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Los pasitos resonaron por el pasillo, varios niños corrían por él, poniendo sonido al silencio de la casa. Mientras, Shota se mantenía miedoso caminando por detrás de Chanhee, quien no había cogido demasiada confianza con sus primos y estaba más pendiente de su hermano pequeño, Jungwoo era caso perdido, se encariñó malamente de Seunghyub y ahora no hay quien lo despegue de él.

Bajaron al comedor donde los mayores ya estaban desayunando, faltaba su tía, aquella chica que les informó sobre las cosas que debían hacer en la noche y la que les dijo que bajaran a desayunar. Pero ella no se sentó a desayunar con ellos.

Tomaron asiento en fila, los otros niños se mantenían alegres, mientras que a ellos les daba cierto miedo convivir con personas nuevas.

Jeongin les dijo que conocerían a sus abuelos, que eran los más mayores del lugar y que sin duda alguna les daban miedo. Shota podía ser un Alfa y todo, pero apenas tenía seis años y no tenía ni idea de lo que era ser un Alfa.

—Shota —su cuerpo entero tembló, cogiendo con fuerza la mano de Chanhee por debajo de la mesa—. ¿Has dormido bien, cariño?

Se puede decir que sí, estaba más acostumbrado a compartir habitación con sus hermanos y era más agradable dormir acompañado que solo en una inmensa cama fría, además que le tenía miedo a la oscuridad y si no fuera por su tía, se hubiera hecho pipí encima.

Pero no dijo nada, solo movió su cabeza para afirmar.

—¿No les gustaría salir al patio después del desayuno? —Seunghyub vio con una ceja alzada a su abuela, el patio trasero estaba prohibido, hasta ahora que estos nuevos niños pisaban la casa.

—¿Dónde están mis papás? —preguntó Jungwoo con su voz entrecortada, sentía el miedo por su garganta.

—Ellos están hablando con su abuelo, son cosas de mayores...

Todo eran cosas de mayores.

(...)

El padre de Chan se parecía mucho a él físicamente, mostraba más superioridad y de lejos se le notaba que era imponente. Pero quitando lo físico, no era igual que Chan, su Alfa era muy muy, diferente. Chan es atento, servicial y lo trata como si fuera el único Omega sobre la tierra -no me vayan a tocar las pelotas diciendo lo que pasó anteriormente- y ahora mismo es el pilar que sostiene la familia entera.

Y es molesto que su padre le diga que eso está mal.

Empezaba a comprender por qué Chan tenía un lobo tan impulsivo, pero no llegaba a entender del todo los puntos que daba el señor Bang, le estaba insinuando muy descaradamente que bueno, tres hijos eran suficientes y él descubrió esa misma mañana que esperaba uno más.

Y Chan se mostraba bastante molesto, él lo veía desinteresadamente mientras se llevaba unas fresas a los labios, sintiéndose muy adormilado y con el cuerpo destrozado por la noche que le dio Chan.

—Chan...

—El aborto no está en nuestros planes —cortó el Omega antes de que su padre empezara a hablarle de la paternidad como si él no tuviera cachorros—. Permítame decirle que cualquier decisión que esté sobre la mesa será tomada por ambos y eso lo deja fuera de juego.

O había sido muy tosco o sonó muy mal, pero la mueca que mostraba el mayor le hizo morderse el labio un poco arrepentido. Pero no podría en peligro a uno de sus cachorros solo por caerle bien a una persona y daba igual que se tratase del padre de su Alfa.

—Jeongin —dijo caminado por la habitación, el Omega por mero instinto se cruzó de brazos y Chan se acercó a él, impidiendo que su padre se acercara más al mayor—. Entiendo que tengas tus razones para tener uno más, pero...

—No encuentro una razón para abortar —dijo ahora más fuerte, su Omega estaba muy molesto—. Y no lo haré por un par de billetes, no puedo comprender por qué quiere que haga eso.

—Deja de interrumpirme. Pero desde que Chanhee pisó esta casa he notado la mentira que se traen ustedes —se alejó a pasos lentos—. Además de que las fechas coinciden, ¿de quién es ese nuevo cachorro, Yang? Puedo saber que Jungwoo y Shota sí son de mi sangre, pero el mayor no.

—¿Y le importa acaso?

—Me importa porque la herencia de Chan será la de esos cachorros —Jeongin suspiró exageradamente.

—Déjeme aclarar, ¿usted dice que tiene terror a que un bebé tenga en sus manos su dinero? Pues deje de tenerlo, yo trabajo por ellos.

Chan se mantenía en silencio porque sabía que Jeongin sabía defenderse en palabras, pero estaba atento porque en fuerza no lo puede superar.

Pero al girarse, Jeongin caminaba en dirección a la puerta, con el recipiente de fresas ya vacío, seguramente iría a coger más o iría a dormir, conoce a Jeongin en gestación y es muy, muy perezoso y comilón.

—Deberías cambiar de pareja.

—Y tú de hijo.

(...)

Ya iban de camino a casa, además de que Jeongin le exigió a Chan irse de allí, Shota se subió encima de Chan cuando un pequeño gatito de pelaje amarillento le ronroneó en la pierna.

Shota se había quedado dormido en los brazos de Jeongin, pero el pelirrosa no podía con su peso y lo dejó en los brazos del Alfa que se derritió de amor cuando el azabache se acurrucó.

—Es tan lindo...

—Igual que tú, solo que te avergüenza aceptarlo...

—Nosotros también existimos —renegó Jungwoo con los brazos cruzados frente a ellos.

—Nosotros también existimos —renegó Jungwoo con los brazos cruzados frente a ellos

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