Return² ☘ ChanIn

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Félix sabía que nada bueno se encontraría al llegar a casa de su mejor amigo, sobre todo cuando el novio de este le gritó que fuera así casa, pero la imagen que a sus ojos llegó fue horrible para un Omega.

A duras penas pudo levantarle, entre sollozos y llamando a Changbin a gritos, el pobre Alfa dejó a las niñas en el salón, corriendo ahora hasta su Omega.

(...)

—¡Voy a matarte! —gritó el rubio al teléfono, Changbin lo veía desde el sillón, esperando a que dejara de maldecir y regañar al Alfa—. ¡Atrévete a volver y no durarás ni dos minutos vivo, Bang!

—¡Deja de gritarme!

—¡No me grites!

—¡Tú lo estás haciendo!

—¡Porque te lo mereces, malnacido insensible! —y tiró su móvil contra la pared, Changbin visualizó la pantalla del aparato totalmente destrozada, subió su mirada a su novio, que se quedó unos segundos, estático en su sitio.

—Lixie...

—No me hables —musitó molesto dejándose caer en el sillón, molesto con Chan y con ganas de sacarle el cerebro para ponerle uno nuevo y que así pudiera pensar en las consecuencias de sus actos, por lo menos pensar un poco antes de soltar tanta mierda a una persona que no está en condiciones de recibir fuertes noticias.

Cuando le llamó pensó que Jeongin estaba llorando y que simplemente necesitaba compañía, pero no fue así.

Y Changbin conocía a Félix así que le obedecía en todo en vez de llevarle la contraria pues sabía que el rubio no era la persona ejemplar que se relaja ante situaciones fuertes. Sabe que dentro de unos minutos se hará bolita en el sillón y pedirá consuelo y perdón, así que fue a la cocina y buscó algo para darle.

Félix molesto + Comida = Félix feliz.

Pero los niños de Jeongin estaban aún dormidos y tenía que frenar un poco a su novio antes de causar confusión en los menores. Empezando por que ninguno de sus padres está en casa.

Jeongin fue llevado en ambulancia y Changbin fue con él, después de una hora y media volvió a casa para tranquilizar a su novio, pero Félix estaba muy alterado gritando a los cuatro vientos.

—Changbin...

Félix + minutos de silencio = Félix arrepentido.

—¿Quieres helado de fresa o de café? —preguntó tranquilo alzando ambos recipientes, sus ojos ahora se posaron en el más bajito, que tenía los ojos cristalizados, soltó un corto suspiro y dejó los botes en el congelador otra vez—. No llores... —acunó su rostro y plantó un besito suave, la piel de su novio estaba muy fría.

—Lo siento... —puchereó y Changbin le abrazó, soltando su aroma para calmarle.

—No pasa nada, Jeongin es tu mejor amigo y entiendo que te pongas así para defenderlo, pero hay tres niños en casa que no saben que sus padres están en esta situación y lo mejor es que no lo sepan...

—Entiendo... —murmuró dejándose mimar.

Pero ellos también tenían a dos cachorritas que atender y el rubio se separó lentamente del mayor, no sin antes fundirse en el beso que Changbin exigió.

Al llegar a la habitación de Jeongin, donde estaban sus dos niñas, se topó con la mirada triste de su hija mayor, sollozando contra una almohada. La había asustado.

—Yerim... —susurró extendiendo sus brazos, la pelinegra gateó hasta sus brazos, buscando refugio en su padre—. Siento si te asusté, mi amor...

—¿Peleaste con papá? —él negó suavemente, acariciando sus grandes mejillas sonrojadas que estaban un poco húmedas. Dejó un besito en su frente, acurrucándola más en su pecho.