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El pelinegro paseó por el pasillo mínimo, una hora, sin estar seguro de si tocar o irse, tenía la leve sospecha que sería echado a patadas, pero podía intentar convencer al Omega de charlar un poco a solas. También estaba deseando ver a Shota, que lo pocos minutos que le vio, pudo notar que tenían un gran parecido, pero con el carácter de Jeongin eso estaba claro.

Se relamió los labios, indeciso, finalmente tocó la puerta con los nudillos, escuchando desde fuera a tres niños pelear por quién abría, también pudo reconocer la voz de Jeongin ya que regañó a los tres.

Cuando la puerta se abrió, a Jeongin no le dio tiempo a cerrarla ya que los tres niños se asomaron, los dos más grandes se tiraron encima del menor, y sí, literalmente lo tiraron al suelo.

Ambos estaban pequeños cuando pasó todo y a pesar de que dejaron ciertos traumas, no podían dejar de querer a Chan, era su otro papá y quien más los mimaba.

Chan sonrió en grande, con ciertas lágrimas bajando por sus mejillas al ver el crecimiento de los cachorros, Chanhee había dado un buen estirón, su rostro siendo tallado casi idéntico al de Jeongin. Mientras su pequeño Jungwoo mantenía unas mejillas enormes y acariciables.

—Chanhee —murmuró abrazando por el niño que ya lloraba a moco suelto—. Jungwoo —el pelinegro también mantenía el abrazo, siendo aplastado por su hermano y su padre.

El único que se mantenía al margen, curioso, era Shota, que se ubicó detrás d eJeongin tirando de su pantalón.

—¿Van a hacer bebés? —preguntó bajito y Jeongin casi escupe un pulmón.

Negó levemente, alzando a su niño, viendo enternecido la escena frente a él porque puede que Chan haya cometido un grave error, pero siempre fue un buen padre, eso jamás lo podría negar.

—¡Papá, vamos a jugar! —animó Jungwoo tirando de la chaqueta del mayor.

Pero Chan negó levemente, levantándose y alzando al mayor de los niños, que seguía abrazado a él como un koala, podía ser el mayor, pero extrañaba demasiado a su papá.

—Papá y yo tenemos que hablar, a solas —aclaró al niño en sus brazos, mala explicación para Jeongin ya que Shota alzó ambas cejas y vio sorprendido a Chan.

—¡Van a hacer bebés! —gritó contento, bajando y yendo al salón, donde Jungwoo le siguió y finalmente y muy a su pesar, Chanhee se unió a ellos.

—Déjame hablar contigo... por favor —pidió sosteniendo la puerta, Jeongin negó, empujando con la fuerza que tenía—. Por favor, Jeongin... Me debes una explicación...

—¿Sobre qué? —preguntó al borde de las lágrimas.

—Sobre Shota. Me enteré de su existencia hace una semana, ¿por qué no me lo dijiste ese día en la cárcel? ¿Por qué no has ido ni un solo día a verme? Sé que me odias y tienes el derecho, pero, ¿y el amor que nos teníamos? ¿Soy el único que lo guarda? —sus ojos picaron, entrando a la casa cuando Jeongin se apartó, yendo a la habitación, los niños los observaron contentos.

—Ahora tienen que darse besitos, cariñitos y dentro de nueve meses, Innie hyung tendrá un bebé —Chanhee observó a su hermano con los ojos bien abiertos—. ¿Qué? Así se hacen los bebés, cabeza hueca.

Los tres se quedaron quietos, sin saber exactamente qué hacer mientras los mayores hablaban y según Shota, procreaban bebés.

Dentro de la habitación, Jeongin se mantenía alejado de Chan, cada uno con la vista perdida sin un punto fijo, el menor pudo notar otro aroma en la casa y confirmó que Jeongin alquiló la otra habitación al ver una pequeña cama a un lado de la habitación, que seguramente pertenecía a Chanhee.

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