Capitulo 3: La Madriguera

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Después de despedirnos, les dije a los Potter donde vivía y nos desaparecimos. Cuando abrí los ojos nos encontrábamos frente a la puerta de mi casa. Respire profundo (ya que cuando me fui habíamos discutido) y rezando para que no siguieran enfadados, abrí la puerta que debía estar abierta porque me escapé y con Harry y James detrás entré hasta la sala de estar donde suponía que estarían, y por Desgracia si estaban. Les había pedido a los Potter que esperaran en la puerta hasta que arreglara el problema con mis padres.
-Lesley ¿donde estabas? Nos tenias muy preocupados- dijo mi padre.
-si, no sabíamos que la discusión te afectaría tanto- dijo mi madre con lagrimas en los ojos.
-lo siento mucho, siento todo, pero lo único que no siento es haberme escapado ya que gracias a eso nada de lo que pasará a continuación hubiera pasado- dije sonriente.
-¿pero que dices?- preguntó mi madre.
-eso, ¿a que te refieres?- preguntó mi padre.
-ahora veréis- dije misteriosa mientras me acercaba a la puerta.
-vale, arreglado, ya podéis pasar- les dije a los Potter. Y así los 3 entramos en la sala y nos acercamos a mis padres.
-esto será difícil para vosotros, pero tenemos algo que deciros- dijo James.
-¿quie-quienes sois? Preguntó mi padre.
-mama, papa, os presento a James y Harry Potter- dije esperando su reacción, la cual fue inmediata, mi padre se puso blanco y mi madre tenia la boca en forma de "o".
-¿pe-pero como es posible?- preguntó mi madre alucinada.
-recordar que es magia, todo es posible- dijo James repitiendo la misma frase que a mi.
-suponemos que esto será difícil para vosotros, pero necesito que me escuchéis sin interrumpirme, hasta el final, entonces responderé a las preguntas que queráis- dijo Harry, y empezó a relatar TODO lo ocurrido hoy, desde cuando James se entero de mi apellido, hasta la charla con Mcgonnagal. Al acabar el relato mis padres estaban pálidos.
-vaya, no tengo palabras- dijo mi padre.
-pero no podemos dejar a nuestra hijita así- dijo mi madre preocupada.
-pero si se queda aquí será peor, porque al entrar en contacto con el mundo mágico, su presencia mágica se ha disparado, y ahora es muy notable que tiene poderes- explicó Harry -vosotros aquí no podéis protegerla, ya que si los mortifagos vienen al mundo muggle, no tendréis nada que hacer, y Lesley aunque tenga grandes poderes no podrá hacer nada, porque no sabe utilizarlos, por eso es vital que venga con nosotros y vaya a Hogwarts para aprender a controlar su magia-.
-en ese caso supongo que no hay opción- dijo mi padre suspirando.
-pero ¿que pasara con sus hermanos?- preguntó mi madre que seguía muy preocupada.
-ellos cuando cumplan 11 años, tendrán que hacer lo mismo, ya que ellos también serán poderosos, pero tranquilos, que en navidad y verano, siempre seréis bienvenidos en la madriguera, ya que sois oficialmente parte de la familia ¿verdad papa?- dijo James sonriendo.
-así es- respondió Harry de igual modo.
-esta bien, pero ¿y el dinero?-pregunto mi padre.
-no se preocupen, que Gringotts es el mejor banco y el más seguro, y allí se puede cambiar vuestro dinero al nuestro, y no necesitará mucho, ya que con lo que vosotros llamáis "euros", en el mundo mágico con 20 os compráis una casa pequeña- explicó Harry.
-vale, entonces supongo que no podemos hacer nada- dijo mi madre. -pero ¿cuando se tendría que ir?-.
-sonara apresurado, pero ahora mismo, ya que las clases son la semana que viene y ella y los demás Weasley tienen que ir a comprar sus materiales para Hogwarts- dijo Harry.
-¿¡ahora!?- exclamaron mis padres a la vez.
-si, tendrá que ir a preparar su baúl, osea su maleta como decís los muggles- dijo James.
-esta bien... Pero por favor ve a despedirte de tus hermanos y explícaselo no muy detallado, pero que algo sepan- dijo mi madre.
-esta bien- dije yo un poco triste porque no volvería a ver a mi familia hasta navidad.
Subí al ático donde suponía que mis hermanos estarían jugando, ya que allí esta nuestra sala de juegos. Cuando llegué a arriba los llame y les dije que bajaran abajo donde estaban Harry y James. Ellos me hicieron caso y bajamos los tres juntos.
-bueno, os presento a mis hermanos: Michael, que tiene 10 años y Anna que tiene 8- La reacción de Michael fue para grabarla.
-¿¡e-ese es Harry Potter¡?- dijo Michael con cara de alucinado.
-así es, Anna, Mike os presento a Harry y James Potter- les presenté yo.
-esto es increíble ¡no me lo puedo creer! ¡Wuau!- dijo Mike gritando y saltando de la emoción.
-¡increíble!- fue lo único que pudo decir Anna.
-pero ¿como es posible?- pregunto Mike cuando dejó de saltar como una niña pequeña con un juguete nuevo.
-veras, ahora no te puedo decir mucho, solo que los 3 somos magos, y que cuando tengas 11 años lo sabrás todo- dije haciéndolo breve- ah, y que nos vemos en navidad, porque... ¡Me voy a Hogwarts!- exclamé contenta aun no me lo creía.
-así es, y la navidad la pasareis en la madriguera con nosotros- dijo James sonriendo.
-algo me dice que eres travieso, creo que te llevaras genial con Albus, que tiene tu edad- le dijo Harry a Mike.
-¿enserio?- preguntó Mike fascinado.
-enserio, y tu Anna te llevaras bien con Lily- dijo Harry dirigiéndose a Anna.
-bueno chicos, tengo que ir a recoger mis cosas, ahora vuelvo, darme 5 minutos- les dije a los 4. Mientras subía a mi habitación a preparar todo lo necesario. Tardé poco, y cuando acabé baje y vi que todos conversaban animadamente, al parecer se llevaban bien.
-bueno, ya estoy lista- dije al bajar el ultimo escalón al piso de abajo.
-genial, entonces ¿lista para conocer a los Weasley?- me preguntó Harry.
-si, creo que si...- dije con poca emoción
-¿que te pasa? Estas algo apagada- me dijo James preocupado.
-es que...- dije sin acabar- bueno, es que y si no encajo allí, o y si los Weasley me odian -dije triste.
-tranquila, que mientras he estado contigo, he podido percibir la bondad en tu corazón, y si a nosotros nos has caído muy bien, a los demás también, no tienes que preocuparte en encajar, porque ya lo has echo -me dijo Harry muy dulcemente.
-muchas gracias, enserio- dije esbozando una sonrisa, ahora me sentía mucho mejor.
-entonces ¿estas mejor?- me preguntó James.
-si, creo que estoy lista, esto es todo tan extraño- dije suspirando pero contenta.
-te entiendo, cuando me enteré de la magia estaba igual que tu, pero ahora estoy muy feliz, tengo todo lo que necesito y me alegro de todo lo que me paso, por que eso sirvió para que ahora tenga la vida que tengo- me dijo Harry comprensivo.
-no se como expresar lo agradecida que estoy por todo- dije feliz -bueno, entonces disculparme un momento, que iré a despedirme de mi familia, tengo que admitir que los echare de menos-
-claro, tomate el tiempo que necesites- dijo James. Así que me fui a la cocina donde me esperaban mis padres y hermanos.
-adiós, nos vemos en navidad, os echare de menos- dije abrazando a cada uno.
-cuidate mucho y ten cuidado- dijo mi madre.
-no hagas demasiadas trastadas- dijo mi padre.
-tranquilos, estaré bien- dije para tranquilizarlos, porque en realidad estaba muy nerviosa.
-adiós, no te echaremos de menos- dijo mi hermano sacándome la lengua.
-a vale, entonces no hace falta que vengáis a casa de los Weasley en navidad ¿no?- dije sacándole la lengua también.
-bueno, bueno no nos apresuremos que lo decía en broma- dijo Mike sonriendo.
-adiós Anna, cuida que el pesado que tenemos por hermano no haga demasiadas tonterías- le dije a la mencionada riendo.
-¿sabes? Yo si que te echare de menos- dijo Anna.
-lo se, yo también- dije mientras la abrazaba.
-bueno familia, nos vemos pronto cuidaros mucho- les dije mientras me dirigía a la puerta.
-cuídate tu, nosotros estaremos bien- dijo mi madre con lagrimas recorriendo sus mejillas.
-tranquilos, adiós- dije triste porque me daba pena. Y así salí de la cocina y fui donde había dejado a los Potter.
-ya esta- dije con lagrimas asomando por mis ojos.
-¿seguro que estas bien?- me pregunto James.
-si, es solo que me da pena separarme de mi familia- dije secándome los ojos.
-tranquila, eso es normal- dijo Harry abrazándome. -ya veras que con nosotros estarás bien-.
-gracias- dije, ya que no sabia que otra cosa decir.
-bueno, cogeros a mi, que nos apareceremos en las afueras de la madriguera, ya que supongo que habrán puesto hechizos anti-apariciones- dijo Harry mientras James y yo nos cogíamos a él. Cuando todo desapareció cerré los ojos, para no sentir el mareo que producía aparecerse. Y cuando note suelo bajo mis pies volví a abrirlos y allí a lo lejos estaba: La Madriguera.
Fuimos caminando entre las hierbas, hasta que llegamos a la entrada. Yo estaba que me moría de nervios, así que para intentar calmarme respire profundo, y tragué saliva. Cuando Harry abrió la puerta, creí desmayarme ¡iba a entrar en la madriguera! Primero entró Harry, luego James, y más escondida al final yo. Entramos a una gran sala de estar con una cocina enorme. La sala estaba llena de gente, aunque no distinguía bien quien había, porque desde donde estaba tenia poca visión.
-¡James Sirius Potter Weasley, ven aquí inmediatamente!- gritó alguien a quien interpreté como Ginny, mientras James pasaba al frente donde estaba ella, no me lo creía -¿¡se puede saber donde estabas y que has estado haciendo hoy!?- volvió a gritar Ginny.
-Ginny, tranquila estaba conmigo- dijo Harry tranquilizandola.
-esta bien, pero quiero una buena escusa para no castigarlo- dijo Ginny, ya mas calmada.
-Ginny, tranquilizate y deja que se expliquen- dijo alguien a quien reconocí como Ron, de verdad que no me lo creía.
-bueno, pues... A ver...- empezó Harry.
-por favor explicate de una vez- exigió Ginny intentando mantener la calma.
-hemos encontrado a la heredera de los Arilas- dijo Harry de una vez mientras toda la sala se quedaba en silenció de golpe.
-¿pero como puede ser?- preguntó alguien.
-abuela Molly, es magia ¡todo puede ser! Me estoy cansando de repetirlo- dijo James cansado y sin rodeos.
-¿e-enserio?- preguntó Ginny.
-como que me llamo Harry Potter.
-¿entonces es suficiente como para librarme de un castigo?- preguntó James esperanzado.
-si y no, porque tu castigo es ir ahora mismo a pedirle perdón a Albus- dijo Ginny autoritaria.
-pero mama...-
-AHORA- gritó Ginny, tengo que decir que ahora mismo me daría miedo ser James.
-Ginny espera un segundo que eso no es todo, necesita de nuestra ayuda, ya que va a ir a Hogwarts este año, y necesita protección, ayuda y cariño ya que los mortifagos podrían hacerle daño- explico Harry.
-tranquilo, lo o la protegeremos, será una nueva Weasley, y no dejaremos que le pase nada- dijeron las chicas, entre ellas la abuela Molly, Ginny y... ¡Hermione! Ahora si que me desmayaria de la emoción.
-Eso- dijeron los chicos también.
-bueno, en ese caso os presentamos a... Lesley Arilas- dijeron Harry y James mientras yo tímida caminaba al frente. Cuando me vieron todo el mundo calló, y de repente se escuchó un grito:
-¡bien, la heredera es una chica!- era Ginny que saltaba de alegría, mientras otras chicas hacían lo mismo.
-encantada de conocerte Lesley- dijo Ginny mientras me abrazaba.
-que alegría tenerte aquí- dijo Hermione mientras me abrazaba también.
-que bien que estes aqui, ya eres oficialmente Weasley- me dijo la abuela Molly después de abrazarme.
-bueno, Lesley te presento a Ginny mi madre, a Hermione mi madrina, la abuela Molly, y allí está el marido de tía Herms: Ron, que tambien es mi padrino- me fue presentando James. Mientras Ron y yo nos saludábamos. Luego paso a George y Angelina, eran muy simpáticos, y George tan divertido como imaginaba. Después de ellos conocí a Theo Nott y Cho Chang que estaban casados, Blaise Zabini y Daphne Greengrass que también estaban casados y Draco Malfoy y Astoria Greengrass que mas de lo mismo, los chicos para ser ex-slytherins y ex-mortifagos eran muy divertidos y simpáticos. Tambien conocí a Neville y Hannah, que eran muy amables, y Fleur y Bill igual. También estaban Percy y Audrey, Charlie que estaba soltero, y el abuelo Arthur. Todos me aceptaron muy bien, me caían genial, solo esperaba que con sus hijos fuera igual.

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