Él era un Malfoy, ella una Weasley. Todo apuntaba a imposible, desde la primera vez que se vieron. Dejadme contaros como fue:
Era 1 de Semptiembre y como todos los años, una nueva generación de magos y brujas estaban en el andén 9 y 3/4 esperando impacientes la llegada a su nueva escuela, la más maravillosa de todas: Hogwarts. Ese año en concreto, era especial porque gracias a ese día, muchas vidas se unirían. Primero que todo, hay que saber que allí estaba todos los Potter y todos los Weasley, despidiendo a dos de los nuevos integrantes de la escuela: Albus Severus Potter, el segundo y más parecido del "Niño Que vivió" y Rose Jean Weasley, primera hija de Hermione y Ron. Rose era muy parecida a sus dos padres, una mezcla exacta de ambos, así que no se podía decir a quien se parecía más. Ella era pelirroja como su padre, tenía sus mismos ojos azules y tenía las características pecas-Weasley. Pero también era muy parecida a su madre ya que tenía el mismo pelo ondulado (que por cierto manejaba mejor que Hermione a su edad), era delgada, y había heredado su privilegiada inteligencia. En el mismo andén pero unos metros a la izquierda estaba la familia Malfoy con su único hijo que también empezaba Hogwarts ese mismo año: Scorpius, un muchacho alto de angulosas facciones, pelo rubio platinado y nublosos ojos grises.
-Y recuerda Rosie, quiero que superes al mini-hurón-Malfoy en todo -le dijo Ron a su hija encuanto divisó a los Malfoy. Lo dijo tan serio que casi asustó a Rose, ya que a su parecer no tenía nada malo.
Mientras Ron decía esto, Draco también hablaba con su hijo:
-Y recuerda Scor, a la mini-comadreja ni mirarla -le dijo con severidad. Scorpius solo asintió tembloroso, mientras la gente de alrededor les lanzaba alguna que otra mirada desagradable, todo por su apellido.
Scorpius estaba nervioso, tenía que admitirlo. Le preocupaba no hacer amigos y estar solo y a la vez también le preocupaba no quedar en Slytherin como su familia. Cuando el pitido sonó, los estudiantes empezaron a abordar el tren en busca de algún compartimento libre. Scorius ya se había encontrado uno para él solo, así que no esperaba que le molestaran ya que la gran mayoría de la gente lo detestaba. Eso le fastidiaba, no entendía porque un apellido tenía que significar algo malo. Era cierto, su apellido en concreto había cometido ernormes barbaridades en el lado oscuro, pero él no estaba y no era culpa suya así que no quería que le culpasen por algo donde el no tuvo lugar. Estuvo un rato callado, perdido en sus pensamientos mientras observaba el paisaje a través de la ventana, cuando de pronto oyó un suave "toc toc" en la puerta, demasiado civilizado para que fuera para él. Indicó a las personas de fuera que podían abrir la puerta y estas pasaron. Scorpius observó primero al pelinegro de ojos verdes y expresión amable, y luego se detuvo en la pelirroja de su a lado. Se fijó en su pelo ondulado que caía suavemente por uno de sus hombros con libertad. Se fijó en sus ojos azules como zafiros y en las pequeñas pequas que adornaban sus mejillas, dandole una aspecto adorable. Scorpius sin estar muy seguro porque, se sonrojó levemente y rezó para que no se notara.
-Eh, hola -saludó el pelinegro con timidez - ¿podriamos sentarnos aquí? es que estan todos llenos y nuestros familiares están demasiado ocupados como para que estemos con ellos. -Scorpius asintió, ya que no creía que fueran mala gente. En cuanto se hubieron sentado delante suyo, el pelinegro volvió a hablar:- Yo soy Albus, Albus Potter y ella es Rose Weasley -en cuanto se presentó, Scorpius se puso tenso, eran las personas con las cuales tenía prohibido relacionarse y lo peor de todo, le había parecido bonita la Weasley. Se quedó un rato callado, aunque al final decidió que no tenía que ser cerrado ni odiarlos por su apellido ya que no quería hacer lo que todos le hacian a él. -¿Y tu eres...? -inquirió Albus al ver que no hablaba.
-Soy Scorpius, Scorpius Malfoy - se presentó, aunque su apellido lo dijo muy bajito, para que no lo oyeran. Pero no contó con el buen oído de la pelirroja:
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¿Magia? Magic.
FantastikCuando una chica corriente se encuentra en contacto con la magia y ve que es parte de una misteriosa y peligrosa profecía, ya nada puede parecer extraño. Claro que, jamás se puede subestimar a Lesley Arilas que, junto a la tercera generación puede r...