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—Me hartan —formuló Changbin entrando a la casa, posó sus manos sobre su cadera, con la niña pequeña en su espalda, colgada como un koala. El azabache se alza de hombros abrazando a Chanhee cuando éste llegó a abrazarle, lo mismo con Jungwoo, pero no con Shota.

Le costaría entablar una relación con ese pequeño Alfa.

—Papa, papá, papá —asustado, Shota corrió a los brazos de Jeongin pues el gatito de Changbin y Félix le seguía juguetón, le tenía pánico a ese gato.

—Nos vamos ya, Lixie Hyung —dijo el castaño alzando al Shota con dificultad.

—Cuídense y coman bien —habla el rubio desde la cocina, Changbin solo alza la mano y la sacude en el aire para despedirlos.

La pareja y los tres niños salen al fin, en dirección ahora a la estación de metro, ambos llevan unas mochilas y dos maletas donde llevan ropa de los cinco, viajar ahora se haría tarea complicada.

Shota quería ir encima de Jeongin en plan niño pequeño, pero el Omega no podía con su peso, así que lo bajó, dejando al azabache con un enorme puchero en los labios.

—Papá —se quejó, Jeongin le vio serio negando.

—Entiende que no estoy para estarte cargando, no eres un cachorrito —le regañó pellizcando su mejilla, el menor asintió molesto, cruzándose de brazos y viendo hacia otro lado.

—Papá, tengo hambre

—Uh yo también —los dos mayores ven a Chan, casi suplicando que les compre algo para comer porque saben que Jeongin siempre se niega.

Shota permanece en silencio, aunque se esté muriendo de hambre prefiere que lo entierren a pedirle algo a Chan.

Finalmente paran en puesto de comida rápida pues aún tenían tiempo de comer e ir luego a coger el tren que los llevaría a Busan.

El menor de todos estaba de mal humor desde hace unos días y no solo era mal humor, era una mezcla de dolor en su pecho y enfado consigo mismo. Aquello se debía a Chan.

Sí, el Alfa tenía la culpa de los síntomas que sentía el azabache.

Al ser un cachorro "rechazado" ese pequeño lobo se siente presionado y amenazando por el lobo de su padre. Su lazo se puede medio arreglar, en un par de años si intentan hacer las paces y llevarse bien, existe la posibilidad de recuperar el lazo roto. Pero se necesitan las dos partes.

Al terminar de comer, volvieron a caminar hasta la estación, donde solo esperaron diez minutos.

Jeongin estaba algo nervioso, conocer a los padres de Chan era algo extraño ya que nunca se vio en esa situación, era raro porque no sabía si les iba a caer bien o le iban a odiar. Si Chan es Alfa puro, significa que su padre es uno también. Nunca había tenido en cuenta su apariencia antes de conocer a alguien, ahora se aterraba por llevar el cabello color cereza claro. Además, su vestimenta no era la de Omegas, siendo un pantalón pegado y una enorme chaqueta negra...

Su pelo es lo que más llamaba la atención y temía la reacción de los mayores al verle...

Eso sí, todos sus cachorros iban bien vestidos y repeinados. Tenía buen ojo para vestir a sus niños y los tres iban divinos.

Chan se veía tranquilo, sin preocupación, relajado.

Jeongin lo observó indignado.

—¿Cómo puedes estar tan así? —cuestionó y el azabache sonrió enternecido.

—¿Por qué estás tan nervioso, bonito? —Antes de contestar, su rostro se encendió en un fuerte rojo, apartó la mirada bufando.

—No me vengas con cosas cu-cursis —titubeó.

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