En Ilka, un pueblo perdido en el mundo, hay una creencia extraña entre los lugareños que la joven Sela ha oído desde que llegó meses atrás con la intención de encontrar un hogar. Razón por la cual ha hecho caso a estas palabras, que para ella no ten...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cerré la puerta de la enfermería lentamente detrás de mí, con la promesa de que le conseguiría ropa y comida a la morena.
Observe la oscuridad de la noche por la ventana, su calma. Notando como una nueva realidad se abría paso ante mi, ante mi lobo, ante la manada.
Locktenmon se arrastró por mi nunca, consciente de todo lo que esto significaba para él y sus ancestros, para mi y mi manada. Para los que están, para los que vienen y para los que ya duermen.
Hace horas la manada pagó el costo de una vida, para obtener otra y hoy tenemos otra niña marcada por los lobos. A garra y sangre, una nueva Ghörk fue creada, una nueva hermana nacería la próxima luna llena.
Mire mis pies posados sobre la vieja alfombra bordó mientras aquello último resonaba cual eco en mi interior.
Una nueva Ghörk, una nueva hermana.
A partir de ahora, ya no era el único marcado, ya no estaba solo y por más de que aquello debería alegrarme, un sabor agrio se abría paso en mi boca.
- Kai. - Una voz resonante y familiar me sacó de mi mente. - ¿Está todo bien?
Venus me miraba con su personal e innata mirada de cazadora bajo el marco de las escaleras. Traía su usual ropa corta, holgada y negra, con unas ojeras violáceas a juego, producto de sus usuales pesadillas.
Siempre me pregunté cómo con ese porte intimidante, frío y solitario que traía, podía transmitirnos tanta seguridad, tanto cobijo.
- Sí. - Murmuré. - hay que conseguir ropa para que pueda ir al baño y comida, abundante comida.
Los ojos de Venus brillaron en una pregunta silenciosa cargada de emoción, a la cual asentí. La postura de Venus cambió y en menos de lo que el ojo humano puede procesar, ella ya había desaparecido escaleras abajo, más que dispuesta a darle cuidado a la nueva integrante de su manada.
Locktenmon sopló sobre mi cabello, tratando de animarme, dándome de su sabiduría.
Lo sé. - le respondí. - No debo estar celoso, ella ahora es mi familia, ahora no estoy solo. Pero...no puedo evitar recordar lo que vi.
Lock rió sin voz, golpeando suavemente mi oreja, haciéndome notar lo infantil que estaba siendo. Rechazando a mi nueva hermana por un hombre, un hombre que se le acercó por obligación y que a mi siquiera me mira.
Mejor vamos a buscarle algo de comer. - susurré, sin la razón necesaria para ganarle y sin ganas de admitir la suya.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
