Capítulo 18: No quiero perderte

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OMNISCIENTE

Después de salir del edificio de la otra castaña, Hope tomó el camino hacia su casa; tenía trabajo que hacer. Al subir a su apartamento, se cambió de ropa y amarró su cabello en una coleta, y se fue directo a su estudio improvisado en la sala de estar.

—manos a la obra. —se dijo a si misma, palmando sus manos y empezando a dar trazos.

Tres horas después, la pintura estaba completamente terminada, o eso fue lo que creyó en ese momento. No sabía lo que se avecinaba para su futuro; su caótico y, quizás, hermoso futuro.

Se fue a dormir con un sentimiento de alivio y felicidad; ya quería ver el rostro de Josie cuando le mostrara la pintura. No dejó de sonreír hasta que se quedó profundamente dormida.

Al día siguiente, que también tenia libre por ser domingo, revisó la pintura para ver que todo estuviera en orden y que ya se hubiera secado perfectamente.

Adelantó un poco de su trabajo de la semana en camino y se sentó en su sofá al terminar. Miró la pintura que estaba frente a ella y se sintió satisfecha con el resultado, esperaba que Josie entendiera el nuevo significado de ella. Decidió que le diría todo a la castaña esa noche: sobre su apellido y ser hija de su artista favorito, y lo más importante, que ella era la verdadera creadora del cuadro La Luna de Medianoche, su favorito.

Se dio una ducha rápida y buscó que ponerse esa noche para la sorpresa; quería estar bien vestida para la ocasión. Tomó la primer camiseta que encontró, que era azul, como sus ojos, con un estampado de una montaña nevada en el centro y unos pantalones negros rasgados de las piernas.

—perfecto. —sonrió satisfecha.

Los dejó sobre la cama y se puso un pijama porque, por el momento, iba a quedarse en casa. O eso creyó.

Su teléfono empezó a sonar y cuando vio quien llamaba, ella bufó.

—diga. —respondió un poco seca.

Hope, ¿puedes hacerme un favor? —la voz de la otra era sin convicción, como si no quisiera eso pero que no tiene de otra.

—estoy ocupada. —no era cierto.

es domingo.

—exacto, mi DIA LIBRE. —rodó los ojos.

necesito algo de ti, por favor. —Hope casi se atragantó con su propia saliva al escuchar a la otra pedirle por favor una cosa.

—Jesús, Edwards, ¿te encuentras bien? ¿estás enferma?

La rubia bufó desde la otra línea. No quería hacer aquello, pero no tenía opción, Hope era su única ayuda en ese momento.

Esta tarde habrá una presentación importante en la plaza y es necesario que alguien de espectáculos haga cobertura de dicho evento.

—¿así que...?

necesito que me cubras con Leigh-Anne.

—no soy de espectáculos. —le recordó.

lo sé, pero eres la única que puede hacerlo, ya sabes, tú y la jefa son amigas, así que... —la rubia se encogió de hombros aunque la otra no pudiera verla.

—dices que porque Leigh y yo somos amigas, va a dejarme cubrirte, ¿no es así?

¡al fin! —ella gritó desde el otro lado de la línea.

—¡oye! no soy tan lenta.

claro. —dijo con sarcasmo. —¿vas a ayudarme o no?

—¿Qué es lo que tienes que hacer? ¿Qué es tan importante como para dejar tu trabajo?

Mi luna de medianoche ~ HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora