HISTORIA DE VERANO

CAPÍTULO XVIII. Corazón partido.

El silencio dentro del ático sonaba tan fuerte, que estaba convencido de que podría volverle loco. Harry había permitido que Louis se marchase a la universidad después de que este le dijese que se encontraba un poco mal. Tendría que haberle convencido de quedarse en la cama toda la mañana, a pesar de que su chico le asegurase que sus clases eran demasiado importantes poco para darse ese lujo.

Todas las hipótesis que creó en su mente desde el repentino cambio de actitud de Louis el sábado, fueron resueltas en cuanto su chico le hizo saber que le dolía la cabeza. Por eso le pidió que se marchasen tan rápido. Y por eso no dejó de pedirle mimos el domingo.

Harry le preparó un té calentito para que se sintiese mejor, pues Louis se negó a tomar alguna pastilla, alegando que no sabía cómo tragarlas sin atragantarse.

Ese lunes, Harry tenía que lidiar con todo el trabajo que decidió aplazar para la siguiente semana. Desafortunadamente, la siguiente semana llegó. Sus dedos terminaban de corregir el manuscrito de su libro, teniendo mensajes de Penelope que exigían un adelanto cuanto antes para crear campañas publicitarias. Al parecer, su audiencia pensó que las noticias que creaba Aradia eran su nuevo estilo de publicidad, demostrando que no les gustaba ese método de promocionar su nuevo libro entre ligeras críticas.

Harry siempre vendió sus nuevos proyectos a través de librerías y sus redes sociales. Algunas veces, las revistas le querían como portada, aprovechando la oportunidad para publicitar sus conciertos o libros. Sin embargo, Aradia no solo estaba fastidiando su relación pública con Louis, sino que también su trabajo.

Lo único que tenían asegurado, era la portada del libro, abriendo el mail de Penelope donde le mandaba la fotografía editada para que le diese el visto bueno. Harry mandó primero su adelanto, odiando el diseño de la solapa cuando se dio cuenta de que los editores arrebataron toda la esencia de su chico.

Llamó a Penelope de inmediato.

—¿Ya me has enviado el adelanto? —Su jefa se le adelantó, sonando emocionada.

—Te lo acabo de enviar, pero... —Harry miró el dibujo de nuevo, notando muchos fallos—. ¿Qué le habéis hecho a la portada de Louis? Ese no es dibujo que te envié.

—Harry, no te ofendas, pero el dibujo de Louis es escueto. Son trazos imperfectos que no llamarían la atención del público, finalmente está hecho por un principiante y no por un profesional. Y...

—No continúes hablando, Penelope —pidió Harry, sintiendo enfado y ofensa por sus palabras—. Selección es ese dibujo. Mi libro es ese dibujo. Quiero que la portada sea la pintura de Louis. Es su esencia, lo que exactamente representa Selección, ¿está bien?

Escuchó a su jefa resoplar.

—Está bien —cedió a regañadientes—. Por lo menos dime si la tipografía te parece adecuada para la portada.

—La tipografía es magnífica.

—Genial, genial... —hubo un pequeño silenció donde Harry pensó que finalizaron la llamada, sin embargo, Penelope habló de nuevo—: Otra cosa que quería comentarte... Han salido un par de videos donde se os ve a Louis y a ti en esa discoteca...

—Dijiste que podría salir a nuestro favor, ¿ha ocurrido algo contario a lo deseado?

—Al contario. La gente no cree que seáis pareja aún, pero si especula que tu relación con Aradia no es tan sólida —explicó—. Pensé que habría comentarios negativos sobre tu sexualidad, pero la gente está siendo neutra. Poco a poco todo va poniéndose en su sitio, Harry.

Harry relajó su cuerpo en el respaldo de su sofá, sonriendo en dirección al techo con una gran sensación de alivio en su pecho. Era como si las manos que estrangulaban sus pulmones, le hubiesen liberado de golpe.