˚ ⁀➷ 24

107 17 9
                                    

—Eso es ridículo —musitó el azabache viendo a Jungwoo escribir en sus cuadernos, sus mejillas rositas y sus labios en un puchero semejante al de Jeongin—. ¿Quién dijo eso? —el castañito negó suave, ignorando al pelinegro que ahora estaba molesto.

Del otro lado de la casa, tampoco tan lejos pues no es demasiado grande, Jeongin y Chan, ordenaban las cosas que necesitaban para llevar al hospital, más bien era Chan yendo y viniendo de un lado a otro para rellenar la mochila que Jeongin había escogido para la ocasión.

Un sollozo lastimero salió de los labios del mayor, haciendo que Chan rodara los ojos, Jeongin estaba muy exigente y malhumorado sacándolo de quicio, quería todo y a la vez nada. Le entiende perfectamente por qué está a nada de dar a luz, pero el mayor podía ser un poco más compresivo y ver que su pareja está a cargo de cinco niños en la casa y que no para quieto ningún minuto al día.

Así que ese sollozo como todos los demás llamados fueron ignorados, al punto de que el mayor gritó de la desesperación en el salón.

Si Chan no se atrevía a aparecer, rodaría su cabeza.

—¡Chan! —gritó una vez más, alertando a su Alfa, ¿qué parte no entendía? Su hija venía. Veía ya. Ella quiere nacer hoy.

El azabache asomó solo su cabeza, mostrando sus ojitos de Bambi para que no le cayera una regañina más el día de hoy, pero sus sentidos se dispararon cuando vio a Jeongin con los pantalones mojados y algo escurriendo por sus muslos.

—¡Papá se hizo pipí! —gritó Shota exaltado, apuntando con horror a Jeongin—. ¡Ve al baño!

—¡Seunghyub ven aquí!

La casa es un lío.

Pero aun así Chan dejó a su sobrino al control de la casa, tenía doce años así que era el más indicado.

Mientras que él ayudaba a Jeongin a salir de casa, pero terminó por cargarlo en brazos mientras llamaba a una ambulancia.

El Omega empezaba a tirar de los cabellos de Chan, repitiéndole que era un maldito por no hacerle caso, al mismo tiempo sollozaba de dolor, pero era más importante regañar a Chan.

—¡Malnacido! —cerró los ojos con fuerza ante la nueva contracción, retorciéndose del dolor en los brazos de Chan, si no fuera por él, no tenía ni idea de cómo saldría caminando de su departamento.

—Hyung, cálmate, ¿sí? Perdóname mi amor, no sabía que Bae estaba así... —se disculpó a la vez que le daba besitos no correspondidos en sus mejillas—. Lo siento, lo siento...

—¿¡Llamaste a la jodida ambulancia!? —Chan asintió viéndole paciente, mientras él sentía como aquella bebé se movía en su interior—. Te voy a cortar en pedacitos... —musitó viéndole serio.

Jeongin en labor de parto era algo... ¿sincero? Estaba molesto por la falta de atención y bueno, todo lo que pensaba lo decía.

—Ya, Innie, la ambulancia ya viene.

—Me importa tres hectáreas de huevos la puta ambulancia, Bang.

Y antes exigió que la llamara...

—Por favor, cálmate, la bebé va a nacer en unas horas y tienes que...

—¡No me digas lo que tengo que hacer!

(...)

—¡La próxima vez te embarazas tú y me cuentas tus experiencias!

Ya estaba todo listo para que Jeongin trajera al mundo a una bebe, los insultos, maldiciones y jalones de cabello no faltaron en las dos horas que duró todo. Se podía decir que Jeongin estaba más cansado de gritar que de traer a Bae.

Return² ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora