Capítulo 31: "Amor que tal vez no duré"

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Suspiré y volví a escuchar la voz de Ale, que me hizo volver a la realidad.

— ¿Alice?

—A ver, espera. ¿Cómo es que tú sabes esto?

—Alguien me está ayudando a investigar por mí, es una persona de mi confianza y él averiguó sobre esas personas. Todas siguen en Italia.

Pronto, mi celular comenzó a vibrar por una llamada de Giovanni.

—Espera un momento — alzó mi mano para recibir mi teléfono y Ale me lo entrega.

Me alejó un poco de donde estoy y atiendo la llamada.

—¿Hola? — digo.

—Vaitiare, ven ahora. Giovanni está herido —escucho la voz de Natalia al otro lado del teléfono.

—¿Qué? ¿Qué fue lo que pasó?

—Te explico mejor cuando llegues al hospital, te mandaré la dirección.

—Espera, Natalia — ella finalmente cuelga y pronto recibo la ubicación del hospital.

—¿Pasó algo? — pregunta Ale.

—Es que, Natalia me acaba de llamar, dice que Giovanni está herido, no sé qué le sucedió —digo con mi voz un poco preocupada.

Odio con toda mi alma a Giovanni, pero he convivido con él durante tanto tiempo, que a veces lo compadezco un poco, porque hay veces en donde recuerdo que también es humano, además soy su novia, debo preocuparme.

—¿Quieres que te deje en el hospital?

—¿De verdad? ¿No te molesta? — le preguntó al ver su expresión tan seria que es como si estuviera molesto después de que yo haya contestado la llamada.

No me responde e inmediatamente recoge las llaves de su auto.

—Vamos — rápidamente sale de la habitación y yo lo sigo.

Salimos afuera y ambos entramos al auto.

Él comienza a manejar y yo lo miro, mis ojos no paran de posarse en su rostro una y otra vez.

Pasaron unos minutos y comienza a llover de una manera muy intensa.

Nos detuvimos por un semáforo y me sorprendo al escuchar que Ale me dirige la palabra.

—Aún sigues siendo tú — me dice.

No sé con exactitud a qué se refiere, ya que además no tengo cabeza para eso, solo quiero saber que es lo que le pasó a Giovanni esta vez para que haya terminado en un hospital.

— ¿Qué?

— Ya llegamos.

No sé en qué momento comenzó a manejar de nuevo ni tampoco sé en qué momento llegamos al hospital, pero decido no darle importancia y bajé del auto.

— Muchas gracias por todo, Ale — no me respondió y solo dejó de mirarme para irse.

Entré al hospital rápidamente, tomó el ascensor y subo hasta el cuarto piso en donde está Giovanni.

La chica que lastimaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora