis ojos se dirigieron a él.

— ¿Qué quieres decir?

— ¿Por qué me besaste?

Suspiré.

— ¿Por qué crees?

— Vai, te pido que no me engañes con estas cosas. Tú sabes que estoy enamorado de ti, ¿verdad?

— Probablemente lo sé. Pero sigo sin entender cómo llegaste a enamorarte de mí tan de pronto.

— Porque desde que te conocí, me llamaste la atención. Creí que solo quería ser tu amigo, pero después me dieron ganas de conocerte más, me inspiraste confianza, te conté lo que sentía realmente, luego comencé a mirarte de otra manera y ahí me di cuenta de que ya estaba enamorado. Pero anoche me besaste y simplemente no sabía cómo reaccionar. Por eso, quiero que respondas a mi pregunta. ¿Por qué me besaste?

Quería que esta mentira no existiera.

Pero ya la creé, yo empecé con esto, y yo tengo que acabarlo.

— Porque antes eras un simple chico que me contaba sus problemas, ni siquiera sé cómo ni cuándo comencé a preocuparme por ti, pero luego sentía algo nuevo, algo que no había.... —tomé una pausa, no podía decir que estaba enamorada de alguien que realmente odiaba, sentía que mi corazón se quebraba porque a partir de ahora todo sería distinto—continúe hablando—; experimentado antes. Me empezaste a gustar y luego supe que tú estabas enamorado de mí, entonces, solo sucedió. Te besé porque algo me decía que tenía que hacerlo.

— ¿Te gustó?

— Sí, me gustas Giovanni. Y quiero que estos sentimientos sigan creciendo.

Él se acercó a mí y me besó.

Supongo que ahora todo será un desastre. Pero al menos, haré que Giovanni sufra y que su vida no sea la misma de antes.

Aunque eso implique que yo terminé lastimada.

Después de tomar desayuno, Giovanni dijo que tenía que regresar a su casa, se despidió de mí con un beso y se fue.

El resto del día transcurrió normal.

Vi series e hice algunas tareas pendientes.

Pero no podía dejar de pensar en todo esto; en el beso que le di a Giovanni, en que a partir de ahora todo cambiaría.

Sentí golpes en la puerta.

La abrí y era Ale.

Me miraba distinto.

— ¿Giovanni ya se fue?

— Sí. ¿Qué haces aquí?

— Dime qué fue lo que hiciste.

— ¿A qué te refieres? No te entiendo.

— Ayer me dijiste que Giovanni se quedaría aquí y yo te pregunté si no  harías nada estúpido, que no ibas a cometer un error, pero jamás me respondiste.

— ¿Me mandaste un mensaje antes?

Revisé mi teléfono y si, era un mensaje de él.

”¿No cometerás un error? Por favor, si pasa algo, tienes que decírmelo”, ese era el mensaje.

— ¿Qué crees que pasó? — tenía la voz quebrada, sentía un vacío profundo en el corazón.

— Dime que no lo besaste.

Desearía que no hubiera sido así, desearía decirle: ”no, no fue así, no lo besé, yo te diría si cambiará mis planes”.

Pero la realidad es que no fui capaz de decirle nada y ahora nos encontramos así.

— Lo hice.

— ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?

— Es una mentira, Ale. No es real — le aseguré teniendo miedo de lo que pasaría después.

— Lo sé. Pero así solo arruinas todo. Te lastimas a ti misma.

— No es cierto, yo puedo con esto, créeme.

— No, no puedes con esto, Vaitiare.

Sentía que mi corazón era de vidrio, y que ahora se había roto por completo.

Era la primera vez que me llamaba por ese nombre, y de esa manera.

— De verdad que ahora no sé si seguir con esto, es una estupidez.

— Ale — tomé su mano — por favor, no me hagas esto, tú te quedarías a mi lado.

— Ahora no estoy contigo, estás sola en esto — soltó mi mano y cuando ví su mirada sentí que algo había cambiado, y ese fue el momento en que supe.

Le había destruído el corazón y yo también destruí el mío.





























La chica que lastimaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora