En Ilka, un pueblo perdido en el mundo, hay una creencia extraña entre los lugareños que la joven Sela ha oído desde que llegó meses atrás con la intención de encontrar un hogar. Razón por la cual ha hecho caso a estas palabras, que para ella no ten...
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- Sela, escucha, esta es tu siguiente lección. - La alfa de los lobos la miró con una seriedad paralizante, luego de que todos ya entre gritos intentaran decidir de qué forma podrían darle cierre a un plan tan descabellado. - sabes que los lobos adquieren su nombre en base al rasgo dominante que compartimos...pero, hay algo más. Primero, reconoces el rasgo, así pruebas que eres digno de saber el nombre, al adquirir el nombre demuestras estar capacitado para soportar el cambio de forma y al cambiar de forma, la perspectiva de ciertas cosas cambian, porque oficialmente, estás dentro del mundo sobrenatural, como la gente lo llama. Una de esas cosas que cambia ante tus ojos, es el rasgo dominante. El rasgo dominante es una habilidad emocional, mental o física innata, poderosa, y oculta, ya lo sabes. Este rasgo está limitado a nuestro cuerpo, no podemos llevarlo más allá de nuestro contenedor. Pero el lobo si puede. Al no tener un contenedor propio y ser nosotros su conducto, ellos refuerzan nuestras capacidades, haciéndonos resistentes a muchas cosas, y permitiendo que nuestras habilidades vayan mucho más allá, logrando que el rasgo dominante pueda convertirse en una habilidad. Una habilidad sobrenatural.
Sela y Kai observaron con total atención a su alfa, pues, ninguno de los dos había podido conectar con tal magia aún. Mientras, en el fondo de la habitación, el vigilante estaba más concentrado en el silencioso temor que le generaba la posibilidad que estaba pasando por su mente. Él esperaba que no fuese la misma a la que quería llegar su alfa con su charla, porque podría resultar en una situación muy peligrosa para sí misma y él, como su más leal amigo, no podía permitirlo si así era.
Soy Venus, soy heyladal. - Los ojos dorados de la loba relampaguearon y las columnas de los lobos vibraron ante la sorpresa, ante el poder. - soy su alfa, soy su líder, soy su amiga, su familia.
Ambos lobos observaron con total asombro a su alfa, con admiración, con creciente respeto.
- Estabas en mi cabeza...- Sela murmuró, tocando su sien, completamente asombrada.
- Y en mis oídos. - Kai la observó confundido. - ¿Qué fue...? Dioses.
A pesar de ser parte de la manada hace más tiempo que Sela, Kai también era un miembro reciente, por lo que jamás había presenciado tal muestra de poder.
- Esa es la habilidad de nuestra líder. - La voz del vigilante se hizo oír, luego de observar la situación desde las sombras. - Susurrarle a los cuerpos, a las almas, mientras estas estén dispuestas a oír.
- ¿Le hablarás a los cazadores? - preguntó Sela con el ceño fruncido, observando como su alfa tomaba asiento con esfuerzo. - ¿No es peligroso?
- Lo es. - Respondió el vigilante con una mirada desaprobatoria. - Casi nunca lo hace, porque requiere mucha energía y si se sobrepasa...- La voz de su alfa se hizo oír, silenciando su queja.
- Si me sobreexijo, no voy a pasarla muy bien, pero nadie se dará cuenta del por qué, así que, concéntrese en hacer bien sus partes y no me exigiré de más...¿les parece bien?
