𝐠𝐚𝐦𝐞𝐬 • 𝐟𝐫𝐞𝐝 𝐰𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧

11. sorpresas

El sonido de la chimenea transportando a alguien dentro de mi habitación no me despierta, pero el sonido de mi primo encontrándome en la cama con Fred Weasley sí lo hace.

"¿Qué cojones?"

Su voz es todo lo que necesito para ponerme completamente alerta. Me siento en la cama, cubriendo todo lo que puedo con las sábanas mientras Fred se ve al borde de la risa.

"¡Draco!" le grito. "¡Vete!"

"¿Qué estás haciendo?"

"¡Vete!" repito sin poder decir nada más. No hay forma en la que pueda tener una conversación racional con mi primo estando desnuda. "¡Vete!"

Él parece víctima de la conmoción. Luego de un segundo sin poder decir nada, sacude la cabeza y sale a grandes zancadas de mi habitación.

Por Merlín.

Una vez que estamos solos, Fred se pone a reír. Yo me giro a verlo, completamente incrédula.

"¿Se puede saber qué es tan gracioso?"

"Eres muy joven para disfrutar de estas ironías, Iris" me dice sonriendo. "Pero desearía poder viajar en el tiempo y contarle esto a mi yo de quince años"

Yo pongo los ojos en blanco antes de bajarme de la cama y comenzar a tirarle su ropa.

"Esto es un desastre" digo pensando en voz alta. "Un desastre. Y una humillación. Por Merlín, Draco acaba de encontrarme en la cama... Contigo"

"Eh, que ha sido mi trasero el que ha visto" señala.

Yo lo miro preguntándome si habla en serio. No se ha levantado de la cama.

"Vete, por favor" le digo cansada. "Tengo que lidiar con Draco y no estoy de humor para tus chistes"

Él me sonríe antes de sentarse en la cama y ponerse los pantalones. Se acerca a mí tranquilo, como si lo que acaba de ocurrir no fuese nada.

Me toma de la nuca y me da un beso en la coronilla. Luego, se pone los zapatos y camina hacia la chimenea con su camisa en la mano.

"Hay cosas mucho peores, Iris"

Y desaparece. Tengo que decirle que su rollo paternalista de treintón que sabe mucho ya me está cansando.

Aunque sea mentira.

Me visto por completo antes de salir de mi habitación, y es evidente que las tres capas de ropa que llevo puestas son un débil intento por borrar lo que mi primo acaba de ver.

Encuentro a Draco en la cocina, bebiendo una taza de café con gesto nervioso.

"¿Es la primera del día?" le pregunto.

"¿Qué demonios estás haciendo, Iris?"

Su voz es dura y sus ojos grises nunca se habían dirigido a mí con tanta frialdad. Me mira exigiendo una respuesta.

"No es asunto tuyo" le digo tranquilamente.

"¿No?" me pregunta lleno de ironía. "Pues parece que ya es asunto de la nación"

Deja caer sobre la mesa algo que no había visto en su mano. El ejemplar de El Profeta cae con un golpe sordo que hace eco en toda la cocina.

Me inclino a recogerlo. Al principio, no veo nada. Noticias sobre nuevas políticas presupuestarias siendo discutidas entre el Ministerio y los duendes, hasta que mis ojos llegan a la esquina inferior de la portada.

ESCÁNDALO ENTRE EL CALLEJÓN DIAGON Y LA LIGA DE QUIDDITCH: ¿PROBLEMAS EN EL PARAÍSO?

Y abajo hay una foto de nosotros. Está a oscuras, pero cualquiera que nos conozca puede decir que somos nosotros en esa maldita escalera de incendios.