𝐃𝐈𝐑𝐓𝐘 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ― lucemond

𝐗𝐗𝐈𝐈.

*

⠀⠀⠀⠀⠀⠀

ENDING: DRIFTMARK
PARTE 2

Final
⠀⠀⠀

⠀⠀⠀

«'Cause they have dirty blood.»

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

*

⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀

La noticia de la grave recaída de Lord Corlys Velaryon y las sombrías perspectivas sobre su supervivencia impactaron a la familia real y, en particular, a Lucerys. A medida que la noticia se propagó y el consejo confirmó la grave situación de su abuelo, Luke comprendió que pronto tendría que asumir el título de Señor de las Mareas y dirigir Driftmark desde High Tide.

La carga de responsabilidad y el peso de la herencia que le exigieron abrumaron a Lucerys.

«Si soy el Lord de Driftmark, significa que todos habrán muerto.»

Rememoró las palabras que había pronunciado de niño.

La tristeza embargó al joven príncipe, pues la perspectiva de asumir el liderazgo de la Casa Velaryon implicaba aceptar la posible pérdida de su abuelo, un hombre a quien Luke admiraba y quería profundamente. Sentimientos de inseguridad y temor se entrelazaron en su mente, mientras se preparaba para enfrentar el peso de sus deberes y responsabilidades.

Durante días, Aemond se había colado en su habitación intentando consolarlo, pero la tristeza parecía inquebrantable. Ambos compartieron la angustia de la situación.

—Si mi abuelo muere, tendré que irme a Driftmark —le recordó con voz entrecortada.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Aemond ante sus palabras.

—Lo sé —dijo con la voz baja.

—No quiero que muera, no quiero irme —susurró Luke, su voz era ligeramente temblorosa.

—Yo tampoco quiero que te vayas —admitió Aemond y lo envolvió entre sus brazos en un abrazo que prometía mucho pero que cumpliría poco. 

Sin embargo, a pesar de las plegarias y los deseos que Lucerys había formulado a los Siete, Corlys Velaryon falleció después de tres semanas postrado en la cama. Para su consuelo, el Desconocido lo había llevado mientras dormía, liberándolo del sufrimiento.

Su funeral sería llevado a cabo en Driftmark, donde una vez concluido, Lucerys y Rhaena se quedarían para que el joven príncipe asuma su herencia.

Aquella noche, no hubo una riña como aquella vez en la que Luke le había quitado el ojo a Aemond tras montar a Vhagar. Sin embargo, el funeral siguió envuelto en una tristeza profunda.

Ambos habían encontrado un momento para escaparse juntos, lejos de su familia, para verse una última vez antes de que Aemond partiera hacia King's Landing.

—No quiero perderte —susurró Luke, lleno dolor y angustia.

Todo lo que habían experimentado en los últimos meses los habían dejado exhaustos, y ahora, tener que despedirse el uno del otro parecía ser el castigo más cruel.

Si bien ninguno de los dos había expresado abiertamente su amor, estaba implícito en cada mirada, cada gesto de celos y adoración compartidos en secreto, en cada momento de intimidad y en las palabras cariñosas que intercambiaban. Aemond había insinuado sus sentimientos, pero no había sido lo suficientemente valiente como para confesar abiertamente ante Lucerys que estaba enamorado de él.