Return² ☘ ChanIn

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Shota no se caracterizaba precisamente por ser muy sociable, literal prefería ver a las personas de lejitos y esperar a sentirse cómodo para comenzar a hablar, así que la situación se le fue de las manos cuando sus hermanos mayores propusieron ir al parque solos con... Chan.

Y él estaba algo estresado con eso, sobre todo porque ellos tenían el lujo de referirse al mayor por "papá" mientras él le decía "señor", es verdad que roza los treinta, pero tampoco es para llamarle así. Y no sabe si preguntar o quedarse callado.

¿Podría lanzarse y decirle papá?

No, era muy arriesgado y fijo que sus hermanos y Chan se ríen de él. Jeongin no lo preparó mentalmente para conocer a su otro padre así que se encontraba bastante incómodo con Chan. Definitivamente no lo quería.

—Vamos, Shota —gritó el mayor y el pelinegro retrocedió algunos pasos, no sintiéndose seguro con él, al principio pensó que se llevarían bien pero no, no sentía la confianza que sentía con Jeongin, básicamente era un desconocido para el pobre.

—¡Shota, tírate! —gritó su hermano mayor desde abajo del tobogán, negó muchas veces, viendo aterrado hacia abajo, tenía pánico a las alturas y no era bonito de ver donde sus hermanos estaban. Chan le tendió la mano, indicándole que se tiraran juntos, más no lo consiguió, a cambio, el puchero del pequeño le alertó.

—¿Pasa algo, Shota? —bajó a la altura del pelinegro, recibiendo un suave empujón, y sus hermosos luceros soltaron las lágrimas que retenía desde hace una hora en ese parque, quería a su papá, a su verdadero papá.

—Quiero que me lleve con mi papá... —murmuró retirando de manera brusca sus lágrimas, dejando sus mejillas rojizas—. Lléveme con mi papá, por favor... —casi suplicando.

—Tranquilo, ¿sí? Si no quieres, podemos ir a otro juego...

—No quiero —aclaró con sus manitas a los lados, podía notarse que ese pequeño sería un Alfa, no era como cuando Chanhee era pequeño y a pesar de ser griñón y tal, no se comparaba con Shota.

—¿Quieres ir a casa? —preguntó ahora intentando coger la mano del menor, siendo rechazado nuevamente.

—Sí —confirmó viéndole directo a los ojos.

—Bien... iremos a casa entonces...

En el incómodo camino, los mayores cogieron la mano del azabache, dejando a un Shota fuera de su círculo entre padre e hijos, aunque él no sepa qué es también su padre, no le agrada.

Mientras Chan se informaba de todo lo que había pasado con sus pequeños mientras estuvo en la cárcel, los cachorros estaban contentos, hablando hasta por los codos ignorando un poco a su hermano pequeño, que los seguía por detrás decaído.

Al llegar a su casa, Shota se lanzó a los brazos del azabache, quejándose con él todo lo que había pasado en una hora cuando estaba en el parque con su otro padre, su entrecejo siempre estuvo junto, un enorme puchero cuando se paraba a pensar más cosas para contar y esa vocecita más fina expresando queja tras queja. De verdad se le notaba molesto.

Así que Chan dejó a los tres en casa del mayor sin decir mucho, se despidieron como si fueran amigos, teniendo a dos pequeños expectantes por un beso o... algo, pero simplemente alzaron la mano y vieron hacia un lado, evitando cualquier contacto.

Lo que restó de tarde, Chan estuvo por internet buscando algún sitio donde quedarse ya que no podía vivir de por vida con Félix y Changbin, peor cuando estos tenían dos niñas pequeñas. También estaba en busca de un nuevo trabajo, tal vez le pediría ayuda a Minho en ello, pero dudaba que le consiguiera un puesto como el anterior, aunque se conformaría con lo más cómodo y accesible.

Sin embargo, el Omega se quedó en casa mimando a su pequeño Shota que ahora se volvió más sensible y notaba que la pasaba mal con la integración de Chan a su vida, sobre todo porque básicamente pasó sus casi seis años al lado de Jeongin y no veía la falta o necesidad de otra persona a su lado.

Pero podía notar cómo sus hermanos mayores le querían, un amor que no tenía él hacía el azabache.

Y Jeongin tenía que actuar por lo menos en contarle que era su otro padre, aunque se esperaba la clara reacción del pequeño.

—Shota —empezó, acariciando su rostro con delicadeza—, ¿sabes qué es Chan?

—Una persona que quiero lejos... —dijo simple, pasando su nariz por el pecho del mayor.

—Ya... pues... él es tu otro papá...

—No es importante para mí, me da igual que sea mi papá, yo te quiero a ti... —alzó su cabecita, sus ojitos iluminados y su puchero temblando—. No me dejes con él, no lo quiero... —casi suplicó, parpadeando varias veces—. No quiero que te vayas, no me dejes con él...

—Shota, no te dejaré con él, solamente te estoy informando. Vale, no te cae bien, pero haz un pequeño esfuerzo en llevarte bien, ¿sí? —retiró con sutileza las lágrimas de sus mejillas—. Él te está conociendo también...

—Pero no me dejes... —volvió a decir y Jeongin dejó salir una corta risita, abrazando al menor y girando por la cama.

—Jamás dejaría a mi pequeño caballero solito...