Poco a poco, fui recuperando la consciéncia, y lo único que puedo afirmar con certeza es que hacía frío. Mucho frío. Aunque realmente no sabía si era yo la que simplemente se helaba. Intenté tragar saliva y noté un sabor amargo y metálico en la boca. ¿Sangre? Sí, definitivamente era sangre. No entendía nada. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Cuanto tiempo llevaba ahí? ¿Sabrían mis amigos encontrarme? ¿Qué me habían hecho durante mi inconsciéncia? Demasiadas preguntas me invadieron la mente en un instante, provocándome un intenso dolor de cabeza. Relajé mi cuerpo todo lo que pude e intenté pensar con claridad. Todavía no había abierto los ojos, lo que significaba que no tenía ni idea de lo que podía encontrarme. Valoré mis opciones; hiciera lo que hiciera, necesitaba saber lo máximo posible sobre el entorno, así que finalmente, abrí los ojos. No me sorprendió descubrir que estaba prácticamente a oscuras, excepto por una luz diminuta en el techo, parecida a las típicas de "salida" pero no ponía nada que yo pudiera leer. Esperé a que mis ojos se acostumbraran a la penumbra, y al fin pude distinguir un poco más de la habitación. Era pequeña, de unos 3 metros cuadrados y no estaba sola. A mi derecha se encontraba Sadie MacMillan, dormida, o eso quería creer. Y a mi izquierda se encontraba un chico de unos aproximadamente 23 años. Él era castaño, y la barba incipiente me llevaba a pensar que no era su primer día allí. No sabía que hacer así que decidí esperar unos minutos para ver si alguno despertaba. Finalmente, el chico mayor, abrió los ojos y tosió un par de gotas de sangre. Le habría pasado como a mi. Dejé unos minutos para que se situara un poco y entonces hablé.
-Hola, ¿Estás bien? -intenté sonar lo más suave que pude.
Él sacudió la cabeza y al incorporarse ahogó un quejido.
-He estado mejor -me dije que era una buena respuesta y me permití una pequeña sonrisa.
-Sé a lo que te refieres... -suspiré e intenté mirarle para distiguir un poco más su forma en la oscuridad. -¿Sabes cuanto llevas aquí?
-Ojalá lo supiera -sacudió la cabeza y pareció acordarse de algo- tal vez unas cuantas semanas. Sí, más de una seguro.
Asentí en la oscuridad.
-¿No tienes frío?- él negó con la cabeza y no supe si debía empezar a preocuparme.- Deberíamos intentar salir de aquí...
Mientras hablaba, la única puerta de la habitación se abrió emitiendo un leve chirrido, dejando ver a una persona encapuchada.
-Veo que dos habéis despertado ya. Si la niña no es capaz de hacerlo, no habrá superado la primera prueba, y la daremos por muerta- su voz era como la de un cuchillo rasgando el hielo, fría e inexpresiva, con un toque entre calmada y mordaz. Me dio un escalofrío y me mordí la lengua, hablar no haría más que complicar más las cosas. -Mientras tanto, vosotros tendréis que venir conmigo.
Una especie de soldados oscuros vestidos con ropajes negros entraron y nos sacaron al chico y a mi a la fuerza.
Pensé que resistirme sería inútil: No estaba en pleno uso de mis facultades, no tenía mi varita y carecía de experiéncia en combate cuerpo a cuerpo. Odié sentirme tan impotente. El otro chico, cuyo nombre seguía siendo un misterio para mí, actuaba como yo, por lo que deduje que había sido sensata. Vagamos durante lo que parecieron horas por un pasillo muy débilmente iluminado, que junto con el mareo, fue perfecto para desorientarnos. Dimos tantas vueltas que enseguida olvidé de dónde veníamos. Me dejé arrastrar mientras mi mente se dirigía hacía la niña dormida; Sadie. Junto a ella aparecieron nombres, entre ellos los de mis amigos. ¿Sabían de mi desaparición? ¿Estaban intentando encontrarme? ¿Lo conseguirían?
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He aparecido, con un lamentable capítulo de 636 palabras... pero he pensado que al menos era algo. Intentaré subir capítulos cortos, pienso acabar lo que empecé :)
-L, una escritora muy patata
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¿Magia? Magic.
FantasyCuando una chica corriente se encuentra en contacto con la magia y ve que es parte de una misteriosa y peligrosa profecía, ya nada puede parecer extraño. Claro que, jamás se puede subestimar a Lesley Arilas que, junto a la tercera generación puede r...