Lo primero que me pidieron fue una historia de Scorpius y Lily, así que aquí está:Era un lluvioso día de primavera. Una chica pelirroja de 13 años avanzaba dando saltitos hacía su clase de Transformaciones mientras tarareaba una de sus canciones favoritas: All Of The Stars de Ed Sheeran. Iba con una gran sonrisa ya que ella adoraba los días de lluvia, aquellos donde te podías quedar en casa calentita leyendo, escuchando música o simplemente viendo una pelicula con tus amigas. Esos sin dudarlo eran sus días favoritos.
-So open your eyes and see, the way our horizons meet. and all of the lights will lead into the night with me.- Lily Luna Potter iba cantando con los ojos cerrados, para concentrase mejor, cuando de repente se chocó con algo. Más bien con alguien.
-Lo siento, no veía por donde iba -se disculpó el chico, levantándose del suelo. En cuanto oyó aquella voz, la pelirroja levantó la mirada de repente, encontrándose con aquellos ojos grises que parecían plata líquida, pero que en aquellos momentos tenían un par de mechones rubios platinados que le caían por la frente. -¡Lily! Lo siento de verdad, no sabía que eras tu.
La pelirroja se quedó sin habla, como a menudo le pasaba cuando se encontraba con Scorpius Malfoy. ¿La razón? Hacía aproximadamente tres meses que Lily se había dado cuenta de que le quería más que a un amigo, mucho más que a un amigo.
-Ah... eh... no pasa nada -balbuceó Lily antes de levantarse e irse corriendo como si acabara de ver la snitch.
Scorpius se quedó allí parado, mirándola mientras se alejaba deprisa por el pasillo. Finalmente la perdió de vista en cuanto se fue por una esquina. El chico suspiró. Desde hacía ya tiempo no podía hablar con ella como solían hacerlo. Lily lo evitaba siempre que podía y Scorpius quería saber el porqué, sin embargo nunca conseguía preguntarselo, ya que ella desaparecia antes de que él tuviera la oportunidad. Eso lo fastidiaba. Scorpius y Albus Potter, el hermano mayor de Lily eran mejores amigos desde primer año, ya que el peli-negro había sido el único Slytherin al que no le había importado su apellido. Scorpius aun recordaba la primera vez que vio a Lily, aquella vez cuando Albus lo había invitado a pasar Navidades en su casa por primera vez. Se acordaba de cuando la pelirroja había ido a abrazar a su hermano sin saber que el rubio estaba también. En cuanto se vieron, no pudieron apartarse las miradas por un buen tiempo ¿o fueron solo unos segundos? ninguno lo sabía exactamente, solo sabían que en ese instante habían sentido una repentina corriente atravesarlos, hasta que llegó James, el hermano mayor de Albus y Lily a saludar. Scorpius sacudió la cabeza con aquellos recuerdos. A él le llevaba gustando Lily desde entonces. Ella le había cautivado con su profundos ojos castaños y con su radiante sonrisa. Le daba igual que su hermano fuese su mejor amigo, él la quería, pero ella siempre le había tratado como a un mejor amigo y ahora encima ni le hablaba. Scorpius resopló frustrado, no sabía que hacer para conseguir volver a hablar con ella. Estaba dispuesto a aceptar ser su mejor amigo si al menos podía estar con ella. Estaba harto. No pudo reprimir una patada que dio furioso al suelo.
-Scor, ¿Que te ha echo el suelo para que le pegues así?- preguntó Albus que acababa de aparecer, intentando aguantar la risa. Se calló al ver la cara del chico -Perdón. ¿Estas bien? -Scorpius asintió tragándose todos sus sentimientos, como su padre le había enseñado a hacer. -¿Seguro que no quieres que te acompañe a la enfermería? -Scorpius volvió a asentir, además se le acababa de ocurrir un plan -Bueno, entonces mejor que nos demos prisa, para llegar a clase de pociones, ya sabes que solo queda un mes para los T.I.M.Os.
Mientras Scorpius y Albus estaban en clase de pociones (el segundo mucho más atento que el primero), Lily acababa de acabar su clase de Transformaciones, donde era excepcionalmente buena. Sin nada que hacer, se dirigió a la sala común de Gryffindor para relajarse un poco en su habitación.
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¿Magia? Magic.
FantasyCuando una chica corriente se encuentra en contacto con la magia y ve que es parte de una misteriosa y peligrosa profecía, ya nada puede parecer extraño. Claro que, jamás se puede subestimar a Lesley Arilas que, junto a la tercera generación puede r...