𝐗𝐈𝐈𝐈.

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FORGIVENESS

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—¿Escuchaste lo que pasó?

La voz de Jace fue apenas un susurro para su hermano, Luke, quien lo miró con curiosidad. El ambiente tenso y cargado de secretos se respiraba en la habitación e incluso en toda la Fortaleza Roja.

—No ¿qué? —respondió, su mirada inquisitiva estaba fija en su hermano.

Jace tomó aire antes de soltar la bomba informativa.

—La reina viuda ha confesado que Larys Strong fue el culpable de lo que te pasó. Se atrevió a pedirle a mamá misericordia, ya que se sentía culpable, la enviarán a Antigua con Daeron y Otto Hightower. —reveló, con un dejo de incredulidad en su voz— Ah, y Daemon cumplió su sueño de ejecutar a Sir Criston por haber insultado a nuestra madre luego de lo de Alicent Hightower.

La noticia no impactó mucho a Luke, quien se mantenía imperturbable ante los acontecimientos. Sin embargo, el hecho de que Alicent, una figura poderosa y manipuladora, hubiera sido capaz de confesarlo, planteaba una dimensión desconocida de su carácter. De igual forma, no pasó desapercibido para el joven príncipe el hecho de que Aemond le haya dicho la verdad cuando fue a verlo.

—¿Y Larys Strong? —Luke no podía evitar la curiosidad.

Jace dudó un momento antes de responder, sus ojos mostraban un rastro de duda.

—Está muerto, Luke. El día en que despertaste lo asesinaron. —informó Jace, dejando escapar un suspiro cargado de alivio.

—¿Fue papá? —pregunta su hermano menor, buscando confirmación y esperando que su padre hubiera tomado justicia por su propia mano.

Lo ve negar, y su corazón comienza a agitarse, anticipando su respuesta.

—Fue Aemond —corrigió Jace.

Se sintió terrible. Lo había culpado por que le había pasado, sin imaginar siquiera que Aemond había matado al verdadero responsable en su nombre. La revelación resonó en la mente de Luke como una tormenta repentina que azotaba su tranquilidad. Sus ojos se abrieron de par en par, reflejando una mezcla de asombro, incredulidad y una pizca de alivio, pero también de culpa. 

La realidad de las acciones de Aemond sacudió a Luke hasta lo más profundo de su ser. El hecho de que su tío hubiera matado en su nombre, de manera implacable y sin vacilar, dejó al castaño con una sensación agridulce. Había algo oscuro y desconcertante en esa revelación.

Pero eso no fue todo. Aemond también había orquestado una confesión de Alicent, una confesión que habría asegurado la verdad y la justicia. A través de su influencia y determinación, había logrado que su madre admitiera su culpa y revelara la trama detrás de lo que le había sucedido. 

Aún más sorprendente fue el hecho de que Aemond había obtenido el permiso para visitar a Lucerys. A pesar de todas las circunstancias, de las acciones que había emprendido en su nombre, Luke lo echó. La incredulidad y el escepticismo se apoderaron de él

¿Cómo podía creer que alguien como su tío, una figura imponente y distante, fuera capaz de arriesgar algo por él?

A pesar del leve dolor en su abdomen, Luke no dudó en tragárselo y se adentró en la habitación de Aemond a través de los pasadizos secretos durante la oscura noche. Con cada paso torpe, se acercaba al borde de perder el equilibrio, justo en el momento en que Aemond entraba en su habitación para descansar. Sin embargo, antes de caer, sus ojos se encontraron con el ojo violeta de Aemond, quien corrió hacia él para sostenerlo y evitar su caída.

𝐃𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ― lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora