❛❛ i wake in the night, i pace like a ghost
the room is on fire, invisible smoke
and all of my heroes die all alone ❜❜
Blair ahora está sana y salva en Mount Weather junto con otros 48 de los suyos. Pero nada es igual, ella cree que Bellamy murió aq...
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ABRAZÓ SUS RODILLAS, INTENTANDO no llorar. Había perdido la noción del tiempo desde que aquellos hombres abandonaron la habitación tras examinarla. Su vista ya no era borrosa, pero aún oía un ligero pitido en su oído izquierdo. Sabría que se iría pronto, pero estar encerrada y en silencio, es horrible. En estos instantes, su vida se basaba en dormir en una cama metálica, sin sábanas ni almohada, y sentarse a pensar. No la daban de comer, por lo tanto, eso la hacía suponer que no había pasado muchísimo tiempo.
Pasaba las horas preguntándose por sus amigos. ¿Ellos también estaban encerrados? ¿Anya también? Se hacía miles de preguntas al día, lo irónico era que no tenía respuesta a ninguna.
Descartó rápidamente la idea de hacerse una bolita en el suelo y sollozar hasta no poder más consigo misma cuando observó una cámara de seguridad a lo alto de una de las blancas paredes, justo en la esquina. Se acercó a pasos lentos hacia ésta y cuando llegó, se tomó su tiempo para observar su reflejo. No se veía bien, debido al tamaño de la cámara, pero servía. Lo que más resaltaban eran sus heridas y su aspecto pálido, probablemente de no haber comido. Su pelo estaba sucio y aún tenía ceniza de aquella noche en el campamento. Lo único que pudo pensar al verse en ese estado era que quizá todo habría salido mejor si hubiesen solucionado sus diferencias en el puente. Pero ya no había vuelta atrás. Retrocedió un paso y se alejó de la cámara, evitando pensar más.
El silencio y la paz que reinaban en la habitación se esfumó nada más la puerta metálica se abrió, causando un sonoro golpe cuando impactó contra la pared. Blair cerró los ojos, preparándose para lo peor. No se creía lo que la dijeron. La iban a hacer daño. No sabía quienes eran esos hombres, pero no la importaba. Ahora mismo, su único deseo era la venganza. Era un sentimiento agridulce. Jamás se había sentido así, pero las circunstancias te hacen cambiar, ¿no?
Encontró un pequeño trozo de cristal en el suelo, supuso que de uno de los médicos que la examinaron. Sus manos comenzaron a temblar. No sabía explicar por qué. ¿Por sus pensamientos? ¿Por el miedo? No la importó cuando tomó el trozo de cristal y lo clavó en su muñeca con fuerza, sin miedo a hacerse daño. No entendía porque haberse cortado la muñeca la tranquilizaba el dolor interno que sentía. Un vacío que tardaría en irse. La sangre viajó de su antebrazo hasta el camisón blanco, manchándolo por comoleto. Cuando se dio cuenta de que se acababa de autolesionar, lanzó el arma contra la pared.
No pienses más, Blair. Solo... relájate y duerme.
No pudo creérselo cuando abrió los párpados aterrada. Divisó una cabellera rubia ondulada y unos ojos azules familiares acercarse a ella con cuidado de no asustarla. El hecho de verla ahí, la hizo esperanzarse y una ola de alegría recorrió su cuerpo.
Clarke tampoco tenía un buen aspecto, pero el suyo era mucho mejor comparado con el de Blair. Al lado de Griffin, se encontraba una chica morena, que parecía más que asustada. La arquera se dedicó a mirarla detalladamente. En su cuello, había una marca de lo que parecía un puñal. Cómo si alguien hubiera presionado un cuchillo en la zona. Su vista pasó de Clarke a ella repetidas veces, entendiendo todo a la perfección.