El bosque estaba en silencio, al igual que las únicas dos noches que pasé en él. Pero está vez no había miedo, terror o incertidumbre. Esta vez el bosque no se sentía como mi enemigo, está vez estaba conmigo.
Ian encaminaba la marcha, Venus la cerraba. Kai y yo caminábamos a la par en el centro, codo a codo.
- ¿Qué sucede? - Murmuró Kai en un tono inaudible para cualquier ser humano, exceptuandonos.
Sus ojos zafiros eran deslumbrantes, casi hipnotizantes y él lo sabía, por que al clavar su mirada en la mía, no pude evitar contestarle.
- Cuando llegué aquí, me advirtieron que no entrara al bosque y que sí lo hacía...
Ian completó la oración por mí, con sorna en la voz, una voz más grave de lo normal. - ¿Que no miraras sobre tu hombro y que te mantengas en movimiento?
Asentí, con curiosidad y Venus me observó con detenimiento antes de hablar, con un tono que parecía abarcarlo todo. - Cambia tus ojos, camina y mira sobre tu hombro ¿Qué ves?
Cerré mis ojos, y con la mayor concentración que reuní, guarde los rubíes y observe detrás de mí.
Venus me observaba en la penumbra con sus grandes faroles dorados y a su alrededor, la oscuridad parecía abrazarla con una canción que palpitaba amenazante. Por un instante no noté nada, pero solo fue eso, un suspiro, que casi se convirtió en grito al ver como de entre las copas de los árboles comenzaban a vislumbrarse sombras observandonos.
Kai tomó mi mano. Observando hacia esas sombras sin forma con una sonrisa pícara. - Ahora muestrales tus ojos.
Solté el control y las gemas rojas se apoderaron de mi visión. El pálpito desapareció y la calma del bosque volvió. Observe la copa de los árboles. Las sombras ya no estaban.
- Parecen tener vergüenza aún...- Murmuró Ian.
Venus asintió y yo los observé confundida.
- ¿Qué son?
- Espíritus. - Respondió Kai. - La mayoría no está feliz con los humanos en el bosque. Porque siempre han observado y recuerdan. Así que cuando aparecen, suelen molestarlos, si los humanos se lo permiten.
- ¿Cómo si se lo permiten?
Venus se acercó unos pasos hacia nosotros y supe por la expresión en su rostro, que venía otra lección. Al oírla, lo confirmé. - Las emociones son conductos y también barreras, si tienes miedo, los dejas entrar, si los respetas, no te tocarán. - explicó.
- No los había visto antes...- Murmuré para mi misma. - Tuve miedo pero no los había visto.
Ian se acercó - También respetaste al bosque, eso importa. Además tu sangre es libre, ni tus ancestros ni tu dañaron a alguien aquí. Teniendo en cuenta que ambas veces hubo cazadores aquí, con quienes tienen cuentas pendientes, no les interesaste mucho.
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LOS GHÖRK (Oficial) | LIBRO COMPLETO.
WerewolfEn Ilka, un pueblo perdido en el mundo, hay una creencia extraña entre los lugareños que la joven Sela ha oído desde que llegó meses atrás con la intención de encontrar un hogar. Razón por la cual ha hecho caso a estas palabras, que para ella no ten...