- ¿Estás segura? - Pregunté, mirando con duda el departamento de Sela.
Ella sonrió con soltura, como si su madre fuese a permitirle que una desconocida duerma en su casa.
- Vas a ver que sí, vamos. - Respondió antes de bajarse, sin darme tiempo a seguir refutando al respecto.
La seguí con la inseguridad fluyendo por mi cuerpo, todo el trayecto preguntándome si todavía podría darme media vuelta y regresar a mi cueva, pero para cuando me di cuenta, Sela ya estaba abriendo la puerta de su departamento.
Mi mente está tan lenta como mi cuerpo.
Como siempre, la casa de Sela olía a algo cálido, acogedor, pero chispeante y también a lavanda. Un aroma que atribuía a su madre.
Sela cerró la puerta detrás de mí y comenzó a mirar a nuestro alrededor, pero una mueca de confusión se apoderó de su rostro.
- Creo que estamos solas...- Murmuró. - Espera ahí, voy a prender unas velas.
En cuanto la casa estuvo iluminada, vislumbramos una nota sobre la mesa que Sela no tardó en leer.
- ¿Qué dice?
Ella negó - No vendrá esta noche, surgió algo pero no dice que.
Fruncí el ceño ante esto y deje salir las palabras con cuidado. - ¿Crees que ha regresado con los cazadores?
No importa que tan fuerte sea el lazo que Sela tenga con la Sra. Barry, ella a fin de cuentas siempre tendrá sangre de cazadora y desconoce por completo la situación de Sela. Así que debo prepararme y prepararla, por si algo llega a suceder.
Me dió una mirada de incredulidad. - Estoy segura que no, probablemente se fue a lo de alguna de sus amigas a jugar al bingo para apaciguar los nervios.
Mmm...
- ¿Los nervios?
Sela suspiró, comenzando a quitarse los zapatos. - Tenemos que ir a firmar los papeles de adopción mañana por la tarde.
¿Qué?
Me crucé de brazos mientras me acercaba, sintiendo como la vida que se me escapaba de las manos regresaba en chispazos de emoción. - ¿Por qué no dijiste nada? ¡Hay que celebrar con los demás!
Se quedará...- Heyladal se acurrucó alrededor de mi cuello, pacífica.
Sela me observó dudosa, haciéndome parar en seco. -Hagámoslo cuando sea un hecho. - Caminó a mi lado. - Ven, tengo muchos pijamas. Puedes usar el que más te guste.
La seguí en silencio, procesando su repentino comportamiento y minutos después la observe sin saber qué decir.
- ¿Qué opinas? - Preguntó girando sobre su lugar con una gran sonrisa. Vestida con un pijama que la hacía ver como un adorno de navidad.
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LOS GHÖRK (Oficial) | LIBRO COMPLETO.
WerewolfEn Ilka, un pueblo perdido en el mundo, hay una creencia extraña entre los lugareños que la joven Sela ha oído desde que llegó meses atrás con la intención de encontrar un hogar. Razón por la cual ha hecho caso a estas palabras, que para ella no ten...