Capítulo 15: Yo también te quiero

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Josie se levantó temprano al día siguiente en la espera de la otra castaña de ojos azules. Al principio le pareció patética la forma en la que se estaba comportando, solo porque sabia que iba a llegar; incluso se ofreció a hacerle el desayuno.

Se duchó y vistió rápidamente para salir a la cocina. Pensó toda la noche en qué iba a prepararle a Hope, y en la lluvia de ideas la doctora rubia se apareció en su mente; recordó lo que ella le había dicho, sobre intentar hacer lo mismo que la competencia haría, en este caso su ex.

¡Jesús! Ya estaba empezando a hablar como una tóxica enamorada. ¨Cosa que no era¨, se aclaró a si misma.

Se apoyó en la isla con los brazos cruzados y lo pensó mejor. ¿Qué le gustaría comer a Hope en el desayuno? Chasqueó los dedos ante la idea que se le ocurrió y sonrió con una respuesta. Empezó a buscar entre todas las cosas que tenia en los estantes hasta encontrar la harina, batidores, huevos, leche, azúcar, entre otras cosas que sabía, o al menos creía que iba a necesitar, pues jamás había cocinado en su vida, mucho menos horneado.

¨obvio que querría pan dulce en la mañana.¨ Bufó en una sonrisa, mientras por accidente le daba vuelta a todo lo que tenía en la isla con el codo, cayendo al suelo con gran estruendo. Cuando vio una corriente amarilla debajo de las sartenes, abrió sus ojos.

—¡no! ¡los huevos!

*****

Hope aparcó su jeep frente a la entrada del edificio de la otra castaña y se bajó tambaleándose. No había dormido en la noche y encima había salido temprano de casa de su madre y manejado por dos horas sin pararse a descansar.

Cuando iba a pasar por la enorme puerta, el gorila de Bob se le plantó en el camino.

—te ves horrible. —él se había burlado.

—gracias, Bob, tú también. —ella dijo distraída por el cansancio.

El hombre pareció compadecerse por su estado somnoliento y la dejó pasar dejando las burlas para después.

—gracias, por no ser una molestia esta mañana. —ella le dijo sincera sonriéndole, mientras se adentraba al edificio.

Al haber subido el ascensor hasta estar en el piso de Josie, se fue con cuidado de no caerse hasta su puerta y tocó con toda la paciencia del mundo.

Cerró sus ojos un segundo para que dejaran de arder; escuchó que la puerta se abrió y miró al frente llevándose un buen susto, que hizo que el sueño que llevaba se fuera a la mierda.

—¡¿qué carajos te pasó en la cara?!

Josie arrugó sus labios en un puchero.

Hope la miró, tomó aire y se compuso.

—tendrás que avisarme la próxima vez que vayas a- —señaló su rostro. —ponerte... eso.

El rostro de la castaña estaba embarrado de harina; sus mejillas, el puente de su nariz, el mentón, hasta sus cejas. Y es que, cada vez que le picaba alguna parte de la cara, se olvidaba de que tenía las manos llenas con la mezcla para el "pan dulce" que, supuestamente, estaba preparando, por lo que siempre terminaba dejando blanco el sitio que tocaba.

—¿es alguna clase de mascarilla de la mañana, o qué onda?

Josie se sintió avergonzada y bajó la mirada.

—estaba tratando de preparar algo para ti. —Suspiró con tristeza.

Hope frunció los labios viéndola con amor.

—¿y qué es? Si se puede saber.

Vio como el rostro de la castaña se volvía colorado debajo de la harina.

Mi luna de medianoche ~ HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora