Capítulo 5: "Alguien a mi lado"

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Cuando iba recuperando la conciencia lentamente, sentí unos labios cálidos encima de los míos. Y cuando iba abriendo los ojos, vi a Alessandro.

Estaba intentando que mi respiración regresará.

Él vió que ya tenía los ojos abiertos, y aunque tenía la vista nublada, vi sus ojos llorando y sentí su preocupación hacia mí.

Él dejó de intentarlo, ya que me levanté rápidamente y comencé a botar el agua que había consumido.

De pronto, una vez que ya había botado todo el agua, comencé a botar lágrimas inesperadamente, él me abrazó.

— Estás bien. Y eso es lo que importa, tenía mucho miedo de no volverte a ver — dijo Alessandro con una voz preocupada.

Me separé de sus brazos.

— Pero aquí estoy, y todo gracias a ti —  sonreí para tranquilizarlo, aunque mis ojos seguían botando lágrimas.

— No me mientas. No lo hagas, no sonrías por mí ¿está bien?

Después de eso, no pude soportarlo más y solo boté lágrimas.

Él nuevamente me volvió a abrazar.

— Lo siento por dejarte sola. No lo volveré a hacer, te prometo que ni Giovanni ni sus amigos volverán a molestarte.

Unos minutos después, él me llevó a la enfermería, él sabía de primeros auxilios, así que estaba analizando si mi respiración se encontraba bien.

Estábamos solos, ya que la enfermera estaba en su horario de comer.

— Todo está bien. Tu respiración está bien, aunque deberías descansar el resto del día, y tomar agua caliente para que estés aún mejor.

— Está bien, gracias por todo —  sonreí.

— Alice, sé que odias esto, pero ya va a pasar.

— Lo sé, Alessandro. Es solo que, no creo que pueda soportarlo por mucho tiempo. Hoy Giovanni casi me mato con sus amigos. ¿Qué podría pasar después?

— Escúchame. Después no va a pasar nada, mientras yo esté contigo, ellos no harán nada. Sé que es molesto, sé que es insoportable, pero no estás sola en esto ¿sí?

Me quedé en silencio por un instante.

— ¿Te puedo dar un abrazo?

— Sí — sonrió.

Nos abrazamos.

Se sintió bien, después de lo que pasó antes, su apoyo, y el no estar sola, realmente me hace sentir tranquila y me hace olvidar todo por un momento.

Estuve todo el resto del día en la enfermería, Alessandro me iba a ver en los recreos.

— Este es mi número, cuando pase algo, llámame o escríbeme. O igual puedes escribirme cuando quieras —  dijo mientras sonrió.

— Está bien — sonreí.

Miré mi teléfono y allí estaba su número, pero el se agregó con el apodo: Ale.

— ¿Ale?

— ¡Ah, si! Eso. A partir de ahora, llámame Ale, soy tu amigo — sonrió.

—  Bueno. Entonces, tú llámame Ali, Ale — sonreí.

—  Está bien —  sonrió.

Tocó el timbre, era hora de entrar a la tercera clase.

— Ah, ya tocó el timbre. Te veo después de clases.

—  Sí — sonreí.

La enfermera dijo algo que me sorprendió:

— Se llevan muy bien. No creo que terminen siendo amigos solamente — sonrió.

— ¿Qué? ¿De qué habla? Aless...
Ale y yo, solo somos amigos — sonreí.

— Por ahora.

Ale y yo.

¿Algo más que amigos?

Suena algo imposible, recién nos conocimos.

Está bien, no lo niego.

Es una buena persona, es amable, tiene unos ojos muy lindos, que sientes que en sus ojos ves todo lo que él siente, y no sé, de alguna manera te transmite toda su emoción con tan solo mirarlo a los ojos.

Te hace sentir bien cuando estás pasando por un mal momento, con tan solo un abrazo, te hace olvidar todo.

Él es... increíble.

Pero solo es mi amigo. Y me siento feliz con eso, me hace feliz tener a alguien a mi lado.

Cuando tocó el timbre para que todos se fueran a sus casas, yo esperé a Ale para verlo antes de irme.

Me estaba empezando a preocupar.

No aparecía.

Me estaba yendo de la enfermería para ir a buscarlo, pero cuando estaba abriendo la puerta choqué con alguien que cayó encima de mi hombro.

Lentamente levanté su cabeza.

Era Ale, estaba lleno de moretones.

Se había desmayado.



La chica que lastimaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora