Capítulo 27: La quiero

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Los médicos entraban y salían de las salas en el hospital, mientras esperaban inquietos a que saliera la rubia y les diera buenas noticias.

April y Hope eran las únicas que estaban en la sala de espera. De cualquier modo, a Josie le importaban solo ellas dos, así que con saber que ambas estaban justo en el pasillo continúo a la habitación en el que se encontraba, estaba más que agradecida y acompañada.

Hope se apretaba las manos ansiosa. Cuando la rubia salió de la sala de partos, la castaña la abordó con demasiadas preguntas, dejándola completamente aturdida.

—¡ya basta, Hope! No es necesario que estés tan ansiosa. —Hope frunció el ceño, mirándola con ojos entrecerrados. Lizzie recordó. —Ah. Cierto. Bueno, de todas maneras no hay cosas nuevas por saber. Ella está a unos minutos o a unas horas de iniciar el parto. —Se encogió de hombros como si era algo que pasaba todo el tiempo.

Bueno, en realidad así era.

—¿Cómo se siente? ¿Le duele demasiado? ¿Se desmayó del dolor? —Lizzie sintió náuseas.

—Eres demasiado patética. Obvio que le duele y es obvio que no se ha desmayado. Ella no es tú. —Hope alzó la ceja. —Gallina —agregó en un susurro. Hope la miró con ganas de matarla.

—Solo avísame si necesita algo, ¿Está bien?

Lizzie asintió de mala gana y volvió a entrar a la sala de partos.

Hope empezó a caminar de un lado a otro, inquieta. Se apretó las manos y las sacudió en repetidas ocasiones. No aguantaba la ansiedad de saber si Josie iba a salir bien. Si con la niña saldría todo bien. Además, para colmo, estaba en un hospital. Ella odiaba los hospitales.

Lizzie volvió a salir tomando por sorpresa a Hope quien se acercó rápidamente a la rubia. Miró a la castaña de ojos azules con el ceño fruncido.

—te quiere adentro —sentenció. Hope respiró hondo.

—¿En serio? —Luchaba contra la sonrisa que quería aparecer en sus labios.

—A veces las mujeres necesitan de un apoyo más íntimo en estas instancias —explicó la rubia. Hope asintió demasiado rápido.

—Llévame con ella —demandó.

Lizzie se abrió paso entre los pasillos de la sala de partos. Habían puertas donde habían rótulos que dividían las habitaciones en dependencias de la atención en especial. Incluso había una donde estaban las neonatales.

La rubia se detuvo en una puerta que decía saneamiento y descontaminación. Ambas entraron y ayudó a la ojiazul a ponerse la ropa adecuada para la acción.

Cuando entraron a la sala donde se encontraba Josie, Hope fue directamente hacia ella tomando su mano con delicadeza, contrario a la castaña que se aferró a su mano con fuerza.

—¡Auch! —la ojiazul se quejó por el dolor. Josie no le puso atención mientras sufría las contracciones.

Hope, dejando atrás el dolor en su mano, acarició con la que tenía libre el dorso de la muñeca de Josie. Dibujó círculos imaginarios en ella para intentar relajar a la castaña y, sopresivamente, funcionó. Esta vez, los orbes castaños se posaron en ella viéndola con amor.

—No quería que nadie más estuviera aquí conmigo. Solo tú.

Unos minutos después, las contracciones aumentaron y Hope supo que ya iba a dar a luz. Buscó a la rubia con la mirada. Ella se acercó para revisarla y decirles que efectivamente Josie estaba en labor de parto.

Lizzie miró a Hope con la ceja levantada.

—¿en serio vas a quedarte?

—Por supuesto que si. —Jamás había estado más segura de algo.

Mi luna de medianoche ~ HOSIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora